Alba Brugueras Fabre. (Foto suministrada)

Esta es la cuarta de una serie de entrevistas a economistas

Por Luisa García Pelatti

Alba Brugueras Fabre es la presidenta de la Asociación de Economistas,  organización que preside por segunda ocasión. Nacida y criada en Santurce, se graduó de la Academia Santa Teresita y cuenta con un bachillerato en Economía en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

Es profesora del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad del Sagrado Corazón. Ha participado en congresos locales e internacionales para presentar investigaciones y trabajos, algunos de estos con colegas profesores y profesoras. El último en febrero, cuando asistió al Congreso Universidad 2020 sobre Desarrollo Sostenible, en La Habana, Cuba.

Pregunta.– ¿Por qué decidió estudiar economía?

Respuesta.– El cuento largo, pero corto, es que entré sin querer (y sin saber qué era economía) al programa de Economía en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP). A última hora, decidí cambiar de universidad y mi tía me llevó a la UPR-RP a solicitar admisión tardía. Cuando llegué, la persona que me atendió me presentó las opciones, y cuando escuché el nombre de economía, simplemente le dije eso suena interesante. Y cuando me tocó mi primera clase me encantó y decidí que eso era lo quería hacer. Participé en la Asociación de Estudiantes de Economía, hicimos ventas, actividades, viajes de estudiantes para participar en eventos de economía, entre otras cosas. También desde el bachillerato comencé a participar como voluntaria en las asambleas de la Asociación de Economistas de Puerto Rico. Continúe a estudios graduados y a trabajar como economista desde distintas áreas.

P.– En el gobierno no hay muchos economistas en posiciones de toma de decisiones. La política económica está más en manos de abogados. Explique al gobierno para qué sirve un economista.

R.– Los economistas estudiamos las formas en que utilizamos los recursos que son escasos, limitados y que tienen usos múltiples. Estudiamos el comportamiento de los entes económicos a través de los diferentes indicadores en la economía, analizamos los costos, el consumo y la distribución de la riqueza, entre otros datos. Monitoreamos las tendencias económicas y realizamos proyecciones sobre el estado económico del país. La mayoría de los economistas se especializan en áreas de políticas económicas, como finanzas, comercio internacional, mercado laboral, agricultura, transportación, mercado de vivienda, recursos naturales, energía o salud. Ya sea desde el sector privado, la academia o el gobierno, el economista realiza estudios de impacto económico, estudios de viabilidad y mercado, proyecciones, y hace uso del modelaje matemático para explicar el comportamiento de la economía. Finalmente, somos un cuerpo asesor en materia de política económica que busca aportar al desarrollo, el bienestar económico y mejorar los niveles de vida de todos y todas en la sociedad. Se necesitan economistas en todas áreas, y más en esta coyuntura económica, pero también, necesitamos más economistas en posiciones de gobierno para evaluar críticamente, sintetizar y traducir en políticas económicas investigaciones de envergadura. Se necesitan más economistas en posiciones claves para estimular el crecimiento económico mientras promueve el desarrollo económico y busca aumentar los estándares de vida, manteniendo el uso y asignación eficiente de los recursos.

P.– Huracanes, terremotos y COVID, ¿qué más le espera a una economía que no estaba creciendo? ¿Cuánto tiempo va a tardar la economía en recuperarse?

R.– Tenemos los mismos retos que antes de los huracanes del 2017, de los sismos de enero 2020 y de la pandemia. De hecho, es probable que nunca se hayan atendido de forma satisfactoria o completa, cualquier esfuerzo de ahora requiere tiempo para verse (o sentirse) sus resultados. Por la cantidad de asignaciones federales que estarán desembolsar, a nivel macroeconómico es posible que la caída de la economía no sea tan grande. Pero tendremos el cierre de negocios, grandes pérdidas en diversos sectores económicos, muchos de estos sectores ya están débiles y con pérdidas, y es posible que continúe la reducción de nuestra fuerza laboral. Luego de casi década y media de contracción económica (aunque la crisis comenzó desde antes), el camino probablemente será doloroso y tal vez largo, pero no imposible.

P.– ¿Cree que se han tomado las medidas adecuadas para hacer frente al COVID? ¿Qué se ha hecho mal?

R.– Falta de transparencia en los procesos, crear expectativas poco reales. El rastreo no se realizó desde el comienzo y no se tenían datos certeros o completos para la toma de decisiones. La reapertura de mayo se hizo sin plan ni datos confiables. Y no ser ágiles en las medidas económicas de mitigación y en atender las necesidades de las diferentes poblaciones vulnerables.

P.– Al margen del COVID, ¿cuál es a su juicio el mayor problema económico de Puerto Rico?

R.– Pienso que es un problema de muchos problemas. Ciertamente, tenemos muchos retos (de todos los tamaños). El mayor problema económico es la escasez de los recursos y la falta de transparencia económica en sus usos. Algunos de nuestros retos son: Puerto Rico lleva años de contracción económica; más de 100,000 empleos perdidos en diversos sectores económicos; la tasa de desempleo continúa alta y en muchos municipios está en doble dígito; la tasa de participación de empleo es extremadamente baja (~40%); la pérdida de población; el reto en la composición demográfica; la reducción en la inversión; una pobre respuesta a las emergencias (huracanes del 2017, sismos 2020, pandemia 2020); la educación es clave, hay que adiestrar y re-educar; crear una cultura de datos, información y transparencia; no hay estadísticas confiables; necesitamos reformas: legislativa, contributiva (nueva), laboral (nueva), energética, salud, telecomunicaciones, educación y tecnología y reforma de gobierno.

P.– ¿Qué sectores económicos tienen mejores perspectivas de futuro?

R.– Todo aquel que pueda innovar y presentar soluciones diferentes. Es decir, aquellos sectores que apuesten a la innovación, sean flexibles y resilientes, probablemente apoyados por la tecnología, tendrán las mejores perspectivas en estos tiempos.

P.– ¿Cómo ha pasado los días de confinamiento?

R.– En mi apartamento principalmente, trabajando remoto y tratando de minimizar las salidas. Cuando se tiene que salir, trato de coordinar una salida para realizar todo. Como profesora de economía y estadísticas, estuve todo el verano capacitándome para nuevo semestre remoto. Este proceso implicó repensar las metodologías de enseñanza y las actividades de clase, además de una reflexión sobre la pertinencia de los contenidos. También, estuve probando recetas nuevas que veía en TikTok, aunque no todas me quedaron bien.