Eva Lizardi / BizNet Media

Abrieron su restaurante Vaca Brava en Barranquitas, justo el 4 de mayo del año 2006, cuando estaba cerrando el gobierno y la incertidumbre se apoderó del panorama puertorriqueño. Para sorpresa de ambos, llegaron los invitados “en manada” y la historia del restaurante continua desarrollándose exitosamente. Desde entonces, no han parado los favorables comentarios en torno a Vaca Brava, un restaurante ya famoso por su clima campestre y sus opulentos cortes de carne.

Ahora, la pareja compuesta por Lisandra Hernández y Juan Carlos Cintrón -ambos de 33 años- apuesta por segunda ocasión a su intuición, a pesar de que la economía sigue presentándose incierta y el ánimo de los ciudadanos continúa bastante bajo. El matrimonio, según confirmó BizNet Media, inaugura en breve un nuevo local de Vaca Brava en la Capital de Puerto Rico, destinado a satisfacer al mercado de la zona metropolitana.

Sabrosa experiencia en histórico edificio

La nueva aventura -para la que aseguran estar preparados- comienza el próximo mes de noviembre en la calle Recinto Sur del Viejo San Juan, antigua casa del Hard Rock Café. En un local de 13,500 pies cuadrados, ambientado en los años ‘40, esta gestión es posible tras una inversión aproximada de $300,000. En esta próxima versión, Vaca Brava prevé la creación de 50 empleos y se implantará una “fórmula ganadora” que todavía lleva a unas 2,000 personas hasta el local de Barranquitas, durante un fin de semana regular.

Hernández asegura que ella y su esposo lo han estudiado todo para este nuevo negocio, incluyendo la logística necesaria para que los platos puedan servirse en un tiempo razonable. “Nos visitaba mucha gente de la Isla, del área metro y turistas, pero muchos de ellos -por falta de tiempo- no podían llegar hasta la montaña para disfrutar de la experiencia que les tenenos preparada a los comensales”. Tras un sondeo allí mismo, en el restaurante barranquiteño, “… empezamos a notar que la mayoría era del área metro y pueblos limítrofes. Pedían uno más cerca porque quizás sólo podían ir (a Barranquitas) una o dos veces cada seis meses”, comenta la propietaria.

Lisandra reconoce que “somos diferentes. No se trata del típico restaurante al que sólo vas a comer. Brindamos una experiencia completa. Desde que llegas al lugar adviertes el trato de campo, el servicio personalizado, platos diferentes y llamativos; es una creación completa de nosotros” (en referencia a su esposo y socio de negocios).

Prepare sus mandíbulas…

Las delicias de Vaca Brava incluyen costillares de más de 12 pulgadas, acompañados de crujientes papas fritas con tocineta; pollos asados rellenos de chorizo; la Vaca Acostá (dos libras de “sirloin angus” sobre papas fritas con salsa de setas y queso parmesano). Tampoco faltan las tentaciones para golosos, con postres como El Fajazo, una mousse de chocolate con cheesecake y mantecado, y flautas rellenas de más cheesecake.

Lisandra acepta que, aunque su empresa también han sentido el impacto de la situación económica que vive Puerto Rico, “estamos seguros del camino a comenzar… Nuestro platos son impresionantes, tan abundantes que pueden compartirse, y con precios accesibles al bolsillo. Mantenemos un servicio de calidad con precios de fast food”.