El gobierno de Barack Obama propuso una rebaja de la tasa máxima del impuesto empresarial a 28%, frente al actual 35%, pero probablemente aumentará los ingresos tributarios totales al eliminar decenas de deducciones y lagunas legales, en un esfuerzo por reestructurar el régimen fiscal para las empresas, según publica The Wall Street Journal.

La propuesta, que se anunció el miércoles, rebajaría la tasa “efectiva” para las compañías manufactureras a un nivel no superior a 25%, frente a la actual media de alrededor de 32%. Sin embargo, aumentaría los impuestos sobre las compañías de gas y petróleo, que perderían muchas de las grandes deducciones y subsidios de los que gozan.

El plan exigiría a las empresas que operan en el extranjero pagar por primera vez un impuesto mínimo por sus ganancias en otros países.

Tanto demócratas como republicanos respaldan los cambios, pero no están de acuerdo sobre los detalles.

El impuesto a las corporaciones en EE UU es de los más altos entre los países industrializados y rebasa en casi 10 puntos porcentuales la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La última vez que se modificó fue hace un cuarto de siglo, con el republicano Ronald Reagan como presidente. Entonces estaba en 43%. Pero según un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso, lo que efectivamente pagan las empresas está en 12.1%.

Junto a la reducción de las tasas contributivas de las empresas, Obama quiere desincentivar que multinacionales como Apple, Cisco Systems, General Electric, Google, Microsoft, Pfizer y Oracle redirijan sus beneficios a países como Irlanda, Holanda y Suiza, en lugar de repatriar ese dinero a EE UU. Obama va a proponer un impuesto mínimo para esos beneficios en el extranjero.