Por redacción de Sin Comillas

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su siglas en inglés) prevé que sufrirá pérdidas este año que estarán entre $47,000 millones y $48,000 millones. La cifra está muy por debajo de los $126,400 millones que las aerolíneas dejaron de ingresar el año pasado, pero las pérdidas serán superiores a lo que había estimado inicialmente en diciembre, $38,000 millones en pérdidas. Es decir, son ahora más pesimistas que a finales de diciembre.

La IATA atribuye la revisión a la baja de las previsiones a los nuevos brotes de la COVID-19 y el mantenimiento de las restricciones a volar durante más tiempo del previsto. La asociación teme por la campaña de verano, y para el año completo cree que la oferta de asientos estará en un 43% de la desplegada en 2019, en comparación con el 51% que se había pronosticado a finales de 2020.

Las mayores pérdidas se esperan en Europa, de unos $22,200 millones. En Norteamérica se ha fijado una previsión de $5,000 millones en caída de ingresos y en la región Asia Pacífico se perderán $10,500 millones. En estas dos últimas áreas los vuelos internos representan el 66% y 45%, respectivamente, mientras que en Europa el porcentaje es del 11%.

La IATA demanda planes de reactivación de la movilidad en cuanto la situación sanitaria permita abrir fronteras, e iniciativas para mantener la salud de las personas, en caso de que el virus no desaparezca, sin restringir de nuevo los vuelos. Otra de las peticiones es el mantenimiento de las ayudas al sector en busca de la recuperación. También pien contención tarifaria en los aeropuertos o en el control de los precios de las pruebas de COVID-19.