Orville M. Disdier. (Foto suministrada)

Por Orville M. Disdier*

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado el 20 de octubre como el Día Mundial de la Estadística, y la Comisión de Estadística recomendó que dicho día debe ser observado cada cinco años. La primera vez que se celebró el Día Mundial de la Estadística fue en el año 2010, luego en el año 2015 y ahora se celebra por tercera vez en el año 2020.

Bajo el tema “Conectando el mundo con datos en los que podemos confiar”, se pretende concienciar sobre la importancia de la confianza en los datos, los datos oficiales, la innovación y el bien público que representan los sistemas estadísticos de las diversas jurisdicciones en el mundo.  Además, se pretende concienciar a la sociedad sobre la importancia del trabajo que los profesionales estadísticos hacen cada día. La celebración de este día nos invita a reflexionar sobre la enorme importancia que tiene el sistema estadístico de Puerto Rico, pero de igual forma, la relevancia que tiene el que dicho sistema produzca estadísticas de calidad, confiables, accesibles y oportunas, para innovar y tomar decisiones informadas.  En otras palabras, este evento mundial nos hace pensar sobre la salud actual de las estadísticas en Puerto Rico.

A diferencia de otros lugares, en Puerto Rico la producción de las estadísticas no está centralizada. Múltiples agencias gubernamentales producen sus propias estadísticas oficiales y sus productos estadísticos están entonces alojados y dispersos en diversas entidades gubernamentales. Afortunadamente, desde que comenzó en funciones en el año 2007, el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (Instituto) ha sido una entidad de la rama ejecutiva que ha establecido procesos de coordinación y de fiscalización de las estadísticas, con la visión de garantizarles a todos en Puerto Rico la oportunidad de contar con estadísticas completas, confiables, y de acceso rápido y universal. Hoy, trece años después, Puerto Rico cuenta con un inventario de estadísticas con cientos de productos estadísticos y decenas de publicaciones especiales, de múltiples agencias gubernamentales, en un sólo lugar.  Dicho inventario está accesible a cualquier persona las 24 horas, los 7 días de la semana, a través de su página en Internet: www.estadisticas.pr; ya no es necesario que las personas busquen por todos los portales de las agencias o llamen a diversos números telefónicos para intentar conseguir a un funcionario que conteste sus interrogantes estadísticas. Además, el Instituto ha establecido un sistema único para que cualquier persona envíe su pregunta o preguntas estadísticas; dicho lugar en el Internet es: https://preguntas.estadisticas.pr.

“Continuamos enfrentando problemas para tener estadísticas consistentes sobre ciertos asuntos críticos”

A su vez, el Instituto contribuye a la elaboración de estadísticas con sus propias investigaciones y publicaciones, las cuales complementan la producción estadística de las agencias gubernamentales y se encuentran disponibles en la siguiente dirección: https://estadisticas.pr/en/publicaciones. Por otra parte, el Instituto ha establecido criterios de calidad estandarizados que ayudan a mejorar la calidad de las estadísticas que las agencias producen.  Esta capacidad de fiscalización va de la mano con la capacidad en ley del Instituto de poder requerir información tanto al sector público como al sector privado. Lo descrito hasta el momento aquí es, sin lugar a duda, una evidente mejoría en cuanto a la disponibilidad, acceso y calidad de las estadísticas en Puerto Rico, en comparación con épocas anteriores.  Pero a pesar de estos avances, las estadísticas en Puerto Rico no han alcanzado aún un nivel de salud adecuado.

En su momento, con la creación de la ley orgánica del Instituto, la Ley Núm. 209 del año 2003, la sociedad puertorriqueña dio un paso de avanzada y estableció los cimientos para el eventual desarrollo de una cultura basada en datos y en ciencia. Sin embargo, para un pleno desarrollo, el Instituto necesita recibir más atención y los recursos necesarios por parte de la rama ejecutiva y legislativa. Su ley orgánica creó al Instituto como una entidad autónoma, pues es una de las mejores formas de promover la pureza de sus procesos y de minimizar la probabilidad de alguna agencia externa, entidad o persona intervenga directamente en sus actividades. Esta autonomía la poseen también otras entidades estadísticas internacionales y entidades federales, las cuales, a través de estrictas leyes, protegen su independencia de criterio y objetividad.  Pero, en el caso de Puerto Rico, el Instituto no fue excluido de la aplicabilidad de leyes que afectan parte de su funcionamiento, como lo es por ejemplo la Ley Núm. 3 del año 2017, por lo que las operaciones del Instituto están supeditadas a las decisiones fiscales y operacionales que entidades como la Junta de Supervisión y Control Fiscal (FOMB, por sus siglas en inglés), la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) y la Oficina de Administración y Transformación de los Recursos Humanos del Gobierno de Puerto (OATRH), entre otras, imponen.  Lo cierto es que, actualmente el Instituto no posee el mismo nivel de autonomía que en el pasado.  El trabajo que hace el Instituto es requiere de recursos humanos muy especializados y de equipos tecnológicos avanzados.  No obstante, los escasos recursos fiscales que anualmente se le asignan al Instituto, y las restricciones operacionales y administrativas que se le imponen actualmente, dificultan enormemente su desempeño. Por ser el Instituto la entidad del gobierno  responsable de la política pública estadística, y de garantizar que Puerto Rico cuente con las estadísticas de calidad necesarias, la salud de las estadísticas de Puerto Rico depende directamente de la salud del Instituto.

“Actualmente el Instituto no posee el mismo nivel de autonomía que en el pasado”.

Los desastres naturales recientes, como los impactos de los huracanes Irma y María, y los terremotos intensos, nos han demostrado que las estadísticas que produce Puerto Rico no gozan de la mejor salud.  Si a esto le sumamos la pandemia de COVID-19, que desde hace meses nos está impactando, se puede corroborar esta afirmación. Aunque en comparación con el inicio de la pandemia, y gracias en parte a los esfuerzos del Instituto, Puerto Rico ha mejorado mucho en cuanto a sus estadísticas sobre COVID-19 se refiere, hoy más de seis meses después, continuamos enfrentando problemas para tener estadísticas consistentes sobre ciertos asuntos críticos como son: la tasa de positividad, la tasa de letalidad, el porcentaje de recuperados y el tener información precisa sobre el seguimiento de casos y contactos.

Para mejorar la salud de las estadísticas de Puerto Rico se necesita un marco legal que proteja al Instituto de la intervención directa de otras entidades, y que restituya su autonomía fiscal y administrativa.  La Ley Núm. 3 del Año 2017 ya protege a entidades como la Comisión Estatal de Elecciones, la Oficina de Ética Gubernamental, la Oficina del Panel del Fiscal Especial Independiente, la Oficina del Contralor Electoral, la Universidad de Puerto Rico y sus dependencias, y a los municipios; proteger también al Instituto es algo lógico y necesario.  Esto no significa que el Instituto debe ignorar los retos fiscales actuales; es todo lo contrario, pues al tener mayor autonomía el Instituto podría utilizar sus recursos fiscales y administrativos con mayor eficiencia en beneficio de todos.  Otro asunto importante para mejorar la salud de las estadísticas de Puerto Rico es enmendar el marco legal para fortalecer la obligatoriedad de todas las agencias y municipios de entregar al Instituto sus datos y estadísticas.  Aunque actualmente el Instituto tiene la capacidad legal de requerir información, pero el proceso es uno oneroso que exige que el Instituto solicite la información, y en caso de que la entidad se niegue a ofrecerla, incurrir en procesos administrativos y legales que consumen mucho tiempo y diezman los pocos recursos económicos y humanos que tiene el Instituto.  Es imperativo que el proceso de recibir datos sea uno eficiente para el Instituto y que las agencias estén obligadas por ley a ser proactivas en el proceso.

Finalmente, como sociedad tenemos que colocar a la política pública estadística, y por consiguiente al Instituto, entre nuestras más altas prioridades.  El propósito fundamental del Instituto es apoyar el trabajo de todas las agencias gubernamentales, de los municipios, de las entidades privadas y de todos los ciudadanos. De igual forma, el Instituto necesita del apoyo de todas las ramas del gobierno y de todos los ciudadanos, para que en un futuro cercano Puerto Rico pueda contar con un sistema estadístico realmente saludable. No debemos olvidar que un sistema saludable no es solamente un sistema que esté libre de enfermedades, dolencias o padecimientos, es también uno que funcione plenamente, a su máxima y mejor capacidad.

  • El autor es Director Ejecutivo del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico