Opinión

Por Enrique Vázquez Quintana*

En el Congreso norteamericano hay 100 senadores y 435 representantes. El Estado Libre Asociado tiene un representante sin voto. El Congreso, desde el Tratado de París, ejerce un control férreo sobre la colonia de Puerto Rico. Pero en los años recientes el Congreso también ha atropellado a los americanos de la metrópoli y de pasada a los americanos de nuestro país. En el 1993, el presidente Richard Nixon firmo la ley de manejo dirigido, proyecto diseñado por el doctor Paul M. Ellwood, Jr., luego de una reunión en Jackson Hole en Wyoming. El manejo dirigido (HMO) cambió el pago directo a pagos comprensivos prepagados.

En el año 2000 se decidió por votación unánime del Tribunal Supremo el caso Pegram v Herdrich. La paciente Herdrich demandó a su HMO y a su médico primario, la sentencia fue en su contra. El Juez David Souter en su sentencia indicó que la intención del Congreso al crear los HMO’s era racionar los servicios de salud. Esa fue la primera traición del Congreso en contra de los norteamericanos y a los colonizados de Puerto Rico.

La ley de Medicare (Título XVIII) fue firmada en el 1965 y Medicaid (Título XIX) en el 1966 por el presiente Lyndon B. Johnson. Subsiguientemente, el Congreso determinó que Medicare era muy costoso por lo que en el 2003 aprobaron los Medicare Advantage. Bajo ese plan, el gobierno contrata con los planes médicos directamente para que ellos racionen los servicios médicos. Esta es la segunda traición del Congreso a los norteamericanos y a los colonizados de Puerto Rico. El Congreso no se atreve racionar los servicios de salud ya que eso es anti-voto y anti-elección, por tanto, delegan esa acción que perjudica a los envejecientes en los planes médicos.

La penetración de Medicare Advantage en la población de envejecientes es sobre 85%, mientras que en Estados Unidos es de solo 15%. Recientemente se publicó un estudio en Estados Unidos que concluye que el gobierno de Estados Unidos está subsidiando a los cuatro planes de Medicare Advantage a razón de $140 billones al año mientras ellos racionan los servicios médicos a las personas de mayor edad, los más vulnerables de la sociedad. En las dos décadas que lleva establecido el Medicare Advantage no le ha ahorrado nada al gobierno federal. Si la persona de mayor edad no tiene un hijo o nieto que los defienda, los Medicare Advantage los engañan con bailes, juegos, transportación, audífonos, espejuelos y otros trucos.

En Puerto Rico, las compañías aseguradoras se han apoderado del mercado de la salud con la anuencia del gobierno racionando los servicios y atropellando a los proveedores de los servicios de salud.

La única alternativa para resolver los problemas que confronta el servicio de salud de la población pobre del país y de los envejecientes es estableciendo el sistema de Pagador Único. Hay varios estados que utilizan el sistema de Pagador Único. El secretario de salud, en representación del gobierno de Puerto Rico, tendrá que solicitar autorización al centro CMS (Centro Medicare y Medicaid) en Washington. Bajo ese sistema, una sola compañía, o preferiblemente una cooperativa, administraría el plan, parecido al Plan Medicare que es administrado por la compañía First Coast localizada en Jacksonville, Florida. Los pacientes de edad mayor cambiarían al Medicare tradicional y a una compañía para los deducibles y coaseguro. Los ricos podrán contratar con el plan médico de su elección. El Plan de Pagador Único es al presente económicamente viable, aunque se deben establecer los mecanismos para que no abuse de sus servicios. Los países de avanzada utilizan sistemas de pagadores únicos. El público le debe exigir un cambio a sus políticos.

  • El autor es doctor en medicina y fue presidente del Colegio Médicos de Puerto Rico