Ante la posibilidad de que Moody’s Investors Service degrade la clasificación de la deuda del Gobierno en un plazo de 90 días, el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) tiene planes de realizar una emisión de $500 millones en bonos no exentos el 11 de mayo, tal y como había anunciado la semana pasada y como publica el Wall Street Journal.

Los fondos obtenidos en la emisión estaría destinados a reforzar el capital del banco, que podría utilizarlos para hacer préstamos y comprar deuda del gobierno y de las corporaciones públicas.

Moody’s Investors Service puso la semana pasada en alerta negativa $28,000 millones de la deuda del Gobierno de Puerto Rico, debido a la debilidad del Sistema de Retiro del Empleados del Gobierno y su efecto sobre el presupuesto.

El BGF, una de las entidades con clasificación A3 que podría verse afectadas con la degradación, es el agente fiscal de Puerto Rico y actúa como su brazo financiero. El 31 de diciembre de 2010, el banco contaba con $13,300 millones en activos y $11,500 millones en pasivos, lo que resulta en $1,700 millones de activos netos.

La deuda vigente en Obligaciones Generales de Puerto Rico es de $9,200 millones. La alerta negativa que emitió Moody’s afecta a una deuda combinada de $28,000 millones.

Falta coherencia

Joe Rosenblum, vicepresidente senior  de crédito municipal de Alliance Bernstein, en declaraciones al Wall Street Journal, dijo que la decisión de Moody’s de poner en alerta negativa la deuda del Gobierno no es una sorpresa, porque las clasificaciones de S&P y Fitch eran más bajas que la de Moody’s.

Tras la decisión de Moody’s parece estar el deseo de  tratar de uniformar su clasificación con las otras agencias clasificadoras de deudas. La nota A3 de Moody’s es más alta que la de BBB que le otorga S&P y la nota de BBB+ que le asigna Fitch Ratings. Las dos agencias le han dado una perspectiva estable.

En el mes de abril del año pasado, Fitch Ratings y Moody’s llevaron a cabo una recalibración de las clasificaciones de deuda para emisores municipales. El ajuste de Moody’s elevó la clasificación de la deuda de Puerto Rico, que estaba en Baa3 (un nivel por encima de “chatarra”) a A3, un salto de tres niveles y la más alta que el Gobierno ha tenido. Y lo sorprendente es que la mejora en la clasificación llegaba en el peor momento de la crisis fiscal del Gobierno. Cuatro meses después, Moody’s cambia de estable a negativa la perspectiva de la deuda, pero mantiene la clasificación de A3. Al parecer la recalibración del 2010 fue muy generosa, y ahora Moody’s estaría tratando de arreglar el desatino, lo que da una imagen de falta de coherencia en las decisiones de las agencias clasificadoras de deuda.