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Por redacción de Sin Comillas

Las economías de América Latina y el Caribe siguen avanzando a un ritmo lento, frenadas por un contexto externo menos favorable y, en algunos casos, por restricciones de la oferta interna, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). No se ofrecen datos para Puerto Rico, pero las proyecciones de la Junta de Planificación para el actual año fiscal son de un crecimiento de 0.2%, las peores proyecciones de la región después de las de Barbados.

Se prevé que el producto de la región se expandirá 2.75% en 2013, la tasa más baja en cuatro años, manteniéndose la demanda interna como el principal factor de impulso. Más adelante, el crecimiento aumentará levemente a 3% en 2014 a medida que la demanda externa vaya consolidándose gradualmente, pero permanecerá por debajo de la tasa de crecimiento promedio de la última década, expresó el FMI en su informe «Actualización de las perspectivas regionales: América Latina y el Caribe», publicado el 11 de octubre.

Según el informe, durante el primer semestre de este año México sufrió una caída inesperadamente brusca de su nivel de actividad, mientras que Brasil siguió recuperándose gradualmente después de una desaceleración que comenzó a mediados de 2011. En el resto de América Latina, la actividad económica se ha moderado.

“El principal desafío para nuestra región en los próximos años es preservar la estabilidad macroeconómica y financiera en lo que probablemente será un contexto externo menos favorable, y construir una base sólida para el crecimiento sostenible”, manifestó Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en una conferencia de prensa celebrada durante las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial.

Según el informe, los riesgos a la baja siguen dominando las perspectivas. Una preocupación importante es la posibilidad de que en las grandes economías emergentes el crecimiento sea más débil de lo previsto. En China, un mercado clave para las exportaciones de materias primas de América Latina, se proyecta que el crecimiento disminuirá en mayor medida, a un nivel de 7.25% en 2014 en comparación con 7.5% este año. Las menores expectativas de crecimiento a mediano plazo en el caso de China han sido un factor fundamental de la caída de precios de las materias primas desde el comienzo del presente año, aunque estos se mantienen en niveles relativamente altos desde una perspectiva histórica.

Otra inquietud es la incertidumbre acerca del ritmo de normalización de la política monetaria de Estados Unidos, que puede causar nuevos episodios de volatilidad de los mercados e intensificar las presiones que generan una salida de capitales. Si estos riesgos se materializan, las políticas de las economías de mercados emergentes quizá deban lograr el equilibrio justo entre sustentar la demanda interna y contener las salidas de capital. “Además, no elevar rápidamente el tope de la deuda en Estados Unidos podría infligir un grave daño a la economía mundial”, sostuvo Werner.

En América Central, es necesaria una consolidación fiscal gradual para reducir la deuda pública y ampliar el espacio fiscal en la mayoría de los países. Las autoridades tendrán que contener el gasto, por ejemplo, mediante una reducción de los subsidios al petróleo no focalizados. En algunos países, también será importante movilizar ingresos públicos para atender las necesidades de infraestructura y del sector social.

En el Caribe, los factores de vulnerabilidad fiscal, externa y financiera siguen siendo significativos en las economías que dependen del turismo. La consolidación fiscal es inevitable, pero tendrá que ser respaldada con medidas que corrijan una competitividad crónicamente débil y de ese modo liberen el potencial de crecimiento de la región.