Por Luisa García Pelatti

“Las leyes laborales de por sí no promueven ni la competitividad ni el empleo en las empresas; es la productividad de los trabajadores, los empresarios innovadores, los adelantos tecnológicos, entre otros, los determinantes del crecimiento sostenible y de los cambios en el empleo y desempleo”. Lo explica el economista José I. Alameda, profesor del recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, en una nota publicada en “Perspectivas”, la revista de la firma Estudios Técnicos, Inc.

La Junta de Control Fiscal y el Gobierno han justificado la eliminación de muchas leyes laborales alegando que de esa forma se mejora la competitividad y se crean empleos. Las leyes laborales, dice, son desincentivos a la creación de empleo. “Son argumentos que surgen de una visión clasista y neoliberal que ha pretendido impulsar soluciones simplistas a problemas sociales muy complejos. El éxito de estas medidas es siempre cuestionable por el hecho de carecer del rigor metodológico y de la validez científica requerida”, opina Alameda.

“Las leyes laborales no son incentivos para la creación de empleos, ni pretenden crear más o menos empleos, pues no son diseñadas para esos fines. Las leyes laborales actúan para organizar las relaciones humanas entre el patrono (empleador) y el empleado, pues se entiende que el primero tiene el poder económico y el segundo carece del mismo. Son leyes para promover la equidad dentro de la asimetría de estas relaciones de poder. Este balance parte de un de pacto social que ha regido las relaciones obrero-patronales por décadas, no debe ser alterado por argumentos fallidos que carecen de validez lógica y empírica”.

Alameda asegura que ningún funcionario del gobierno puede “con certeza razonable y por medio de un ejercicio matemático y/o econométrico, aseverar cuantos empleos crearía una estrategia como la de la eliminación de las leyes laborales”.

La competitividad no se alcanza auspiciando programas y estrategias que lleven a un mayor nivel de ganancias empresariales y menos derechos laborales, advierte. “Países que tienen derechos laborales fuertes, poseen menos desigualdad socio-económica, mejor estándar de vida y están en un mejor posición en las escala de la competitividad”.

Eliminar las leyes laborales no hará que las empresas contraten a más trabajadores si no son necesarios para la producción. Las leyes laborales no promueven o desalientan la emigración. La gente emigra porque no tiene empleo o para obtener un salario más alto.

Otro argumento es que las leyes laborales existentes en Puerto Rico no permitían que llegaran empresas extranjeras. “Nuevamente, otro argumento falaz y fuera de lógica”. “Si fuera correcto este argumento, Haití debería estar lleno de empresas norteamericanas y europeas. Las empresas multinacionales de Estados Unidos invierten más en Europa que en China. Un informe reciente del Congressional Research Services, escrito por el especialista James K. Jackson (2017) nos dice que el 74% de la inversión externa de Estados Undios se destina a los países ricos con altos niveles de salarios y costos salariales”.