capitolio_estados_unidos01_800

Por redacción de Sin Comillas

El Gobierno de Estados Unidos cerró. Los congresistas republicanos se negaron hasta tres veces a someter a votación una iniciativa que habría permitido mantener abierta la administración federal. Unos 800,000 empleados dejarán de percibir su sueldo a partir de ahora y varias agencias dejarán de funcionar con normalidad. Es el primer cierre del gobierno federal desde 1996.

El costo del cierre podría recortar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en un 0.15%, según JP Morgan. Si se extiende por un mes, el crecimiento del PIB se reduciría un 1.4%, según datos de Moody’s, cuyos analistas aseguran que un cierre de dos meses podría devolver al país a la recesión.

Algunos de los servicios más importantes, como patrullar las fronteras, inspeccionar la carne y controlar el tráfico aéreo continuarán. Los programas de atención a la salud como Medicaid y Medicare para ancianos y pobres seguirán pagando a médicos y hospitales.

La razón es el desacuerdo sobre la reforma sanitaria del presidente, Barack Obama. El Partido Republicano había decidido que, o se eliminaba la dotación presupuestaria para que entre en vigor esa reforma, o no daba un dólar para que la Administración estadounidense siga operando. Los republicanos exigen que la entrega del dinero para la reforma sanitaria quede aplazado en un año.

Es, en realidad, una pobre excusa para avanzar en su objetivo final, que es liquidar todo el proyecto, que constituye el mayor logro de la Presidencia de Obama. Los demócratas, y el propio presidente, rechazan de plano esa medida. La consecuencia final es que no hay dinero para mantener todo el aparato estatal en funcionamiento.

Obama había dejado claro que no cedería a las demandas de la oposición republicana. “Una facción de un partido de una cámara de una rama del Gobierno no puede cerrar la administración pública sólo para intentar cambiar el resultado de unas elecciones”, afirmó el presidente desde la Casa Blanca unas seis horas antes del momento en que entró en vigor el cierre parcial de la administración.Pero en realidad, la Ley de Sanidad de Obama ya está entrando en vigor. Desde el martes, ciudadanos podrán comparar los diferentes planes de salud de las aseguradoras.

Según las encuestas de opinión, casi la mitad de los estadounidenses cree que la reforma sanitaria de Obama tendrá un impacto negativo sobre la sociedad. Pero menos de una cuarta parte de los ciudadanos está a favor de la estrategia de los republicanos y la inmensa mayoría haría a sus líderes responsables del cierre del Gobierno federal.

El cierre del Gobierno federal paralizará la otorgación de préstamos originados en Puerto Rico y garantizados por agencias federales como la Small Business Administration (SBA), la Administración Federal de Vivienda y la Agencia de Servicios Agrícolas. Las agencias que regulan la banca permanecerán abiertas. La FHA (Federal Housing Administration) no podrá aprobar nuevos préstamos durante el cierre, sin embargo, Ginnie Mae, Fannie Mae y Freddie Mac seguirán operando.

Hasta ahora el Gobierno federal ha cerrado 17 veces desde 1976. Ronald Reagan tuvo ocho durante su periodo como presidente, es decir, uno al año en promedio. La mayoría fueron, además, muy breves, de apenas un día o dos.   

El cierre más largo duró 21 días, y fue en diciembre de 1995 y enero de 1996. Entonces los protagonistas fueron el congresista republicano Newt Gingrich y el presidente Bill Clinton, que salió reforzado y arrasó al año siguiente en la carrera por la reelección.