Según el Financial Times, la Reserva Federal podría aumentar las tasas de interés cuando el desempleo baje al 8% y la inflación subyacente suba al 1.5%. Aunque la retirada de medidas de estímulo estaba programada para febrero, la situación ha provocado que se retrase hasta julio, en medio de una tormenta de deuda y con crecientes dudas sobre la recuperación de la economía. La recuperación económica de EEUU, que en la primavera de 2010 parecía robusta, ha ido perdiendo velocidad.
El pasado agosto, la Fed dio un giro radical a su estrategia que se tradujo en una segunda ronda de compra de activos en noviembre por $600,000 millones. Esta segunda fase de compras, conocida como QE2, se completará a finales de junio. Aunque la economía parece hacer progresos, experimenta constantes altibajos.
Hace meses, Raghuram Rajan, profesor de la Universidad de Chicago y ex economista jefe del FMI, mostró su escepticismo sobre el QE2. Sin embargo, ahora entiende que a la Fed no le queda otra alternativa que incrementar muy gradualmente los tipos de interés. Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs en EEUU, es partidario de “agotar la segunda ronda y no actuar porque la inflación no va a representar una amenaza”.
El tiempo que tarde la Fed en subir los tipos afectará a la fortaleza del dólar y a la sostenibilidad de la recuperación de EEUU, advierten los expertos.
La Fed no inició la segunda ronda de relajación cuantitativa porque hubiera un alto índice de desempleo o porque la inflación estuviera por debajo del 2%, sino porque los datos de empleo no mejoraban y había incluso riesgo de caídas de precios, factores que habrían arrastrado a EEUU a una situación similar a la de Japón, según Bernanke. Las cosas han cambiado.
En los últimos meses, el desempleo ha caído un punto porcentual hasta el 8.8% y se está creando empleo. La inflación subyacente, excluyendo el precio de los alimentos y la energía, alcanzó niveles mínimos en diciembre, con un incremento interanual del 0.7%, y desde entonces ha subido al 1%. Dado que el riesgo de deflación es escaso, dejarían de estar justificadas otras compras de activos.
Según los indicadores secundarios, la economía se recupera lentamente, aunque en las últimas semanas se ha estancado. El aumento del precio del petróleo podría suponer una recuperación más lenta. “La subida de los precios de las materias primas no impedirá la recuperación, a menos que continúe”, declaró hace poco Janet Yellen, vicepresidenta de la Fed.
La decisión crucial que deberá tomar Bernanke es cuándo subir los tipos de interés. Aunque todo depende de las circunstancias, todo apunta a que la Fed moverá ficha cuando el índice de desempleo alcance el 8% y la inflación subyacente llegue al 1.5%.