Carlos Rivera Lugo (izq.), Rolando Emmanuelli y Martha Quiñones Domínguez. (Foto Sin Comillas)

El grupo «Plan B: Independencia» dice que la independencia de Puerto Rico es económicamente viable

Por Luisa García Pelatti

Hasta ahora, los esfuerzos para lograr la independencia de Puerto Rico se habían concentrado en procesos que incluían la búsqueda del apoyo internacional (a través de acudir del Comité de Descolonización de Naciones Unidas), las movilizaciones o a través de un proceso electoral o plebiscitario. Pero la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en un segundo término parece haber planteado una opción que antes no se contemplaba. ¿Y si Trump decidiera, con una orden ejecutiva, dar la independencia a Puerto Rico?

Un grupo de intelectuales puertorriqueños, que se hacen llamar «Plan B: Independencia», tomó la iniciativa, de forma muy discreta, de redactar el borrador de una orden ejecutiva con la que Trump podría declarar la independencia de Puerto Rico y lo envió al Congreso de Estados Unidos y a la Casa Blanca. Ese borrador se filtró a la prensa y se conoció en marzo. ¿Qué tan «alto» ha llegado el borrador, quiénes lo habrían leído en las altas instancias de Washington DC?

Hoy el grupo «Plan B: Independencia» celebró una conferencia de prensa para dar detalles de lo que ha llamado el «Plan nacional de desarrollo económico para un Puerto Rico soberano». Quieren dejar claro que la independencia es económicamente posible y destacan la necesidad de educar a la población. «Hablar de que la independencia es posible», apunta. El grupo quiere dejar claro que los beneficios obtenidos del Seguro Social «siempre son suyos y nadie se lo va a quitar».

El plan, de 70 páginas y disponible en Internet, propone la creación de un Fondo de Transición de Puerto Rico que permitiría financiar un proceso que duraría 20 años y que recibiría $36,000 millones anuales durante esas dos décadas de Estados Unidos. También se contempla de opción de un pago único. La propuesta significaría un ahorro de $617,000 millones para Washington en 50 años. «La colonia les cuesta $1.3 billones», se estima en el plan.

Además de ese Fondo de Transición, Puerto Rico, como gobierno independiente, podría generar entre $17,200 millones y $23,300 millones anuales en impuestos, aranceles asuaneros, tarifas portuarias y contribuciones del sector financiero, estima el grupo.

«La elección de Trump iba a traer disloques. Iba a haber recortes en los fondos federales y, particularmente, a las áreas de atención a las personas vulnerables», comentó Rolando Emmanuelli, abogado. «Decidimos articular una estrategia para caminar el único camino para desvincularnos de los fondos federales», añadió.

Emmanuelli explica que, ante la falta de un plan, «redactamos el proyecto de orden ejecutiva con la intención de establecer una logística detallada de cómo podría darse la independencia».

«Se trajo como una realidad porque estábamos observado la presidencia autocrática de Trump y Puerto Rico debía tener alguna estrategia para la falta de fondos federales», que anticipa generará recortes significativos en Puerto Rico. Ni la Junta de Control Fiscal ni el Gobierno tiene un plan, opina Emmanuelli.

El abogado, junto con la economista Martha Quiñones Domínguez y Carlos Rivera Lugo, profesor de derecho, son las caras visibles de un grupo que prefiere mantener su anonimato «por diferentes circunstancias» y que negocia con mucha cautela en Washington para evitar descarrilar el proceso.

El plan detalla cómo Puerto Rico puede establecer su independencia política, pero también económica. «Este plan es para hablarle al pueblo de Puerto Rico, no al Congreso de Estados Unidos. Para decirle que la independencia es posible», señala Quiñones, que subraya que se trata de un documento «vivo» y en «construcción» y que irá cambiando e incorporando información.

El plan, que propone anular la deuda pública «odiosa», consta de cuatro fases operacionales:

  • Fase 1 – de 1 a 5 años. Establecer la gobernanza, educación, energía, infraestructura y realizar una reforma fiscal y contributiva.
  • Fase 2 – de 6 a 10 años. Diseñar una política industrial, agricultura y sectores tecnológicos.
  • Fase 3 – de 11 a 15 años. Crecimiento de las exportaciones, servicios financieros e innovación.
  • Fase 4 – de 16 a 20 años. Maximización de ingresos, soberanía plena y consolidación económica.

«El fondo de transición de $36,000 millones es pequeño pero en 20 años podemos construir un país diferente», asegura la economista. Se va a invertir el 25% en infraestructura y energía, en industria y manufactura (22%), Educación (22%), gobernanza e instituciones (11%) y agricultura y seguridad alimentaria (11%), Innovación (8%) y Salud (8%).

El grupo «Plan B: Independencia» ha decido no hacer público en nombre de las personas con las que está negociando en Washington para evitar que los cabilderos puedan entorpecer las negociaciones.

¿Puede Trump imponer la independencia?

«El presidente (Trump) tiene la facultad de dejar sin efecto el tratado de París», asegura Emmanuelli, y con ello tiene el poder de reconocer la independencia de Puerto Rico. Mediante el Tratado de París de 1898, que puso fin a la guerra entre España y Estados Unidos, España cedió a los Estados Unidos la Isla de Puerto Rico.

  • Historia en desarrollo. Se ampliará.