Por Luisa García Pelatti

Dos años después de los huracanes Irma y María (septiembre de 2017), la economía muestra “considerables signos de recuperación”, señala el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, que ha publicado un análisis de los procesos de recuperación de Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos después de los huracanes.

Según el análisis publicado en Liberty Street Economics, el blog del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, los huracanes provocaron una caída de 7% en el empleo del sector privado en Puerto Rico. La reducción del empleo fue mucho mayor en Islas Vírgenes, donde la disminución del empleo privado fue de 19%.

La recuperación en Puerto Rico ha sido más rápida. Doce meses después de los huracanes, el empleo en el sector privado estaba 1% por debajo del nivel previo al huracán, lo que significa que se había recuperado más del 85% del empleo que se perdió inicialmente. En Islas Vírgenes, sólo se había recuperado el 30% del empleo perdido.

Según los estimados del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, dos años después, el empleo en el sector privado está ligeramente por encima de donde estaba antes de los huracanes. En Islas Vírgenes, el empleo en el sector privado todavía está 3% por debajo de donde estaba antes del huracán, la mayor pérdida de empleo en Estados Unidos, a excepción de Nueva Orleáns tras el huracán Katrina (2005).

El Banco de la Reserva Federal de Nueva York atribuye la recuperación más lenta en Isla Vírgenes tras los huracanes a que los daños fueron más amplios y severos y a que la economía está menos diversificada, centrada en el turismo. También subraya que no se han construido nuevos hoteles en dos décadas.

Otro aspecto es el salario mínimo, que es más alto en las Islas Vírgenes que en Puerto Rico ($7.25 la hora). El salario mínimo aumentó 45% en junio de 2018, hasta $10.50. El Banco de la Reserva Federal de Nueva York opina que este fuerte aumento en el salario mínimo podrían haber exacerbado los efectos en el empleo de un desastre natural y también podría ayudar a explicar por qué la diferencia en el proceso de recuperación con Puerto Rico fue más estrecha en los salarios que en el empleo.