
El lanzamiento de cohetes espaciales, desde terrenos de la antigua Base Naval Roosevelt Roads en Ceiba, podría impactar negativamente especies de alto valor ecológico.
Por Joel Cintrón Arbasetti | Centro de Periodismo Investigativo
En la costa noreste de Puerto Rico hay una franja de terreno que sobresale hacia el Mar Atlántico desde la Reserva Natural del Bosque Estatal del Municipio de Ceiba. Se llama Punta Medio Mundo y colinda con áreas de conservación natural que son hábitat de especies como el manatí antillano, la mariquita, la boa puertorriqueña, la tortuga verde y el carey.
Si se lleva a cabo una propuesta que la Autoridad para el Redesarrollo Local (ALR) de la antigua Base Naval de Roosevelt Roads ha impulsado sigilosamente, 66 cuerdas de terreno de Punta Medio Mundo, y potencialmente otras parcelas de la zona, serán utilizadas como instalaciones para lanzar cohetes al espacio. El proyecto, que conlleva la construcción de una plataforma vertical de lanzamiento, va en contra del uso que se dispone para esos terrenos en el Plan de Desarrollo del Gobierno de Puerto Rico para Roosevelt Roads, realizado en 2014.

El lanzamiento vertical de cohetes se realiza con el tipo de plataformas que se eleva desde el terreno, como una torre, y que usan la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) y compañías privadas como SpaceX, fundada por Elon Musk, para lanzar sus naves espaciales. La torre de lanzamiento de cohetes más grande del mundo, propiedad de SpaceX, localizada en Texas, se eleva a 479 pies de altura, 174 pies más alta que la Estatua de la Libertad. La propuesta de la ALR no indica qué tan alta podría ser la torre de lanzamiento que se propone para Ceiba.
La construcción de una plataforma para lanzar cohetes desde Punta Medio Mundo, en lo que fueron terrenos ocupados por la Marina de Guerra de Estados Unidos cuando operaba la Base Naval Roosevelt Roads, entre 1940 y 2004, podría tener un impacto ambiental adverso que no se ha evaluado, coincidieron varias fuentes consultadas por el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).

“Este proyecto podría causar la pérdida y destrucción de hábitats de varias especies, ya sea por la caída no controlada de fragmentos o escombros en lanzamientos fallidos, el tráfico vehicular en la zona, y manejos no adecuados de escorrentías”, dijo en declaraciones oficiales Para La Naturaleza, unidad sin fines de lucro del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico. Para la Naturaleza emitió sus declaraciones luego de que los expertos ambientales de la organización revisaran la propuesta aeroespacial del Gobierno, a petición del CPI.
Dentro de los predios de Roosevelt Roads hay 17 parcelas de terreno “designadas como espacios de conservación” por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). Quince de ellas son manejadas y administradas por Para La Naturaleza.
El terreno donde se propone construir la plataforma de lanzamiento espacial, Punta Medio Mundo, no forma parte de las parcelas designadas como espacios de conservación por el DRNA. Pero colinda con tres parcelas que sí tienen esa categoría. Daños a la vegetación, la biodiversidad y el agua, se pueden extender por un radio de aproximadamente 45 kilómetros alrededor del área de lanzamiento de cohetes espaciales, explica un artículo de la publicación científica de Communication, Earth and Environment.
Para la Naturaleza no sabía de la solicitud, que fue publicada por el Gobierno el 30 de diciembre de 2024, para recibir propuestas de compañías privadas interesadas en construir el puerto espacial en esos terrenos. La ALR tampoco consultó a la organización previo a la publicación de la solicitud, a pesar de su expertise en la protección de los ecosistemas y el manejo que hacen de los terrenos en esta área.
El DRNA no respondió a una solicitud de entrevista del CPI, ni a preguntas enviadas por correo electrónico sobre el plan de construcción de esta instalación aeroespacial y su potencial impacto ambiental.

El CPI también intentó contactar a Joel Pizá Batiz, ex director ejecutivo de la ALR que tuvo a su cargo este proyecto durante la administración del exgobernador Pedro Pierluisi, pero no hubo respuesta.
La solicitud de propuestas de la ALR dice que este proyecto busca posicionar a la antigua Base Naval Roosevelt Roads como un “centro de innovación aeroespacial que garantiza la protección de los recursos naturales y paisajísticos del lugar”, así como “instrumento para el crecimiento económico regional y punto de referencia para los avances científicos y tecnológicos en el campo aeroespacial”.
El proyecto puede incluir, entre otras cosas, infraestructura de lanzamiento y, si el espacio lo permite, instalaciones orientadas al turismo aeroespacial”.

Aunque el documento indica que la zona de Punto Medio Mundo es el lugar seleccionado por la ALR para la construcción, se deja abierta la posibilidad de que la compañía privada que sea seleccionada pueda escoger “cualquier otra área en los perímetros de Roosevelt Roads que esté disponible y sea adecuada para el proyecto. El proponente será responsable de preparar el estudio de catastro final para la propiedad seleccionada y trabajar junto a la ALR para definir la zona definitiva del desarrollo”, dice el documento.
Junta de la ALR rechazó el proyecto, pero el Gobierno sigue impulsándolo
Antes de la publicación de la solicitud de propuesta, Pizá Batiz, entonces director de la ALR, recibió una “carta de intención” de Thomas E. Markusic, co fundador y miembro de la junta de directores de FireFly Aerospace, una compañía de Austin, Texas. En la carta, con fecha del 23 de octubre de 2024, Markusic se presenta como director ejecutivo de Gigengineer PR LLC, compañía registrada en Puerto Rico el 28 de febrero de 2024.
“Agradecemos su tiempo durante los últimos meses para reunirnos y conversar sobre un posible arrendamiento de la propiedad ubicada en Roosevelt Roads, identificada como Punta Medio Mundo. En relación con nuestras comunicaciones previas y la última reunión del 21 de octubre de 2024, a continuación se presentan los términos y condiciones propuestos para la transacción”, dice la carta, a la cual tuvo acceso el CPI.

Después de esa introducción, la carta detalla los pormenores del propuesto arrendamiento. Entre ellos el derecho del contratista a expandir su proyecto por medio de varias construcciones, subcontratar otras compañías, subarrendar parcelas, acceso ilimitado a los caminos que conducen a Punta Medio Mundo y control total del acceso a los terrenos, durante y después de la construcción. En la carta no se mencionan aspectos como la creación de empleos ni cómo el proyecto beneficiaría a la comunidad.
Además, la propuesta es contraria al uso que se promueve para la zona de Punta Medio Mundo en el Plan de Desarrollo de Roosevelt Roads de 2014, preparado por el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio. Este plan indica que Punta Medio Mundo es una península pequeña y remota, con acceso directo al océano y una vista natural de 360 grados, que debe considerar como uso proyectos de energía que no emitan gases de efecto invernadero. El lanzamiento de cohetes, en los cuales se emplea quema de combustibles fósiles, genera emisiones de esos gases contaminantes que contribuyen a la aceleración del calentamiento global, según investigaciones científicas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés).
El Plan de Desarrollo de Roosevelt Roads de 2014 también promueve, para Punta Medio Mundo, la creación de pequeñas instalaciones de investigación, así como hospedajes “tipo caseta de acampar” para turistas amantes de la naturaleza.
El documento indica que Punta Medio Mundo forma parte de la Zona C de Roosevelt Roads, la cual se considera como un “Cinturón Verde”.
“El Cinturón Verde agrupa seis parcelas independientes que comparten la característica común de ser rurales y adyacentes a terrenos sensibles. Los usos en estas parcelas requieren la aprobación de un comité gubernamental especial y deben cumplir con los estándares de planificación y diseño de baja densidad y sostenibilidad. Estas áreas disfrutan de envidiables vistas al mar y admiten diversos tipos de desarrollos de bajo impacto”, dice el Plan de Desarrollo.
La propuesta de Markusic, quien ha trabajado para la NASA, y para las compañías privadas principales de la industria aeroespacial, SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic, fue rechazada en noviembre de 2024 por las comunidades de Ceiba, representadas en la junta de la ALR por la líder comunitaria María Ávila.

Ávila se opuso al proyecto, en parte, basándose en un resumen preliminar del posible impacto ambiental que solicitó al biólogo Jean C. Diaz Carrasquillo, dijo al CPI. En su análisis, Carrasquillo concluye que el proyecto podría causar erosión del terreno, retrasar el proceso de recuperación de la vida silvestre, ya impactada durante el uso militar de la zona, y afectar al mangle enano rojo, el más grande de todo el Caribe, y que ubica al sur de Punta Medio Mundo.
“Un estudio de impacto ambiental, documento requerido por ley, podría arrojar otras complicaciones”, según Carrasquillo.
Finalmente, en noviembre de 2024, la Junta de la ALR no aprobó el plan de construcción de una plataforma vertical para lanzar cohetes al espacio, presentado por Markusic.

No obstante, entre noviembre y diciembre, según Ávila, hubo insistencia de parte de Pizá Batiz para que se llevara a cabo la construcción de la plataforma de lanzamiento vertical. Y aunque la propuesta específica de Markusic quedó en suspenso, el 30 de diciembre de 2024 la ALR publicó la solicitud de propuesta, dirigida a compañías que tengan la capacidad para financiar, diseñar, construir, operar y mantener una “Instalación Vertical de Lanzamiento Espacial”, en Punta Medio Mundo.
Las compañías interesadas tienen hasta el 17 de abril de 2025 para someter sus propuestas.
Planes espaciales sin consultar a la comunidad
María Ávila, de 73 años de edad, ha vivido toda su vida en Ceiba, primero en el pueblo, después en las Parcelas Aguas Claras y ahora en el Barrio Saco. Es dueña de un taller de mecánica y centro de servicio de inspección para marbetes de automóviles, en ese barrio. También es la representante del pueblo en la Junta de la Autoridad para el Redesarrollo Local (ALR) de Roosevelt Roads.
“Cuando se presenta esto [la carta de intención para construir la plataforma de lanzamiento espacial], no se lleva a la comunidad. Una de las cosas que uno de mis compañeros y yo exigimos era que esto tenía que venir primero a la comunidad”, dijo Ávila, en referencia a que no se hicieron reuniones públicas, informativas y de consulta, como las que se han realizado para otras propuestas.
El CPI preguntó a la ALR si habían consultado con las comunidades de Ceiba, el DRNA o el Municipio, antes de realizar la solicitud de propuesta.
Yanina Cuadrado, jefa de asuntos legales de la ALR, contestó que “cualquier consulta específica realizada [con esas entidades] debe ser revisada en el contexto del proceso de desarrollo del proyecto”, y no respondió directamente si se hicieron consultas antes de publicar la solicitud de propuesta para la plataforma de lanzamiento espacial vertical.
Por su parte, el alcalde de Ceiba, Samuel Rivera Báez, no estaba al tanto de los planes del Gobierno de construir una plataforma vertical de lanzamiento de cohetes en terrenos de Roosevelt Roads. “Tú me lo estás mencionando ahora”, dijo en una entrevista con el CPI, a finales de marzo.

Ávila, la líder comunitaria de Ceiba, dijo que en principio no se oponía a un proyecto como ese, siempre y cuando no se hiciera en Punta Medio Mundo.
“Por lo sensitiva que es el área ambientalmente, puede afectar el desarrollo turístico que está programado para la zona, porque está cerca de la Playa Los Machos y relativamente cerca a viviendas”, dijo Ávila.

Además, dijo que le parecía contraproducente lanzar cohetes a 12 minutos de donde se pretende hacer un desarrollo de viviendas de lujo con campo de golf incluido.
“La visión del Gobierno desde el principio fue hacer ese tipo de proyectos, donde se encierran y no trabajan con la comunidad”, criticó Ávila.
Los sueños espaciales del Gobierno
La ALR todavía no cuenta con un director en propiedad. Desde el cambio de administración, después de las pasadas elecciones de noviembre, el ingeniero Gabriel Hernández permanece como director interino.

“Ahora mismo estamos paralizados, porque el Gobierno está paralizado. Nosotros no nos hemos reunido desde diciembre. Notamos que la gobernadora no se ha expresado para nada con relación a su política sobre Roosevelt Roads”, dijo Ávila.
La idea de construir una plataforma vertical de lanzamiento de cohetes espaciales responde a una política pública impulsada por el Concilio para la Industria Aeroespacial y Aeronáutica de Puerto Rico. Este Concilio fue creado por medio de una Orden Ejecutiva del exgobernador Pedro Pierluisi, el 25 de abril de 2022.
La Orden Ejecutiva de Pierluisi se concibió como una extensión de la política pública del Gobierno de Estados Unidos y el Consejo Nacional del Espacio, durante la administración del ex presidente Joe Biden. El documento hace referencia al “United States Space Priorities Framework”, publicado en diciembre de 2021. En él se detallan los beneficios económicos y los intereses políticos y militares que giran en torno a la industria aeroespacial de Estados Unidos. “El espacio como una fuente de fuerza y liderato”, lee uno de los subtítulos del documento.
En la Orden Ejecutiva de Pierluisi, Puerto Rico se proyecta como atractivo para esta industria por tener “una localización geográfica privilegiada”, “infraestructura necesaria” y “diversos programas de incentivos” (exenciones contributivas para compañías e inversionistas). Además, menciona los programas de educación superior especializados, como el Instituto de Aeronáutica y Aeroespacial, adscrito a la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Aguadilla, y el programa de ingeniería de la UPR, Recinto de Mayagüez.
El propósito del Concilio era “estudiar y recomendar un plan integrado para la investigación, desarrollo e inversión de la industria aeroespacial y aeronáutica en Puerto Rico”. La Orden Ejecutiva exigía que el Concilio hiciera informes al Gobernador, cada cuatro meses, sobre su progreso. El “plan de integrado”, que debía incluir “un análisis del estado actual de la industria aeroespacial y aeronáutica a nivel local, nacional e internacional”, debía entregarse a 12 meses de haberse creado el Concilio, en abril de 2023. El CPI solicitó los informes mensuales y el “plan de integrado” a la ALR, pero no obtuvo respuesta. Ni los informes mensuales, ni el plan aparecen en la página web de la ALR.
El presidente del Concilio designado por el Gobernador fue el director de la APPR. Quien último ocupó ese cargo, antes del cambio de administración, fue Pizá Batiz, quien además de director de la APPR, era director de la ALR.
Luego del cambio de administración tras las pasadas elecciones, Pizá Batiz – abogado de profesión – fue contratado, en enero de 2025, por la firma legal y de cabildeo DLA Piper en Washington D.C, en donde se enfoca en las áreas de “transporte”, “asuntos de regulación gubernamental”, “contratos con gobiernos”, “bienes raíces” y la industria “aeroespacial y de defensa”.
El Concilio Aeroespacial se reunió por última vez el 22 de febrero de 2023, según la página web donde se publican los videos de las reuniones. En esa reunión, Pizá Batiz menciona los retos que enfrenta la idea de construir una plataforma de lanzamiento espacial vertical.
“Sé que Puerto Rico tiene algunas limitaciones y desafíos en cuanto a los lanzamientos verticales, debido a la densidad poblacional, entre otros factores. Sin embargo, creemos que podemos usar barcazas y realizar lanzamientos en temporada alta, por lo que creo que los operadores pueden generar el financiamiento y los medios para ponernos ahí en el futuro”, dijo Pizá Batiz entonces.
SpaceHub Boriquén
El Concilio llegó a reunirse en tres ocasiones. En la segunda reunión, el 22 de septiembre de 2022, hizo una presentación Nathan Whigham, director ejecutivo de Gulp Data, firma de “comercialización de datos”, y presidente de EN Capital, firma de asesoría sobre bienes raíces y la industria aeroespacial.
Whigham presentó SpaceHub Boriquén, que ubica a Puerto Rico como una zona idónea para el lanzamiento de satélites para internet de alta velocidad y hacer tomas de imágenes para el Sistema de Posicionamiento Global (GPS en inglés), así como para la manufactura de productos farmacéuticos bioquímicos para diseñar medicamentos, que se benefician de las condiciones de baja gravedad espacial.
La ALR no contestó si el informe que debía presentar el Concilio al Gobernador fue comisionado a Whigham, o si éste tenía algún contrato de asesoría con el Gobierno. Intentos de contactar a Whigham no dieron resultado.
Explosiones en el cielo y efectos adversos de otras instalaciones espaciales
En su presentación, Whigham dijo que “la gasolina” de la industria aeroespacial era la compañía SpaceX de Elon Musk, la persona más rica del mundo y mano derecha del presidente estadounidense Donald Trump. Su cohete Starship es el más grande jamás construido, con 150 toneladas de peso y cuyo objetivo principal es hacer vuelos comerciales turísticos al planeta Marte.
El 16 de enero de 2025, durante un lanzamiento de prueba que salió del sur de Texas, una nave que fue propulsada por el megacohete de Starship explotó en el aire. Los escombros en llamas cayeron sobre el Caribe, lo cual afectó el tráfico aéreo entre Puerto Rico y Florida con retrasos y cancelaciones de vuelos.
Success is uncertain, but entertainment is guaranteed! ✨
— Elon Musk (@elonmusk) January 16, 2025
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Sobre este accidente Musk escribió en la red social X, de la que es dueño: “¡El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado!”
En la noche del 6 de marzo, otra nave propulsada por el megacohete de Starship, que salió de Texas, volvió a estallar en el aire. La explosión creó otra lluvia de escombros en llamas que obligó a desviar el tráfico aéreo desde el sur de Florida a Bahamas, afectando la zona del Golfo de México.
En 2020, Musk movió sus operaciones de California a varias localidades de Texas. En el sur de ese estado, en la zona costera de Boca Chica, donde está la base de lanzamiento de cohetes Starship, Musk quiere hacer una ciudad, en donde ya vive gente, para los empleados de SpaceX, que llamaría Starbase.
El New York Times ha reportado como SpaceX ha afectado el medio ambiente alrededor del sitio de lanzamiento en Texas. La compañía ha enfrentado oposición de grupos ambientales por los efectos de gran escala y los lanzamientos frecuentes cerca de zonas costeras protegidas en Texas. Incluso residentes y oficiales de la ciudad Brownsville, a 20 millas de la base, se han quejado porque los lanzamientos provocan el cierre de carreteras y obstruyen el acceso a la playa.
“Para un proyecto como este, en algún momento dado, cuando se hagan los lanzamientos, se tiene que cerrar el tráfico aéreo, se tiene que cerrar el tráfico marítimo, o sea, la ruta de Vieques y Culebra se afectaría, tanto aérea como marítima, y nos exponemos a accidentes, como los ha habido recientemente, uno detrás de otro”, dijo Ávila, la líder comunitaria de Ceiba, en referencia a las explosiones de las naves de SpaceX.
Aparte de las “restricciones incidentales” que se implementarían durante el lanzamiento de cohetes, la solicitud de propuesta del Gobierno dice que se tendrá que crear una “zona temporal de exclusión por seguridad”, antes de cualquier lanzamiento.
La “zona de exclusión” de SpaceX en Cabo Cañaveral, Florida, por ejemplo, cubre un radio de 40 millas náuticas alrededor de la plataforma de lanzamiento. Esto afecta carreteras y puentes, y restringe el tráfico aéreo durante los lanzamientos por alrededor de cinco horas, según la NASA.
Autoridad de Puertos tiene otro proyecto espacial sin concluir
Aunque el alcalde Rivera Baéz no estaba al tanto del proyecto para construir una plataforma de lanzamiento espacial vertical, sí conocía de otro plan espacial que tiene la APPR, también para Roosevelt Roads.
Se trata del establecimiento de un “puerto aeroespacial” en el Aeropuerto José Aponte de la Torre (JAT) de Ceiba. En este caso, la forma de lanzamiento de vehículos espaciales sería usando aviones convencionales, a los que se les monta una nave espacial en una de sus alas. Una vez el avión alcanza cierta altura, propulsa la nave que tiene en el ala, como un misil, en ruta hacia el espacio. Esto se conoce en la industria como “lanzamiento horizontal”.
APPR publicó una solicitud de propuesta el 22 de febrero de 2023 para el puerto aeroespacial de lanzamiento horizontal. Se supone que las compañías ganadoras se anunciaran el 30 de junio de 2023, pero esto no ha ocurrido.
Pizá Batiz, entonces director de la APPR, celebró una reunión informativa el 10 de agosto de 2023 con comunidades de Ceiba. Allí se discutió el plan de construir el puerto de lanzamiento horizontal. Desde entonces, la ALR ni la APPR han realizado ninguna otra reunión con la comunidad para informar sobre el estatus de los planes espaciales del Gobierno, dijo el Alcalde al CPI.
“Ninguna administración de Gobierno ha procurado el bienestar de los ceibeños. Toda nuestra economía se diseñó bajo lo que era y lo que generaba Roosevelt Roads a nuestro pueblo. Llevan 20 años prometiéndonos un montón de cosas y el pueblo mío está reacio a ver que sea una realidad”, indicó Rivera.
“Nuestro pueblo está esperando desarrollo y justicia hace 80 años, los 60 de la Marina y 20 ahora”, dijo Ávila, haciendo alusión a los 60 años en los que la Marina de Guerra de Estados Unidos tuvo el control de los terrenos, y los 20 años transcurridos desde que cerró dicha base naval.
Esos terrenos eran tierras de cultivo de caña y pastoreo de ganado, hasta 1940. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno de Estados Unidos abrió la base naval, y la cerró en 2004.
En el 2023, la mediana de ingreso familiar en Ceiba era de $23,204. Para el mismo año, el 41.6% de la población del municipio vivía bajo el nivel de pobreza, según datos del Censo de los Estados Unidos.
“Todos los mejores terrenos los tiene Roosevelt Road, el Gobierno nos los robó, porque es un robo lo que sucedió aquí con esos terrenos”, dijo Ávila.
El alcalde Rivera Báez mencionó que aprobó la construcción del puerto de lanzamiento horizontal porque lo vio como “una oportunidad para inyectar capital al pueblo de Ceiba, pero también viendo con mucha delicadeza qué problemas ambientales puede causar”.
“Yo aprobé el del proyecto de aeropuerto horizontal porque lo discutieron con la comunidad. Prometieron que no iba a salir de ahí, que eso se lanza en medio del mar, por allá lejísimos, y que no hay los ruidos, ni la contaminación, y la comunidad estuvo de acuerdo en esa reunión donde había casi 100 personas”, dijo Ávila.
“Lo vieron con buenos ojos, no porque sean proyectos buenos. Pero observando una comunidad que está esperando tantos años por ver algún desarrollo, pues algo que no les afecte tanto ellos lo aprueban”, concluyó la líder comunitaria.