Por Luisa García Pelatti

Standard & Poor ‘s Ratings (S&P) ha revisado la perspectiva de la deuda del gobierno central de estable a negativa. El cambio se debe a que la agencia cree que las medidas que va a tener que tomar el gobierno que salga después de las elecciones, para resolver la situación del Sistema de Retiro de Empleados, van a retrasar el objetivo de alcanzar un presupuesto balanceado para el año fiscal 2013. La perspectiva negativa significa que la agencia podría reducir la clasificación de la deuda la próxima vez que haga una revisión. Actualmente la clasificación es “BBB”, el penúltimo escalón de grado de inversión. Dos niveles por debajo ya se hablaría de bonos especulativos o bonos basura.

Horacio Aldrete Sánchez, analista de S&P, destaca que a pesar de que el Gobierno ha tomado medidas para lograr el balance presupuestario, no se ha producido una recuperación económica sostenible, lo que limitaría la habilidad del gobierno para aumentar los ingresos o reducir los gastos. Por otro lado, una reducción en el presupuesto de Estados Unidos significarían más problemas, dada la alta dependencia de la Isla a las transferencias federales.

“Una preocupación que levanta S&P es si luego de las elecciones de noviembre habrá continuidad en cuanto a la política de disciplina fiscal y voluntad para continuar ejecutando planes para resolver el problema de los sistemas de retiro”, señala Juan Carlos Batlle, presidente del Banco Gubernamental de Fomento (BGF).

S&P es la segunda agencia de clasificación de crédito que pone en perspectiva negativa la deuda del gobierno central. Ya lo hizo Moody’s Investors Service (Moody’s) en agosto del año pasado con las mimas razones que ahora esgrime S&P. Actualmente, sólo Fitch Ratings mantiene una perspectiva estable para la deuda.

“Esto fue lo mismo que hizo Moody’s hace unos meses cuando nos otorgó una perspectiva negativa también, principalmente por la situación de Retiro. Por ello, es imperativo que sigamos adelante con el trabajo que hemos comenzado para darle soluciones concretas a este problema”, comentó el presidente del BGF.

Las tres agencias mantienen sin cambios sus clasificaciones: Moody’s le da una nota de Baa1, tres niveles por encima de inversión especulativa, Fitch la clasifica BBB+ y S&P en BBB.

“S&P establece que, basado en los factores analíticos que utiliza para evaluar a los estados y territorios, Puerto Rico cae bajo la clasificación de ‘A-‘, pero el factor de la condición financiera de los sistemas de retiro y la falta de representación con derecho al voto en el Congreso de Estados Unidos, para influenciar decisiones que puedan afectar a la Isla, les restan 2 escalafones a la clasificación, colocándola en ‘BBB”, explica Batlle.

El cambio de perspectiva se produce al asignar la clasificación de la emisión de $675 millones de la Autoridad de Edificios Públicos (AEP), que saldrá al mercado esta semana.

“S&P podría subir la clasificación durante el año fiscal 2013 si el gobierno implementa un plan sostenible para salvaguardar la salud financiera de los sistemas de retiro, mantiene la disciplina fiscal que lo ha caracterizado por los últimos cuatro años y la economía continúa la tendencia de recuperación que se ha visto durante los últimos meses”, apunta Batlle. Pero si la economía se deteriora, si el déficit presupuestario se amplía en el año fiscal 2013 o si la toma de decisiones para resolver la crisis del Sistema de Retiro de Empleados se retrasa meas allá del año fiscal 2013.

Lea el Informe de S&P