Por Luisa García Pelatti
El gasto de los consumidores aumentó 3.0%, en el año fiscal 2012, más de lo que se esperaba en un ambiente de crisis económica, con una economía que creció sólo 0.1% ese año.
El aumento en los gastos de consumo es el mayor en los últimos ocho años y ha estado impulsado por los gastos de vivienda, servicios médicos y ropa. Los gastos en alimentos, cuidado personal, educación y viajes al exterior experimentaron caídas, según datos del Informe Económico al Gobernador publicado por la Junta de Planificación.
El crecimiento de los gastos de consumo personal empezó a desacelerarse en el 2005. Los gastos registraron caídas de 1.2% y 2.9% en los años fiscales 2008 y 2009, respectivamente. El punto más bajo coincide con los despidos del Gobierno en el 2009.
Los gastos mostraron una recuperación en el 2010 con un alza de 1.4%. El crecimiento fue de sólo 0.7% en el 2011 y creció 3% en el 2012.
Sorprende el dinamismo del consumo durante el año fiscal pasado. La crisis económica hacía prever que se produciría un ajuste en el ingreso de las familias que afectaría el consumo.
Por categoría, el mayor volumen de los gastos de consumo personal se dedica a “Funcionamiento del hogar”, que representa el 20.0% del total. Le siguen Ropa y accesorios (19.1%) y vivienda (13.8%). Estos tres componentes representan el 52.9% del gasto total.
Los gastos de recreación representa el 11.9% del presupuesto de los consumidores y es la cuarta categoría por volumen.
Un 10.1% de los gastos de los consumidores se van en servicios médicos y 9.1% en transporte.
La categoría de alimentos representa el 6.1% de total de gastos y se ha reducido a su nivel más bajo en los últimos cuatro años.
Llama la atención que las familias dediquen sólo el 2.8% de su presupuesto a educación, una partida que se redujo 0.6% en el 2012.
Donde sí se nota la crisis es en los gastos en viajes al exterior, que disminuyeron 8.4% en el 2012 y representan sólo el 1.1% del gasto total. En cuatro años, los gastos en esta categoría han disminuido un 41%.
En las década de los 90, los gastos en viajes llegaron a superar al gasto en educación.