Por redacción de Sin Comillas
Solo el 5% de la música programada en las orquestas alrededor del mundo está compuesta por mujeres. Para contrarrestar esta cifra, la ONG Voces Unidas por la Paz ha organizado un concierto, Mujeres globales en la música, en el que todas las obras han sido compuestas por mujeres. Programado para el 8 de marzo, el evento estará dirigido por una mujer afroamericana, Anoa Green.
“El objetivo no es otro que el tratar, como digo primero de avanzar en la igualdad de género. ¿Y cómo queremos avanzar? Con una iniciativa como ésta, en la que vamos a visualizar, lo vamos a ver en un escenario, cómo le vamos a dar por fin voz y eco al trabajo tan arduo que han llevado a cabo estas mujeres compositoras y a las que quizás no se les han dado las oportunidades necesarias”, explicó Verónica Sabbag, findadora de la ONG, diplomática de la Unión Europea y experta en gestión de conflictos, defensa y seguridad; y apasionada de la música.
El programa cuenta con las obras de 10 mujeres compositoras. “Como se trata de la Orquesta Sinfónica de Naciones Unidas, hemos querido también asegurar un cierto equilibrio geográfico, demostrando que el talento existe en el mundo entero”.
“El concierto se abre con una obra de Louise Farrenc, que es una compositora francesa del siglo XIX que abrió la puerta a muchas otras mujeres. Ocupó un lugar predominante como profesora en el Conservatorio de París y luchó por la igualdad de sueldo porque, desgraciadamente y a pesar de haber llegado a donde llegó gracias a su talento exclusivamente, le pagaban la mitad del sueldo”.
La fundadora de la ONG señala que, ante la existencia de talento femenino, la falta de representación y la desigualdad de género se deben a un problema sistémico observable en todos los demás campos profesionales. “Lo que faltan son oportunidades. (…) Creemos que ha habido avances en la identificación del problema (…) pero ahora ya creo que tenemos que ir más allá. Todo lo que se llaman las medidas de concienciación ya no son suficientes”.
El objetivo es alcanzar un equilibrio, que los organizadores de los conciertos a nivel global incluyan de forma intuitiva a mujeres en el repertorio o piensen en mujeres para dirigir orquestas. Poco amiga de las cuotas, Sabbag admite que en muchos casos son “un mal necesario” para generar cambios que permitan alcanzar un equilibrio no solo en el mundo de la música, sino en también en todos los demás ámbitos.