Por redacción de Sin Comillas
Singapur se convirtió en un ejemplo de la lucha contra el coronavirus y hasta la Organización Mundial de la Salud elogió sus resultados. Pero ahora todo el esfuerzo se ha venido abajo. Se han disparado los contagios con el regreso de trabajadores extranjeros residentes y controles menos restrictivos en los aeropuertos. Ahora Singapur ha sido cerrado completamente hasta el 4 de mayo.
A mediados de enero, cuando el brote de coronavirus ya se había propagado por Wuhan y se empezaba a extender por el resto de China, en Singapur decidieron cerrar sus tres aeropuertos. Empezaron a tomar la temperatura a todos pasajeros, quien presentara fiebre o tos era puesto en cuarentena y después se empezaron a realizar pruebas rápidas. Además se hizo famoso su sistema de rastreo a todas aquellas personas que habían estado en contacto con algún infectado. En apenas dos horas, gracias a una aplicación móvil, tenían una lista de su entorno, que era puesto en cuarentena en casa.
El 15 de marzo tenían unos 200 casos positivos. Pero a medida que el coronavirus se extendía por el mundo, muchos residentes en Singapur volvieron al país. Procedían de lugares que no registraban altas tasas de contagio, por lo que la alerta en los aeropuertos se relajó, aunque los que volvían debían pasar dos semanas de cuarentena en casa.
En abril, los nuevos contagios se empezaron a contar por miles. Ahora, ya hay más de 9,000 casos positivos, aunque la cifra de muertos continúa siendo muy baja: tan sólo 11.