El desbordamiento del río Nigua, en Salinas, provocó una catástrofe en comunidades aledañas. (Foto: Abimael Medina | Centro de Periodismo Investigativo)

Aunque FEMA separó $62 millones para proyectos de mejoras permanentes en la red de canales, la AEE estima que las obras no comenzarán hasta 2024 y no pueden asegurar que las mejoras eviten la obstrucción en los canales durante lluvias como las que dejó el huracán Fiona.

Por Víctor Rodríguez Velázquez | Centro de Periodismo Investigativo

Las comunidades aledañas a los canales de riego cuyas condiciones empeoraron por las inundaciones causadas por el paso del huracán Fiona continuarán en riesgo pues no existen soluciones inmediatas que eviten las obstrucciones de estas zanjas durante eventos de lluvia extraordinaria, dijeron expertos y el Gobierno de Puerto Rico al Centro de Periodismo Investigativo (CPI).

Aunque la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) separó $62 millones en fondos de recuperación del huracán María para proyectos de obra permanente en esta red de canales, el proceso está todavía en la etapa de diseño, uno de los pasos iniciales requeridos por la agencia federal para separar los fondos y, eventualmente, desembolsarlos. La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) presentó en octubre de 2021 tres proyectos de obra permanente ante FEMA para los tres distritos de riego que administra en Patillas, Isabela y Lajas.

Esas estructuras pertenecían a la desaparecida Autoridad de Fuentes Fluviales, creada en 1941 para administrar los embalses usados para la generación eléctrica. Los canales de riego son parte de ese sistema y   proveen agua para la agricultura de esas zonas. En 1979, la Autoridad de Fuentes Fluviales se convirtió en la AEE.

El director de la División de Riego, Represas y Embalses de la AEE, José Bermúdez Díaz, dijo que debido al proceso “burocrático de FEMA” se estima que las obras no inicien hasta el año 2024.

De acuerdo con Bermúdez Díaz, los fondos — que fueron solicitados por medio del programa de Estrategia de Obligación Acelerada de FEMA (FAASt, en inglés) — serán destinados a recubrimientos en hormigón del cauce de los canales, válvulas de entrega de agua para clientes agrícolas e infraestructura para medición de flujos en las entregas de agua.

Falta de acción del DRNA puso en mayor riesgo a las comunidades en Salinas

Bermúdez Díaz  aseguró inicialmente que esas mejoras con fondos de recuperación no evitarán que se percole agua con sedimentos hacia los canales cuando se desborden otros caudales durante inundaciones masivas.

Pero al insistirle unos días después sobre qué espera hacer la agencia para evitar que los canales se obstruyan o se sobrecarguen durante eventos atmosféricos de mucha lluvia, el funcionario dijo que como parte de los proyectos con fondos de FEMA se evaluará aumentar la capacidad de los aliviaderos de estos canales. Un aliviadero es una abertura longitudinal para reducir la velocidad del agua que baja por un canal y que permite descargar el exceso.

Las calles de varias comunidades en el barrio Río Jueyes, en Salinas, se inundaron cuando el río Nigua se salió de su cauce. (Foto: Abimael Medina | Centro de Periodismo Investigativo)

“Cuando hablamos de escorrentías, es agua que cae en los valles y en las montañas por donde discurren [los canales]. Estos son canales abiertos para llevar el agua de un punto A a un punto B. Cualquier exceso de agua es manejada por los aliviaderos. En los proyectos [con fondos de recuperación] se evaluará la posibilidad de aumentar su capacidad”, dijo.

Bermúdez Díaz indicó que el día antes del huracán Fiona, la AEE cerró el paso del agua controlada que envían desde los embalses y represas por medio de estos canales y que suple a agricultores y abonados de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

Aunque el Director de Riego insistió en que los canales están limpios como parte de su mantenimiento regular, sí reconoció que los sedimentos que arrastraron las escorrentías cuando el río Nigua salió de su cauce, pudieron haber llegado a los canales de riego y empeorado las inundaciones en Salinas.

El CPI cuestionó al funcionario sobre denuncias de residentes de Salinas que dijeron que los canales en esa zona no estaban limpios previo al paso del huracán Fiona. Bermúdez Díaz rechazó las denuncias al sostener que el mantenimiento de estos canales es diario porque se usan para suplir agua potable a agricultores y a sobre 600 mil abonados de la AAA.

“Estos son canales de aguas controladas que están en servicio. Si un canal de estos tiene una obstrucción, no puedo servir agua. Si esos canales no se hubieran mantenido o estuvieran sucios, esa agua no llegaría”, dijo. Añadió que “cada canal tiene celadores y un grupo de personas que se dedican a caminarlos, revisarlos y limpiarlos con maquinaria”. El CPI solicitó al funcionario los registros de limpiezas de cada canal de 2017 a 2022, pero la AEE indicó que ahora la prioridad de los directivos está en las operaciones de emergencia tras el huracán, por lo que, al cierre de esta edición, no atendieron la petición.

La versión sobre la limpieza de los canales que tienen los vecinos del área inundada es distinta.

Wanda Pica, residente en la barriada López en Salinas, contó al CPI que el jueves 15 de septiembre, tres días antes del paso de Fiona, llamó a la Oficina de Atención al Ciudadano de Salinas para solicitar que fueran a limpiar los canales de riego pues previo al huracán residentes de la zona cortaron árboles y los lanzaron a esas zanjas. El 16.5% de las 46,140 cuerdas de terreno que comprenden el municipio de Salinas están clasificadas inundables, según el Mapa de Tasas de Seguros de Inundaciones de FEMA.

Pica dijo que personal del municipio pasó el sábado en la mañana, pero solo limpiaron un tramo de otros canales destinado a los sistemas de descarga pluvial que están bajo el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), mas no los de riego.

La alcaldesa de Salinas, Karilyn Bonilla Colón, evadió contestar preguntas del CPI sobre las denuncias específicas de residentes de su municipio sobre la falta de limpieza en los canales de riego que administra la AEE. Coincidió con Bermúdez Díaz en que la corporación pública mantiene limpieza constante en esas estructuras, por lo que no vio la necesidad de solicitar una limpieza de emergencia previo al huracán Fiona.

El tránsito vehicular se afectó en el área de Las Ochenta, en Salinas, después del embate del huracán Fiona. (Foto: Abimael Medina | Centro de Periodismo Investigativo)

“No es correcto decir que los canales de riego no tenían mantenimiento, porque se les da mantenimiento continuo porque es lo que usan diariamente nuestros agricultores para sus siembras. Además, no son canales de drenaje”, acotó Bonilla Colón.

Para la ejecutiva municipal, lo que agravó el problema de inundación en su municipio fue la falta de limpieza en el río Nigua, acción que le correspondía al DRNA. Afirmó que esa situación contribuyó al desbordamiento del río y que fue eso lo que provocó que el excedente de agua fuera transportado por los canales de desagües y por los de riego por fuerza de gravedad.

Aseguró que el municipio se encarga solo de mantener limpias las quebradas, zanjas y canales de desagüe, mediante un acuerdo con el DRNA y que esa agencia es la responsable de limpiar el río Nigua.

Bonilla Colón denunció que el DRNA no atendió una solicitud que hizo el municipio en febrero de este año para que limpiara ese río, como lo establece el acuerdo.

“El Municipio hizo la solicitud de limpieza del río Nigua desde febrero al DRNA, porque es responsabilidad de ellos y no lo hicieron. Al no hacerlo, la semana que se anunció el evento [atmosférico] solicité autorización para entrar de emergencia y me la dieron, pero el jueves. Los trabajos los hizo el municipio y no el DRNA, como es su responsabilidad”, denunció la funcionaria al tiempo que precisó que los trabajos en la limpieza del río el sábado solo alcanzaron para atender “las partes más críticas”, pero no el cauce completo.

El río Nigua se origina al norte del Barrio Lapa de Salinas, en los terrenos del Campamento Santiago, a 300 metros sobre el nivel del mar y recorre unas 10.5 millas, según el Plan Integral de Recursos de Agua de 2008.

La secretaria de Recursos Naturales y Ambientales, Anaís Rodríguez Vega, aceptó el martes 20 de septiembre en conferencia de prensa que sabía que había unas solicitudes pendientes para limpiar el río. Puso de excusa que no aprobó el permiso de limpieza antes porque presuntamente tuvo que esperar por el aval del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos. Pero el CPI cotejó y la Ley de Política Pública sobre la Prevención de Inundaciones en Puerto Rico, la Conservación de Ríos y la Dedicación a Uso Público de Fajas Verdes no le requiere este permiso, pues esta agencia federal solo trabaja en proyectos de restauración de ríos a sus cauces naturales, no en asuntos de limpieza y conservación.

Rodríguez Vega reconoció que al aprobarle al municipio el permiso de limpieza del río Nigua apenas tres días antes del huracán, los trabajos hechos por el ayuntamiento no fueron suficientes para mitigar la inundación severa en Salinas.

La Alcaldesa todavía no tiene un estimado de los daños dejados por el huracán Fiona en Salinas. Preliminarmente dijo que 2,500 casas se inundaron y que se afectó mucha infraestructura pública. Hasta el pasado miércoles 21, 197 personas permanecían refugiadas en la Escuela Carlos Colón Burgos, de las 426 que fueron desalojadas el domingo en la noche de los barrios Playa, Playita, Las Mareas y Las 80.

Según el Servicio Nacional de Meteorología, el huracán Fiona dejó sobre 30 pulgadas de lluvia acumuladas desde el sábado 17 al lunes 19 de septiembre en todo Puerto Rico. Esa cantidad de agua se observó en la zona sur por la que discurre el canal de riego entre Patillas, Arroyo, Guayama y que desemboca en el río Nigua en Salinas. Mientras que en las zonas donde se ubican los otros dos distritos de canales de la AEE — Lajas en el suroeste e Isabela en el norte — se acumularon entre cuatro y 12 pulgadas.

Los $62 millones que se estimaron para las mejoras de los tres distritos de canales de riego forman parte de los proyectos bajo la subvención de $9,400 millones que FEMA separó para la AEE en 2020 por medio del FAASt.

Según datos de la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia de Puerto Rico (COR3), de esa cuantía, $32,140,000 serían para el distrito de Patillas y dos partidas de $15 millones para los distritos de Isabela y de Lajas. Con estos proyectos, la AEE mejoraría el flujo de agua desde los embalses para suplir a la AAA y para los proyectos agrícolas del área.

Los estimados de costos de los tres proyectos se completaron en junio de este año, según el informe más reciente de infraestructura que la AEE presentó al Negociado de Energía.

Las soluciones para mitigar riesgo en los canales tomarían mucho tiempo

Para el planificador Félix Aponte Ortiz, exintegrante de la Junta de Gobierno de la AAA, existen soluciones que a largo plazo podrían ayudar a minimizar el efecto del desbordamiento de los canales de riego en las inundaciones severas.

Reconoció que serían iniciativas onerosas y tomarían tiempo. Además, dijo que se debe tomar en cuenta que los canales no son el único factor que propicia inundaciones en Salinas.

“Salinas ha estado en un periodo de sequía significativo por años, los terrenos están expuestos a erosión cuando llueve. Esta lluvia [con Fiona] rompió un patrón de sequía sustancialmente. Hubo poca disipación de la energía del agua porque no hay vegetación arbórea en la zona y el agua disuelve el suelo y lo transporta mientras el viento transporta ramas [que obstruyen desagües]. Todo esto se sumó a las marejadas ciclónicas”, detalló.

Sugirió que la AEE siembre vegetación alrededor de los canales de riego a manera de barrera para los sedimentos.

“Los canales tienen roturas y escapes, y muchas de las quejas de los vecinos es que surgen desbordes cuando hay obstrucciones en el canal y pueden afectar localmente a las comunidades aledañas. La vegetación [alrededor de los canales] sirve como filtro porque puede atrapar sedimentos y le reduce la velocidad al agua. El agua cuando gana velocidad tiene la capacidad de disolver el suelo y a la vez transportar ese material erosionado. Con más vegetación, es menos suelo susceptible a llegar a los canales”, explicó.

También recomendó que se considere elevar los canales para que no lleguen los caudales de cuerpos de agua colindantes cuando se desbordan.

Aponte Ortiz recordó, además, que la infraestructura de estas redes de canales de riego data de principios del siglo 20, con un material de construcción que quizás ya no es apto para las condiciones climáticas que atraviesa Puerto Rico, sobre todo en municipios del sur.

Además, esos terrenos dejaron de tener la misma intensidad agrícola que a principios del siglo pasado y parte de ellos son usados con fines residenciales. Las inundaciones que sufren ahora los residentes de esa área responden, en gran parte, a ese aumento de caudal que se le impuso a Salinas a principio del siglo 20 para las antiguas plantaciones azucareras, según se desprende del Plan Territorial del Municipio de Salinas de 2012.

La infraestructura de estas redes de canales de riego data de principios del siglo 20 como muestra esta foto en un cañaveral, en Guánica. (Foto de Jack Delano / Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos)

El planificador propuso que se transformen estos canales abiertos por un sistema de tuberías en PVC que permita transportar el agua usando las zanjas existentes.

“El PVC es liviano, flexible y relativamente barato y se podría usar la misma servidumbre del canal para transportar agua directamente desde la represa hasta el agricultor o la planta de tratamiento que vaya a usar esa agua para uso doméstico”, planteó.