Por redacción de Sin Comillas

La tasa de incidencia de COVID-19 bajó a 66.85 casos confirmados por 100,000 habitantes, según datos del Departamento de Salud publicados el 7 de febrero. Desde el jueves (94.37), la incidencia ha caído un 29% y lleva cinco días por debajo de los 100 puntos, algo que no se veía desde el 15 de diciembre (82.1).

La incidencia había alcanzado los 714.19 casos por 100,000 habitantes el 31 de diciembre, el nivel más alto en esta ola provocada por la variante ómicron. Cuando se contabilizan los casos confirmados y probables, la tasa de incidencia había llegado a los 2,244.67 por 100,000 habitantes el 3 de enero. Ahora está en 98.76, una reducción de 96%.

A pesar de la caída de la incidencia, los números sigue siendo altos. Una incidencia por encima de 100 se considera “alta” y entre 50 y 99.9 es “sustancial”. El 14 de diciembre de 2021, la incidencia estaba en 42.18, lo que se considera un nivel “moderado” (entre 10 y 49.9 casos por 100,000 habitantes). Para llegar hasta un nivel “bajo”, la incidencia debería estar por debajo de 10 por cada 100,000 habitantes.

También han bajado las hospitalizaciones. Ayer había 286 adultos y 14 menores hospitalizados con COVID-19. Por su parte, el número de fallecidos se situó en un promedio de 8.6 entre el 29 de enero y el 3 de febrero, según datos publicados por el bioestadístico Rafael Irizarry. Para los datos de muertes se usa el promedio de siete días para contrarrestar el efecto que tiene el día de la semana.

Por su parte, la tasa de positividad, que llegó a alcanzar el 40% en los primeros días de enero (39.5% el 6 de enero), se ha estancado en torno al 15% durante la última semana (15.3% el 7 de febrero). La Coalición Científica recomienda bajar la tasa de positividad por debajo del 3%.