Por redacción de Sin Comillas
“El impacto de la reconstrucción de Puerto Rico empezó a sentirse en la economía, a juzgar por lo que indican los indicadores principales”, señala José Caraballo Cueto, profesor de economía de la Universidad de Puerto Rico en Cayey. Sin embargo, indica que hay tres temas que son preocupantes: la desigualdad y la duración de la recuperación y el mal ajuste con la deuda pública.
La ausencia de un modelo de crecimiento vigoroso de largo plazo hace que el pronóstico de crecimiento económico sea uno moderado y efímero, explica Caraballo Cueto.
Por su parte, el gobierno y la Junta de Control Fiscal aparentan ignorar los niveles sustentables de deuda en la reestructuración actual, lo que hace prever una segunda ronda de reestructuración que alargará la recuperación y la estadía de la Junta.
El gobierno y la Junta, dice, son indiferentes a la desigualdad de la reconstrucción. El economista propone que la desigualdad se corrija con un impuesto temporero a los sectores beneficiados con la reconstrucción para crear un fondo que provea viviendas a los damnificados desprovistos de otra ayuda. “Los sectores constructores se opondrán, pero es importante señalar dos cosas. Uno, el sector de la construcción debe recordar que el Congreso no quería ayudarlos a ellos en particular: las asignaciones vendrán ya que la presión pública estadounidense se volcó a favor de los damnificados. Es decir, sin damnificados sus negocios no crecerían, por lo que compartir la bonanza con los damnificados debería ser loable. Dos, aun con un impuesto temporero, el sector de la construcción estará mejor con la reconstrucción que sin ella: siguen teniendo una mejora neta en su bienestar material”, comentó Caraballo Cueto.