Por redacción de Sin Comillas

Ayer, al filo de la medianoche, Ricardo Rosselló informó, en un mensaje grabado, que renuncia a la posición de gobernador. Tras un proceso de transición de nueve días, la renuncia será efectiva el viernes 2 de agosto a las 5 de la tarde. Es el primer gobernador de Puerto Rico que se ve obligado a renunciar tras días de multitudinarias manifestaciones exigiendo su salida.

Ante la ausencia de un secretario de Estado, la Constitución establece que le sustituirá la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez.

En un mensaje de menos de 15 minutos, Rosselló quiso destacar su trabajo en los dos años y medio que estuvo a cargo del gobierno y dejó para el final el anuncio de su renuncia, que se produce tras conocerse los arrestos de dos miembros de su gobierno con cargos por corrupción y después de que se hiciera público, el 13 de julio, el contenido de un chat de Telegram (revelado por el Centro de Periodismo Investigativo) en el que participaban el gobernador y algunos de sus colaboradores y en el que insultaban y hacían comentarios homófobos y machistas de periodistas, mujeres, artistas, políticos y se burlaban de los muertos durante el huracán María (septiembre, 2017).

Explicó que renuncia “luego de escuchar el reclamo” del pueblo, porque siente “que continuar en esta posición representa una dificultad para que el éxito alcanzado perdure”.

“Espero que esta decisión sirva como un llamado a la reconciliación ciudadana que tanto necesitamos para seguir adelante teniendo como norte el bienestar de Puerto Rico. Culmino mi mandato y lo más que deseo es la paz y el progreso para nuestro pueblo”.

Aparentemente tranquilo, Rosselló hizo un recuento de los retos de su administración, la primera que tuvo que trabajar con una Junta de Control Fiscal impuesta por el Congreso de los Estados Unidos, “inmersos en una quiebra, con un déficit que sobrepasaba los 7 mil millones de dólares y sin fondos suficientes para el pago de nómina y pensiones”.

Dijo que a pesar de ello, se aprobó “el primer plan fiscal y la política pública del Plan para Puerto Rico, estableciendo el camino de planificación ejecución y progreso que nos ha llevado a lograr el primer presupuesto balanceado en muchísimo tiempo”.

Se congratuló de no haber tenido que efectuar despidos de empleados públicos, de hacerle frente a la Junta de Control Fiscal y al “discrimen” del Gobierno federal y dijo estar convencido de que “los recursos que Puerto Rico ha comenzado a recibir para su reconstrucción son el fruto de nuestro trabajo y reclamo, junto a la comisionada residente y nuestro equipo de trabajo, ante el Congreso federal”.

Rosselló señaló que su gobierno es el responsable de haber logrado “el primer crecimiento económico positivo en más de una década —con 4.1 por ciento de crecimiento— y el desempleo más bajo en toda nuestra historia, sacando a miles de padres y madres del sufrimiento de la pobreza”. Pero lo cierto que se debe, principalmente, a los fondos de recuperación que ha estado llegando tras el huracán María (septiembre, 2017).

Destacó que su gobierno bajó los impuestos, creó el crédito al trabajo y “nuevas industrias”: cannabis medicinal, video gaming, apuestas deportivas y criptomoneda. Responsabilizó a su administración de haber reformado los permisos y de haber encaminado proyectos de alianzas público-privadas que incluyen transportación marítima y la privatización de la transmisión y distribución de la Autoridad de Energía Eléctrica.

“A final de cuentas, los resultados son lo que más vale. Reconozcamos que son resultados favorables, en el peor escenario imaginable”, manifestó. “Ningún gobierno ha logrado implementar cambios transformacionales que hacen del Puerto Rico de hoy un lugar más equitativo y más justo”.