Por redacción de Sin Comillas
El director de investigaciones del Centro para una Nueva Economía (CNE) Deepak Lamba Nieves hizo un llamado a que se cambie la conversación sobre pobreza en Puerto Rico y a que se sustituya el discurso que por uso y costumbre incluye palabras de visión limitada como: dependencia, vagos, “cuponeros” y mantenidos. Lamba Nieves, quien participó en un evento denominado “Voces de la Pobreza”, organizado por la Administración de Desarrollo Socioeconómico de la Familia (ADSEF), dijo que el CNE realizará un proyecto piloto, junto con la Administración de Desarrollo Laboral (ADL) y el Departamento de la Familia, para ayudar a que aquellas personas que quieran entrar en el mundo laboral formal lo puedan hacer sin ser penalizados.
“La responsabilidad de esto es compartida y necesitamos reconocer que no podemos seguir desarrollando estrategias para la pobreza hoy día de la misma forma en que se hizo décadas atrás. El cambio de conversación no es solo a nivel individual y mediático sino también a nivel gubernamental y dentro de la academia para que se generen nuevos debates, definiciones y soluciones que permitan atajar la pobreza”, expresó.
. Se está diseñando un proyecto piloto que tiene como fin ayudar a que aquellas personas que quieran entrar en el mundo laboral formal lo puedan hacer sin ser penalizados. Que la política pública apoye a las familias que quieren entrar a la economía laboral formal y dejar así atrás la inseguridad económica.
El diseño preliminar del proyecto piloto pretende comenzar con los beneficiarios del programa TANF (Temporary Assistance for Needy Families). Se trata en su mayoría de mujeres o madres solteras. “Vamos a experimentar con un proyecto piloto, con una metodología precisa, para estudiar qué ocurre si le otorgamos un incentivo monetario y adiestramiento laboral en la transición hacia el trabajo a aquellas personas que anteriormente no estaban trabajando en la economía formal”, declaró. Además, explicó que estarán analizando qué pasa cuando una persona empieza a moverse en la formalidad, y qué sucede cuando en vez de penalizarla, se le incentiva mediante beneficios monetarios y no monetarios. La idea es ver si los participantes se van acercando más hacia la seguridad socioeconómica.
El piloto se encuentra actualmente en la revisión de parámetros para lograr un proyecto sensato y efectivo que mueva la conversación y la acción a otro nivel. No se trata de improvisar con nuevos diseños, sino de estudiar el fenómeno a profundidad. El diseño conlleva un componente cuantitativo y otro cualitativo con entrevistas, análisis etnográficos y encuestas para conocer los caminos hacia la autosuficiencia.
Lamba Nieves lamentó que en Puerto Rico estemos usando un discurso sobre pobreza anclado en una noción sumamente peligrosa: que los pobres son pobres porque quieren serlo y que si quisieran se amarraban bien los zapatos y salían a comerse el mundo.
“Eso no es cierto porque obvia toda la dimensión sistémica que en cierta medida contribuye al deterioro de la calidad de vida y la falta de oportunidades que impide a las personas de escasos recursos poder salir de la pobreza”, dijo, aseverando enfáticamente que hablar de eliminar o erradicar la pobreza es una falacia. Explicó que mientras existan diferencias entre clases sociales y una idea de progreso socioeconómico, existirá la pobreza pues es una categoría que sirve como la negación del progreso. Más que la eliminación de la pobreza, lo que evidenciamos constantemente es su transformación de un perfil a otro. Todavía, y luego de décadas de promesas de progreso, casi la mitad de nuestra población está bajo los índices de pobreza.
Es importante también que reconozcamos que parte de la nueva conversación es que no hay una sola pobreza sino que hay varios rostros de pobreza y uno de ellos es la categoría denominada como los trabajadores pobres.
El avanzar la discusión sobre trabajadores pobres es importante porque nos ayuda a eliminar mitos como el de que “si consigues trabajo dejas de ser pobre” o que “los pobres lo que tienen que hacer es buscarse un trabajo”. “Aquí hay evidencia de personas que salen a trabajar todos los días e inclusive algunos que trabajan a tiempo completo y no logran salir de la pobreza”, declaró.
Los análisis realizados hasta el momento indican que la situación no ha mejorado en cuanto a los trabajadores pobres se refiere. “Aunque los cálculos no nos permiten inferir que ha habido un cambio estadísticamente significativo, resulta preocupante que en casi una década se ha progresado poco.” A pesar de aumentos en el salario mínimo desde el 2005, no se evidencia mucho avance en hacerles justicia socioeconómica a los trabajadores pobres de Puerto Rico.
“Llevamos décadas haciendo lo mismo y lo que hemos evidenciado, son los mismos resultados. Después de décadas de repetición sin efectividad, lo que sabemos a ciencia cierta sobre la pobreza es que no hemos hecho lo suficiente”, concluyó el investigador.