Por redacción de Sin Comillas
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha dejado claro este miércoles en el Senado de Estados Unidos que su prioridad es la lucha contra la inflación. En su comparecencia bianual ante el Congreso, Powell ha declarado que está “firmemente comprometido” con la reducción de la inflación, pero ha admitido que existe el riesgo de que se produzcan sorpresas con la inflación. “La elaboración de una política monetaria adecuada en este entorno incierto exige reconocer que la economía suele evolucionar de forma inesperada”, señaló Powell.
La Reserva Federal cree que todavía es posible de lograr el aterrizaje suave de la economía de Estados Unidos, es decir, controlar la inflación sin que el desempleo se dispare y el país entre en recesión. Pero reconoce que hay factores fuera de su control, como los problemas en la cadena de suministros o los precios de la energía, que pueden hacerlo imposible.
El presidente de la Reserva Federal opina que la economía de Estados Unidos está fuerte y puede resistir nuevos aumentos en las tasas de interés, aunque no desveló el ritmo de esas subidas. Powell se presentará mañana ante la Comisión de Servicios Financieros de la Reserva Federal.
Powell ya indicó tras la última reunión del comité de política monetaria de la Reserva Federal que en julio planeaba una nueva subida de 0.50 ó 0.75 puntos. “Creo que lo que verán será un progreso continuo, un progreso rápido hacia tasas de interés más altas”.
Aunque las subidas de tasas afectarán la demanda, ha explicado que “no queremos reducir la demanda, queremos reducir el crecimiento, reducir la demanda sería provocar una recesión” y añadido que “nos esforzaremos por evitar añadir incertidumbre en lo que ya es un momento extraordinariamente difícil e incierto. Estamos muy atentos a los riesgos de inflación y decididos a tomar las medidas necesarias para restablecer la estabilidad de precios. La economía estadounidense es muy fuerte y está bien posicionada para manejar una política monetaria más estricta”.
La Reserva Federal aprobó este mes la mayor subida de tasas desde 1994, 0.75 puntos porcentuales. Con ello trata de combatir una elevada inflación, que en mayo fue de 8.6%, la más alta en 40 años.
Para contener la inflación, Joe Biden el presidente de Estados Unidos, ha propuesto suspender durante tres meses el impuesto federal a los combustibles. El impuesto es de 18 centavos por galón (4.76 centavos por litro) en el caso de la gasolina. El precio de la gasolina en Estados Unidos estaba en $5 el galón ($1.32 por litro) la semana pasada, según datos de la Administración de Información Energética del Departamento de Energía de Estados Unidos.