Por redacción de Sin Comillas
Popular, Inc. (NASDAQ: BPOP) anunció que ha alcanzado un acuerdo para la recompra acelerada (ASR, por sus siglas en inglés) de un total de $231 millones en acciones comunes del banco. En marzo, el banco había anunciado sus planes de recomprar hasta $400 millones de sus acciones.
El 26 de agosto de 2022, Popular realizará un pago inicial de $231 millones y recibirá una entrega de 2,339,241 de acciones comunes.
Los $231 millones en acciones comunes del programa de recompra es igual a la suma de los restantes $100 millones en recompras de acciones ordinarias contempladas como parte del programa anunciado en enero y los $131 millones estimados en ganancias después de impuestos reconocidas por la corporación como resultado de la venta de sus acciones comunes restantes de EVERTEC, Inc., anunciada el 15 de agosto de 2022.
Este año, Popular ya había anunciado la recompra de $500 millones de sus acciones en enero y $400 millones en marzo. En mayo del año pasado, completó la recompra acelerada de $350 millones en acciones comunes, en mayo de 2020 recompró $500 millones y $250 millones en 2019.
Los títulos de Popular cerraron el viernes en $79.95, una caída de 1.30% respecto a la jornada anterior. El nivel más alto en las últimas 52 semanas fue de $99.49 y el más bajo $70.00.
¿Por qué las empresas compran sus propias acciones?
En 2021, las empresas del Standard & Poor’s (S&P) 500, el índice que incluye a las 500 mayores corporaciones cotizadas en Estados Unidos, destinaron más de $880,000 millones a recomprar sus propias acciones, un 69.6% más que el año anterior. Según Goldman Sachs, las recompras de acciones propias puede superar este año $1 billón de inversión.
La compra de acciones propias es un mecanismo que utilizan las compañías para subir el precio de sus acciones y demostrar el atractivo de sus títulos. Comprar acciones propias muestra confianza al mercado. Además, reduce el número de acciones en circulación, lo que hace que las ganancias por acción crezca mucho más que el ingreso neto de la empresa.
Los que critican esta práctica señalan que las empresas deberían invertir en sus negocios y empleados en lugar de especular con sus propios títulos.