Albert Bourla, presidente de Pfizer.

Por redacción de Sin Comillas

La creciente complacencia sobre el COVID-19 y la politización de la respuesta a la pandemia costarán vidas a medida que el mundo se vea afectado por nuevas oleadas del virus en los próximos meses y más muertes, advirtió el presidente de la farmacéutica Pfizer, Albert Bourla.

El cansancio de la gente ante las restricciones, el deseo de los políticos en cantar victoria antes de tiempo, la falta de interés en las vacunas de refuerzo y la caída de la inmunidad frente a las diferentes variantes podrían dar lugar a “olas constantes” de COVID-19, con consecuencias visibles dentro de 3 a 6 meses, señala el ejecutivo durante una entrevista en el Foro Económico Mundial que se celebra en Davos, Suiza, donde la mayoría de los asistentes no llevaban mascarillas.

“Lo que me preocupa es la complacencia”, dijo el ejecutivo griego. “Tengo la sensación de que cuando hablo (de COVID) con mis amigos, la gente está dispuesta a transigir y a bajar el listón: quizá podamos aceptar que mueran unos cuantos ancianos más, (en lugar de) tener que trabajar con una mascarilla”, polemiza en declaraciones publicadas por Financial Times.

Salud informa de 13 fallecidos

En Puerto Rico, donde la mascarilla ya no es obligatoria en espacios interiores (salvo alguna excepciones) los casos han experimentado un fuerte repunte desde finales de marzo. El Departamento de Salud informó el miércoles el deceso de 13 personas, siete de ellos vacunados con dosis de refuerzo. Hay 388 personas hospitalizadas, 57 de ellos son menores de 18 años. La tasa de incidencia, que llegó a superar los 1,000 casos por 100,000 habitantes durante 11 días, cayó a 608,26 por 100,000 habitantes el 24 de mayo. La tasa de positividad está en 29.36%. Desde que comenzó la pandemia, hace más de dos años, han fallecido 4,330 personas, según los datos oficiales.

Bourla ha mencionado la reciente iniciativa de Pfizer de ofrecer sus medicamentos y vacunas protegidos por patente (incluida la del COVID-19) a 45 países de ingresos bajos sin ánimo de lucro, y ha compartido que la empresa está “redoblando” la producción de su píldora Paxlovid, por la que apuesta como la principal herramienta para controlar la pandemia hasta que aparezcan nuevas vacunas.

Por otra parte, ha señalado que Pfizer está vigilando “muy de cerca” los brotes de viruela del mono que están afectando a varios países, y que sus conversaciones con los científicos de la empresa sugieren que no hay preocupación de que se pueda convertir a algo parecido a la pandemia de COVID-19.

Respecto a Estados Unidos, Bourla se mostró preocupado porque el Congreso no llegue a aprobar los $22,500 millones en fondos para vacunas y tratamientos para el COVID que solicitó el presidente Biden, lo que podría dejar al país sin suministros.