Por Centro de Periodismo Investigativo

Las personas envejecidas del Hogar Leila Raquel en Adjuntas esta vez no tuvieron que enfrentar la ansiedad de quedarse sin electricidad por el paso de la tormenta Ernesto al norte de Puerto Rico. A diferencia de cuando vino el huracán María en el 2017, la experiencia ahora fue distinta para este hogar, así como para muchos residentes y negocios de Adjuntas, que esta vez tenían placas solares en sus casas o negocios gracias al trabajo de la organización comunitaria Casa Pueblo.

“Sabemos de, al menos, dos de las instalaciones de adultos mayores que se han podido manejar gracias a la instalación de placas solares. Sus terapias las han podido tener. Esto nos confirma que esta ruta de cambio funciona”, dijo Arturo Massol Deyá, director ejecutivo de Casa Pueblo.

En las redes sociales, personal del Hogar Leila Raquel confirmó el buen resultado de esta iniciativa de instalación de energía solar.

“Gracias a Casa Pueblo de Adjuntas y SOL de La Montaña estamos pasando esta tormenta energizados ya que contamos con placas solares. Más adicional tenemos aparte una planta de 11 Kilos [en caso] de que nos quedemos sin suministro de las baterías”, pusieron en Facebook.

La Finca La Olimpia, que es parte de los proyectos de Casa Pueblo, recibió entre cuatro y ocho pulgadas de lluvia, como se aprecia en los videos compartidos por la organización comunitaria.

 

En el Bosque La Olimpia de Adjuntas sigue lloviendo y con ventolera (video por @axel_massol_deya). #Ernesto2024

Posted by Casa Pueblo on Wednesday, August 14, 2024

También hubo árboles caídos en la sede de la organización, y algunos equipos de Radio Casa Pueblo resultaron afectados, mencionó Massol Deyá.

El paso de la tormenta tropical Ernesto provocó inundaciones, deslizamientos de terreno, daños a la infraestructura e interrupciones de servicios básicos en gran parte del País.

Ante un desastre natural, las organizaciones comunitarias suelen ser la primera línea de apoyo directo a la gente. Incluso pueden brindar una ayuda más inmediata que la del municipio o agencias de gobierno.

Por ejemplo, la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico repartió comida caliente, compras de alimentos, agua y brindaron ayuda de emergencia a familias de las comunidades a las que sirven en Juncos y en San Juan.

“Esta vez, contamos con agua, comida caliente, compras de alimentos enlatados y estamos brindando servicios en nuestra sede en Juncos, en los centros Head Start en San Juan y Casa Ramón en Río Piedras. Hay familias sin electricidad y podemos asistirles con sus necesidades inmediatas, como acceso a internet, y también de apoyo emocional en estos momentos de trauma”, dijo Marcos Santana Andújar, presidente de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud.

“Convertimos nuestro Centro UBUNTU en Juncos en un espacio de distribución de ayuda humanitaria, apoyando a la niñez y las familias. Ya reabrimos todos nuestros centros como espacios de alternativas y oportunidades para nuestra niñez, juventud, familias y comunidades”, comentó Santana Andújar el viernes.

Ante la alerta de posibles inundaciones por la potencial caída de alrededor de seis a ocho pulgadas de lluvia. El martes en la noche los integrantes de la Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos (IDEBAJO), en Guayama, hacían gestiones de preparación para evitar las pérdidas que ya han vivido otras veces.

“El Estado no ha hecho nada con las cosas que hemos planteado, porque entendemos que uno de los elementos que ha facilitado que aumente el nivel de inundaciones aquí tiene que ver con el modelo de desarrollo industrial de una finca solar en esta área” dijo Roberto Thomas, coordinador de la organización. “El impacto que tiene en el terreno y la facilitación que entonces le dan a las aguas de llegar con más velocidad y en mayor cantidad a las comunidades”, analizó.

Thomas mostró preocupación por “la falta de un sistema eléctrico estable hecho para nuestra realidad y naturaleza, y que no deje a la gente pillá’ cuando más le hace falta ese servicio”.

“El modelo energético que están imponiendo, incluyendo ese de la proliferación de las fincas solares, no responde a nuestras necesidades energéticas y a nuestras condiciones caribeñas, ni al contexto del cambio climático. Y los datos los tenemos. Cuando las impacta un huracán fuerte, esas fincas solares se tardan más de un año a veces en volver a entrar al sistema”.

Taller Salud, en Loíza, trabaja con la identificación de necesidades y prioridades de las comunidades en Loíza, y en alianza con líderes comunitarios, coordina y entrega ayudas de distinta índole. Ante los pasados desastres, han organizado comedores comunitarios, centro de acopio de donaciones y materiales, y hasta elaboraron una guía de preparación para desastres, que se accede en su página web.

Ante el paso de la tormenta Ernesto, la organización se enfocó en exhortar a las personas a moverse a refugios luego de que se abrieran las puertas de la Represa Carraízo, lo que generalmente provoca inundaciones en Loíza. Loíza recibió unas siete pulgadas de lluvia.

También dieron prioridad a alertar sobre la violencia de género durante emergencias. Destacó su línea de orientación y apoyo Tu Paz Cuenta, que está disponible las 24 horas en el 787-697-1061. El viernes, la organización ya había entregado más de 1,000 platos de comida con la ayuda de voluntarios.

También desde Loíza, el equipo de Revista étnica fue parte de un colectivo en organizaciones y líderes que dio una respuesta inmediata ante el paso de la tormenta.  Activaron tres comedores comunitarios en Loíza y prepararon espacios comunitarios con compra, equipos y gente. Además, lograron establecer comunicación directa entre el director de la Represa Carraízo y líderes comunitarios de El Ancón y la Pescadería Brisas del Mar en Loíza, una medida importante para anticipar inundaciones.

Desde el Centro Comunitario de Villas del Sol en Toa Baja prepararon cajas de alimentos y compras de verduras y frutas. Desde el centro comunal salieron a entregar casa por casa en la comunidad Villa Calma 2. A su vez, residentes del barrio Ingenio pasaron a recoger y también a distribuir a los hogares. El esfuerzo fue posible con la colaboración de la organización A Comer Puerto Rico, y el Departamento de Agricultura.

En Ceiba, un oasis energético fue establecido por la Alianza Pro Desarrollo Económico de Ceiba (APRODEC) para recibir y apoyar a los vecinos del área. Allí hay agua y luz para las personas que necesiten conectar sus aparatos electrónicos u otros dispositivos.

Este centro resiliente es producto del esfuerzo de varias organizaciones como Enlace Latino de Acción Climática y los residentes de comunidades de Ceiba, quienes además hicieron un plan de preparación comunitaria ante emergencias. Las personas interesadas en acudir o apoyar esta iniciativa, pueden comunicarse al (787) 354-6188.

Organizaciones como estas tienen una trayectoria de peso que se ha visto en su trabajo luego de desastres, canalizando ayuda a los que más la necesitan. Tener conocimiento de las entidades confiables que ofrecen asistencia directa hace una gran diferencia en momentos críticos.

¿Conoces otras organizaciones que te han apoyado durante un desastre natural?

Cuéntanos cómo te han ayudado escribiendo a info@periodismoinvestigativo.com.