Por Luisa García Pelatti
Nunca antes los problemas de la economía de Puerto Rico había estado en las páginas de la prensa de Estados Unidos casi a diario. Ayer mismo se habló de Puerto Rico en The Wall Street Journal, The New York Times y Bloomberg. Aunque se sigue comparando a Puerto Rico con Detroit, ya parece estar claro que a diferencia de las ciudades los estados no puede acogerse a la quiebra. Pero a los analistas y periodistas les sigue preocupando que el Gobierno no pueda hacer frente a las deudas y se declare insolvente (que no en quiebra) y, por primera vez, se empieza a hablar de que el gobierno federal tiene que hacer algo.
“Illinois ha sido hasta ahora el principal riesgo de incumplimiento de sus deudas, pero Puerto Rico puede quitarle el protagonismo. La Isla está demostrando que los impuestos y los gastos puede ser un billete de ida hacia el incumplimiento de los pagos. Si los políticos en Washington no prestan atención a esa lección, el Tío Sam finalmente entrar en la trampa de la deuda”, publica The Wall Street Journal.
Pero lo cierto es que nunca se ha ayudado a un estado en problemas y los expertos señalan que la ayuda sólo podría llegar de forma indirecta.
El Departamento del Tesoro negó en Bloomberg que tenga planes de ofrecer algunas asistencia a Puerto Rico, aunque asegura estar monitoreando la situación.
El equipo fiscal del Gobierno ha concentrado sus esfuerzos en evitar una degradación y en tratar de mantener abiertos los mercados para conseguir financiamiento. Pero en medio de estos esfuerzos, que dan la impresión de estar apagando fuegos permanentemente, sorprende que todas las energías y el tiempo no se dediquen a lo esencial: lograr que la economía crezca.
Se pierde el tiempo en asuntos triviales y electoralistas. ¿Es esencial que el Gobernador asista a la entrega de la proclama de la semana de los bomberos? Con todo respeto al trabajo de los bomberos, el Gobernador enviaría un mensaje de urgencia, al país y a las agencias clasificadoras, si se concentrase en temas medulares y se mostrara decidido a dirigir a su equipo económico (carente de profundidad y dirección) para lograr el tan necesario repunte económico.
Si la economía no crece, el Gobierno no podrá hacer frente a sus deudas.