Por redacción de Sin Comillas

Abhijit Banerjee (Calcuta, India, 1961), Esther Duflo (París, Francia, 1972) y Michael Kremer (EE.UU, 1964) han sido galardonados con el Premio Nobel de Economía 2019 por sus contribuciones para aliviar la pobreza mundial. La organización ha asegurado que el premio es un reconocimiento al “enfoque experimental de estos tres expertos para aliviar la pobreza global”.

Duflo es profesora del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la segunda mujer de toda la historia en lograr el Nobel de Economía y la persona más joven de toda la historia en obtenerlo. Es una de las economistas con más proyección e influencia en temas de lucha contra la miseria desde hace más de un lustro. Recibió el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2015, una medalla John Bates Clark para los expertos más destacados de menos de 40 años y una de las “becas” MacArthur.

Duflo está casada con Abhijit Banerjee. Ambos fundaron en 2003 el Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel (J-PAL) para promover la aplicación en la ayuda al desarrollo de los métodos llamados “de ensayo aleatorio”, parecidos a los empleados en los ensayos de nuevos medicamentos y vacunas. El objetivo es reducir la pobreza asegurándose de que las políticas que se aplican contra ella se basan en la evidencia científica, a través de iniciativas de investigación, divulgación y formación.

Por su parte Michael Kremer ocupa la cátedra Gates de sociedades en desarrollo en la Universidad de Harvard y ha colaborado en distintos estudios con Banerjee y Duflot. Kremer aboga por ponerse objetivos cortos en el tiempo a la hora de ayudar a países en desarrollo, ya que denuncia que “el escaso compromiso de muchos de estos gobiernos de países en desarrollo, así como la incapacidad de los grandes donantes para transformar a los gobiernos, hace que los primeros terminen abandonando los proyectos”.

En vez de dedicar grandes cantidades de dinero a políticas a menudo inefectivas, los tres premiados abogan por determinar qué funciona y qué no mediante experimentos, desde el uso de vacunas en la India al de mosquiteras en Kenia.

La esencia de su trabajo es “intentar que la lucha contra la pobreza se sustenta en evidencias científicas. A menudo se hace una caricatura de la pobreza y la gente que trata de ayudar no entiende el fondo de los problemas. Se supone que están desesperados o que nos emprendedores. Pero no intentamos entender las raíces interconectadas que lo explican. Nosotros tratamos de abordar los problemas de un en uno, vigorosamente y científicamente. Para entender las razones de problemas particulares, de las crisis, qué funciona, qué no y por qué”, ha señalado Duflo al conocer que le habían concedido el Nobel de Economía.

El premio de hoy es un reconocimiento a un enfoque que hoy cuenta con amplio respaldo, pero que durante mucho tiempo fue rechazado por reputados economistas, a los que se les decía que trataban de cambiar el mundo desde el sofá, en vez de remangarse y sudar en el terreno para comprender la realidad.

En una rueda de prensa desde Estocolmo le han preguntado a Duflo qué iba a hacer con el dinero del premio. Ella ha recordado que Marie Curie, con el suyo, compró un gramo de radio para seguir investigando. “Tendremos que averiguar cuál puede ser nuestro gramo de radio”.

El Premio Nobel de Economía es el único que no sale de la Academia sueca de Ciencias. Fue creado en 1968, oficialmente como “premio del Banco de Suecia en ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel”, para celebrar los 300 años de historia de la institución.