Las compañías foráneas evitaron pagar al fisco un cuarto de millón de dólares al aumentar en los últimos dos meses del año sus exportaciones. Esta cantidad no parece ser significativa, si tenemos en cuenta que el Gobierno anticipa que recaudará $1,200 millones este año y que ya ha recibido $225 millones de ese arbitrio en los primeros dos meses. Pero algunos expertos advierten que lo más preocupante es que las compañías podría podrían bajar los precios de sus exportaciones y reducir aún más lo que pagarían al Departamento de Hacienda, y que el Gobierno no tiene forma de controlarlo ni evitarlo.
Las exportaciones aumentaron 54.8% en noviembre y 87.9% en diciembre del año pasado. Se trata de un alza desproporcionada –en los 10 meses previos el alza promedio fue de 6%– que responde a la estrategia de las compañías para anticiparse a la aprobación del arbitrio temporal del 4% y ahorrarse algo.
Heidie Calero, presidenta de H Calero Consulting, estima que con ese aumento desproporcionado en las exportaciones el Departamento de Hacienda dejó de recibir $252,775, o lo que es lo mismo, las corporaciones se ahorraron esa cantidad en arbitrios aumentando de forma anticipada las exportaciones.
“Esto te demuestra la capacidad de estrategia corporativa de estas compañías que no se quedan ‘dadas”, comentó Calero.
Probablemente, el Gobierno ya sospechaba que las corporaciones estaban aumentando las exportaciones en cuanto supieron que se iba a aprobar un arbitrio. Por eso las prisas y el secretismo del Gobierno para aprobarlo en un fin de semana en enero 2011.
La estrategia de aumentar las exportaciones, antes de la puesta en vigor del arbitrio para ahorrarse algo, es poco comparado con lo que pueden hacer las compañía de cara al futuro, advierten los economistas Heidie Calero y Juan Lara. Las corporaciones foráneas podrían bajar los precios de sus exportaciones y reducir aún más lo que pagarían a Hacienda. El problema es que no hay forma de verificar si las corporaciones están reduciendo el precio de sus exportaciones, ni por cuánto.
“En todo caso, pienso que Hacienda subestimó lo que pensaba recaudar, y si es así quizás no le molesta haber dejado de recibir aproximadamente $250,000”, opina Calero.
En éste, como en otros asuntos, el Gobierno no ha actuado con transparencia. La historia de la idea (que ha sido catalogada como ingeniosa y como un ejercicio de soberanía, toda una paradoja para un gobierno anexionista) y el objetivo de esta medida merece ser contada. Algunos de los responsables ya no están en el Gobierno. ¿Se animan?