Por Luisa García Pelatti
Resolver el problema de liquidez en el corto plazo; un plan financiero a tres años que incluya reforma contributiva y reforma de gastos; crear una junta de control financiero; crear una subsidiaria del BGF para proveer liquidez de forma urgente; y un plan para reestructurar la economía del país. Esa es la receta que propone el Centro para una Nueva Economía (CNE) para hacer frente a la crisis fiscal. Fiscal Crisis Policy Brief
Según Marxuach, el plan presentado por el Gobierno para reducir en $170 millones el actual presupuesto no tiene mucha credibilidad. A corto plazo, la banca local tendrá que “cooperar con el país”, como ya hizo en los años 70.
“El Gobierno debe hablarle claro la país”, opina Sergio Marxuach, director de política pública del CNE, que advierte que a corto plazo las decisiones van a ser difíciles: habrá que prescindir de las funciones que no sean esenciales en el Gobierno para reducir gastos y dar licencias sin sueldo obligadas para evitar despidos.
Además, se da la paradoja de que la degradación se produce por la falta de liquidez, pero la degradación va a empeorar la liquidez.
El CNE presentó un plan de cinco puntos que forma parte de un estudio realizado en el 2006, pero que mantiene su vigencia. La diferencia es que ahora las cosas están peor, no tenemos la flexibilidad de entonces. “Hemos perdido ocho años en parches, trucos contables e ingeniería financiera”.
Sergio Marxuach, director de política pública del CNE cree que restaurar la calidad crediticia puede tomar entre cuatro y seis años. A la ciudad de Nueva York le tomó siete años salir de la clasificación de chatarra.