A finales del año pasado oficiales de cumplimiento de un banco local detectaron transacciones que no eran comunes en la cuenta de un cliente. Transferencias de grandes suma de dinero a Hong Kong, España y China hicieron sospechar a las autoridades de que se trataba de una actividad de lavado de dinero. Se confiscaron $3 millones y se detuvieron a 10 personas. El caso es un ejemplo de la colaboración que existe entre los bancos de Puerto Rico y las autoridades federales en la lucha contra el lavado de dinero. En los últimos 10 años, los bancos de la Isla han radicado más de 48,000 Informes de Actividad Sospechosa (SARS, por sus en inglés). En 1999, esa cifra no llegaba a 1,000.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de la Unidad de Investigaciones en Seguridad Nacional de los Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés) reconocieron ese trabajo de colaboración al entregar el Premio de Reconocimiento a la Excelencia de la Industria Privada (HARPE, por sus siglas en inglés) a Arturo Carrión, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Bancos, y a Juan de la Cruz, presidente del Grupo especializado en Prevención de Fraude de la Asociación.
La colaboración entre las partes hizo posible investigaciones y operativos que resultaron en cerca de 60 arrestos, la confiscación de cientos de miles de dólares, armas de fuego y equipo utilizado en la comisión de delitos. Además, al menos seis organizaciones criminales fueron identificadas y desarticuladas como resultado de los esfuerzos conjuntos. Puerto Rico es considerada la tercera zona con más alta incidencia de delitos financieros.
La cada vez más estrictas medidas de seguridad de los bancos y la estrecha colaboración con las agencias federales dificultad el lavado de dinero. Las autoridad han visto un aumento en la confiscación de cargamentos de dinero en efectivo. El año pasado, en Estados Unidos se confiscaron $150 millones en efectivo como parte del contrabando de dinero. Angel Meléndez, agente especial a cargo de HSI en San Juan, reveló que 10% de esas cantidades confiscadas se hacen en Puerto Rico.
El lavado de dinero tiene como objetivo ocultar algún tipo de actividad ilegal que genere grandes cantidades de dinero, como por ejemplo el narcotráfico, la evasión contributiva, la corrupción o el fraude hipotecario, entre otros. Se busca ocultar la procedencia de ganancias ilegales de forma que el dinero pueda ser utilizado en la economía formal sin que se detecte su procedencia.
La banca cuenta con unos parámetros que son señales de alertas ante posible actividades sospechosas que ayudan a identificar posibles esquemas de lavado de dinero.
El sector bancario puertorriqueño consta de ocho instituciones financieras y emplea a alrededor de 17,300 personas. Hay un total de 435 sucursales y unos 1,473 cajeros automáticos.