Por Luisa García Pelatti
Los precios cayeron 1.6% en agosto frente al mismo mes del año pasado, con lo que se encadenan cinco meses de caídas anuales desde el estallido de la pandemia, según datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. El Índice de Precios de Consumo (IPC) se mantuvo prácticamente igual que durante el mes previo.
Este dato es el quinto en negativo de forma consecutiva, ya que el estallido de la pandemia en marzo provocó un desplome del consumo que llevó a una fuerte caída de los precios, especialmente el precio de los combustibles.
La debilidad del turismo internacional provocó descensos de precios en hoteles (-11.7%) y restaurantes (-2.4%) que agravaron el descenso del índice general. La ausencia de transporte público desplomó los precios (40.9%) y los precios de los combustibles disminuyeron (-19.9%).
Aunque la caída de los precios es un síntoma de la debilidad del consumo, también puede suponer un estímulo para la demanda privada. Menos gastos en gasolina, debido a precios más bajos y menos demanda permite un mayor ingreso disponible para otros gastos.