Por Luisa García Pelatti
En el primer trimestre de este año se vendieron 619 viviendas nuevas, la cifra más baja en los últimos cuatro años. La cifra de ventas es prácticamente la mitad de los trimestre del 2011 y ponen en cuestión la efectividad del programa “Impulso a la Vivienda”, que el gobierno extendió hasta el 31 de diciembre de este año.
Los datos de ventas corresponden al Construction & Sales Activity Report, que realiza Estudios Técnicos, Inc. y los presentó José J. Villamil, presidente de la Junta de Directores de la firma durante la convención de la Asociación de Banqueros Hipotecarios.
Villamil considera que la caída de las ventas en el primer trimestre de este años es “significativa” y añadió que “lo que estamos viendo en el segundo trimestre es un patrón similar”.
El estímulo puede estar funcionando en algunos sectores. Según George Joyner, director ejecutivo de la Autoridad para el Financiamiento de la Vivienda, el precio promedio de las viviendas del programa “Impulso a la Vivienda” es de $130,000.
Sin embargo, Villamil señala que “hay mercados en los que no hay capacidad de recuperación no importa los incentivos que le des”, en referencia a los proyectos con los precios más altos y los condominios en el sector del Condado.
Las ventas de viviendas nuevas han bajado de las 2,946 unidades en el segundo trimestre del 2008 a alrededor de 800 unidades a mediados del 2010. Con la aprobación del programa de estímulo a la vivienda las ventas aumentaron por encima de las 1,000 unidades trimestrales, para empezar a caer en el 2012.
Si antes de la crisis era posible vender el inventario de viviendas existentes en poco más de un año. A partir del 2009 aumentó a 3.7 años. Y aunque en los últimos dos años ese período se ha reducido algo, se mantiene por encima de los tres años.
En el caso de viviendas con precios inferiores a los $200,000 el inventario se va a consumir en unos meses. “Ese no es el problema”, dice Villamil, que aclara que el inventario depende del nivel de precio y del lugar donde esté situada la propiedad y que las viviendas más problemáticas están en las que tienen precios superiores a los $300,000.
En los próximos tres y cuatro años las ventas de viviendas no van a ser más de 4,000 unidades al año, muy lejos de las 10,000 unidades del 2008.