Por redacción de Sin Comillas

Los hurtos en establecimientos comerciales provocan pérdidas ascendentes a $490 millones al año, según un análisis realizado por las tiendas Econo-Riago. El problema de robo por parte de empleados y clientes representa el 1.48% de las ventas en los Estados Unidos, mientras que en Puerto Rico, la cifra está en 1.30%.

“Los efectos del robo en las tiendas no solo representan pérdida en dinero directamente al empresario. El gobierno también pierde. Pierde el CRIM por el inventario que no se vende, pierde Hacienda por el IVU/IVA que se deja de generar más el costo de manejar un inventario que nunca llegó al consumidor. En fin, perdemos todos”, afirmó Ricky Castro, presidente de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA).

El empresario estimó además, que el gasto de seguridad para los comerciantes representa un 2.5% de la ganancia neta en un año. Los productos que reportan más robos en comercios al detal son bebidas alcohólicas, café, desodorantes, mariscos y otros (dulces, shampoo, carnes enlatadas, medicamentos OTC), reveló Manuel Reyes, vicepresidente ejecutivo de MIDA.

Dentro de las diferentes modalidades de hurto, que van desde robo interno (por empleados) hasta ratería (shoplifting) y delincuencia organizada, Miguel Arán Ortíz, presidente del comité educativo de MIDA señaló preocupación por el alza de robos a grandes escalas, como el de furgones con grandes cantidades de productos y los orquestados por pandillas dedicadas al robo de establecimientos.

Para José Cacho, Director de Operaciones de Ballester Hermanos, también es preocupante la alta incidencia de robos a grandes escalas como los de furgones llenos de productos y la inacción por parte de las autoridades gubernamentales. “Las personas dedicadas a este tipo de actividad delictiva pertenecen a un grupo o ganga convirtiéndola en crimen organizado. La mayoría de las veces este tipo de delito se comete con ayuda de un elemento interno, lo que implica una complicidad. Sin embargo, radicar cargos y llevarlos hasta las últimas consecuencias pocas veces rinde fruto resaltando una justicia anémica”.

Como parte de las soluciones que identificaron los representantes de la industria de alimentos, se encuentra reforzar leyes actuales, enmendar y crear leyes a los fines de darles mayores garras a las autoridades a la hora de actuar con quienes violan la ley y más protección a los comerciantes.

Adalberto Mercado Cuevas, vicepresidente y director de operaciones de Ranger American y ex superintendente auxiliar de la Policía, recomendó a los empresarios, entre otras medidas, crear un equipo de trabajo dedicado a revisar y controlar las pérdidas mediante estrategias innovadoras que integren procesos internos, alta tecnología que permita la detección temprana de actividades sospechosas y la contratación de seguridad privada.

Por su parte, el representante Javier Aponte Dalmau, en respuesta al reclamo de los comerciantes, radicó el P de la C 2695, que enmendaría el Código Penal a los fines de sancionar con pena de reclusión por un término fijo de tres años a toda persona que cometa el delito de ratería o hurto de mercancía en establecimientos comerciales, en acuerdo y colaboración con una o más personas. “Los comerciantes, la policía y los fiscales deben tener presente que existe la alternativa de radicar estos casos por el delito de “ratería” en vez de por “apropiación ilegal”, lo que podría servir de disuasivo. Ello porque bajo el concepto de “ratería” la segunda convicción implica cárcel obligatoria”, señaló el representante.