Por redacción de Sin Comillas
Las ganancias de JPMorgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo cerraron el 2022 con caídas, debido principalmente a las provisiones que han realizado ante el empeoramiento del escenario económico y el temor a una recesión en 2023.
Los ingresos de en la división de banca de inversión han disminuido, debido a la ralentización en la actividad de fusiones y adquisiciones. Sin embargo, han mejorado los ingresos del negocio crediticio como consecuencia del aumento de las tasas de interés.
JPMorgan, el mayor banco de Estados Unidos, sorprendió al presentar resultados para el último trimestre del año por encima de las previsiones de los analistas: un incremento del ingreso neto del 6% entre octubre y diciembre, hasta $11,000 millones. No obstante, las ganancias anuales cayeron 22%, hasta los $36,676 millones.
En 2021, JPMorgan tuvo resultados récord gracias a la decisión de liberar $9,256 millones de provisiones. Sin embargo, en 2022, ha ocurrido lo contrario, ya que la entidad aumentó las provisiones en $6,389 millones para hacer frente a un escenario más incierto, que ha definido como “ligera recesión”.
En 2022, Bank of America tuvo ganancias de $27,528 millones, un 14% menos que en 2021, cuando también liberó provisiones. La entidad logró aumentar sus ingresos en 6.5%, hasta $94,950 millones. El desempeño en los últimos tres meses del año también se ha situado por encima de las previsiones del mercado, ya que el beneficio neto creció un 1.7%, hasta $7,132 millones, mientras que los ingresos aumentaron 11.2%, hasta $24,532 millones.
El aumento de las provisiones también ha afectado las cuentas de Citigroup, con un retroceso del beneficio del 32% en 2022, cuando ganó 14.845 millones de dólares. En cuanto a los ingresos, en el conjunto del ejercicio logró 75.338 millones de dólares, lo que supone un 5% más.
En el caso de Wells Fargo, los ingresos cayeron 6% el año pasado hasta $73,785 millones, mientras que las ganancias cayeron un 39%, hasta situarse en $13,182 millones. Han influido negativamente los $3,700 millones que acordó pagar el mes pasado para cerrar un pleito con el regulador por malas prácticas en la concesión de créditos, actividad que en su caso también se ha resentido.