Por Luisa García Pelatti
Elías R. Gutiérrez (Nueva York, 1942) es economista, planificador, profesor universitario. Tiene un doctorado de la Universidad de Cornell. Actualmente es director de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico.
Pregunta.- ¿Qué decisión del Gobierno ha sido la más acertada?
Continuar con la APP del Aeropuerto Luis Muñoz Marín.
P.- ¿Y cuál es la más equivocada?
La intervención en la UPR para sustituir la Junta de Síndicos y la derogación de ley llamada Tito Kayak.
P.- ¿Qué opina de las propuesta para resolver la crisis de Retiro? ¿Qué cambiarían?
Como resultado de las enmiendas introducidas en la legislatura al plan original del gobernador aún no se conoce el conjunto final que será aprobado. Lo que se ha publicado, si fuese adoptado, parece aún insuficiente y frágil en el largo plazo. La bancarrota de los sistemas de pensiones es el mejor ejemplo de las consecuencias que trae la irresponsabilidad. La intromisión ha producido un fracaso financiero que tiene a la economía de Puerto Rico al borde del precipicio. Ante la inminencia de lo peor que pudiera imaginarse, la legislatura ha reaccionado con típica torpeza. Como resultado de esa torpeza se perderá lo único positivo que podría surgir de la crisis. Me refiero a la oportunidad de descartar el sistema que nutre al fisco por vía de tributos, arbitrios, licencias y otros vehículos de impuestos. Descartar un sistema que sólo hace daño a la economía al ir contra lo que precisamente se requiere para salir de una situación de estancamiento en la producción y retroceso en el estándar de vida.
La economía de Puerto Rico está organizada para el gasto de consumo. Gasto que es financiado por transferencias de exterior y por el ingreso generado internamente. El sistema de impuestos favorece el gasto de consumo y penaliza el esfuerzo productivo que genera los ingresos y el ahorro.
El discurso político prevaleciente ataca a los que ahorran e invierten y los presenta como los causantes de la desigualdad y el dispendio de privilegios. El sistema de impuestos refleja esa visión. Los partidos políticos han logrado armar una estructura fiscal que abruma el esfuerzo de producción, castiga el éxito económico y premia el gasto del consumo. Además, el sistema alimenta un sector público gigantesco que vive de la economía local y de las transferencias federales.
P- ¿Qué le parecen los cambios en la política fiscal? ¿Qué opina de los impuestos propuestos?
La política fiscal no ha variado mucho. Las propuestas de cambio son variantes de los que ya existen. En general, hacen daño porque están dirigidos contra el ingreso y la producción. Algunos, no obstante, buscan corregir defectos que provocan la evasión y el comportamiento delictivo.
P.- ¿La estrategia de perseguir la 933 A es la adecuada?
Si a lo que se refiere es a la estrategia para conseguir ese trato especial por el Internal Revenue Services, lo que se sabe es que, a pesar del coste político en la base del Partido Nuevo Progresista, el Comisionado Residente está en disposición de ayudar en el esfuerzo de cabildeo en Washington, D.C. Eso, por sí solo, no es una estrategia.
P.- ¿Cómo resolvemos los problemas de financiamiento del Gobierno?
Reducción del tamaño del gobierno central, reducción muy sustancial en el número de municipios y en la forma en que se administran, impuesto al consumo en sustitución al impuesto sobre la renta (el ingreso).
P.- ¿Qué opina de las APP, han sido positivas o negativas?
Las que se organizaron bien desde su comienzo, han sido exitosas (Estacionamiento doña Fela, Puente Teodoro Moscoso). Otras, fueron mal estructuradas y fracasaron por los obstáculos levantados desde adentro (Ondeo AAA, Puerto de Transbordo Las Américas).
P.- ¿Se necesitan más?
Sí
P.- Proponga una.
La generación de energía eléctrica.
P.- ¿Qué está haciendo el Gobierno para lograr que la economía se recupere?
Continua tratando de estimular la demanda agregada por vía del gasto público (deficitario). Nada que pueda calificarse como efectivo.
P.- ¿Qué reformas son imprescindibles para salir de la crisis económica?
La productividad de la economía depende del conocimiento y de la tecnología que se incorpora a los procesos de producción. Nuestra economía ha perdido la capacidad de aumentar su productividad y añadir valor a la economía del mundo. Ello ha ocurrido en la medida en que el sector público se ha convertido en un redistribuidor de ingresos y riquezas. En nombre, precisamente, de la justicia social, el incentivo para ahorrar y aplicar los ahorros a la acumulación de capital productivo ha ido menguando consistentemente. Para empeorar la situación, los activos que el país ha acumulado son relativamente improductivos. El mejor ejemplo de esa asignación ineficiente del capital es el enorme acervo de viviendas.
Aquí encontramos el verdadero problema económico contemporáneo. Y resulta que es un problema político. A través del tiempo el gasto público se ha transformado. El sistema político ha convertido gran parte de las transferencias que el gobierno utiliza para redistribuir los ingresos y riqueza en lo que en ingles llaman “entitlements”. Son transferencias que las personas reclaman con el derecho de titularidad. Es decir, las personas se sienten dueñas de una tajada del gasto público que crece sin control. Todo esto se ha hecho en nombre de la “justicia social”. Se ha tenido que recurrir a ese concepto porque la ciencia económica nunca ha resuelto el problema de la distribución. La eficiencia en la producción se logra cuando el criterio es la productividad marginal de los factores que intervienen en el proceso productivo. Si a cada factor de producción se le remunera concorde a su productividad marginal, el producto justamente se agota. En la medida que la distribución no responda a la regla del criterio de productividad marginal, la explotación es inevitable. Hasta aquí nos trae la teoría económica. De ahí en adelante es necesario recurrir a la moral o a criterios superiores.
Los programas llamados sociales, por vía de transferencias, constituyen la tajada del gasto federal que crece a mayor velocidad, absorbe ahorros y disminuye la productividad. Por lo tanto, a la larga, las transferencias reducen el estándar de vida. No es posible distribuir más, si se cuenta con menos. Independientemente de los eslóganes que fabrican los publicistas.
La educación puede servir de lubricante para que los recursos, que están siendo malgastados en el sector de gobierno, se puedan trasladar al sector productivo de la economía. De esa forma se podrá utilizar el tesoro escondido en el sector público improductivo. Puesto en palabras del economista, para que la productividad marginal de los recursos se eleve y pueda sostener el crecimiento de la producción y el estándar de vida, hay que rescatarlos del sumidero en que se encuentran atrampados.
Lo que dicen mis queridos amigos y colegas en lenguaje elegante y diplomático es que el gobernador no tiene opción que no sea continuar con las medidas de responsabilidad fiscal que tanto atacó durante la campaña. No hay forma de volver a los tiempos en que todo se “resolvía creando agencias públicas, asingnando fondos que no existían para financiar programas” y “creando empleos” por vía de puestos en el gobierno que no añaden valor a la economía. Es decir, que la realidad no podrá ignorarse más.
P.- ¿Cuáles son sus predicciones para el crecimiento de la economía en el año fiscal 2013?
Contracción.