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Por Luisa García Pelatti

El año pasado, al cumplirse 100 días de la llegada a la gobernación de Alejandro García Padilla, publicamos una serie de entrevistas con economistas donde evaluaban las primera decisiones del Gobierno. Ahora, cuando están apunto de cumplirse dos años en el poder, le pedimos a varios economistas que analicen las decisiones económica del Gobierno.  

Martha Quiñones Domínguez (Nueva York, 1963), tiene un doctorado en Economía y Planificación. Es catedrática de Ciencias Sociales en la Universidad de Puerto Rico, en Arecibo. Es presidenta de la Sociedad de Planificación y fue presidenta de la Asociación de Economistas.

¿Cómo calificaría las decisiones económicas que ha tomado el Gobierno?

Todas las políticas muestran que no hay un plan para salir de la crisis y de la deuda sino buscar una solución temporal e improvisando como forma de resolver para compensar por la falta de actividad económica, tal como han hecho otras administraciones. La falta de un Modelo de Desarrollo y Crecimiento a tono con el siglo XXI y las necesidades del pueblo no se ha articulado. Las políticas públicas han sido de improvisación, falta de disciplina financiera y de seguir dictámines de sus asesores externos y casa acreditadoras que se concentran en superar la crisis, en particular pagar a los acreedores. Quiero dejar claro que sería un error responsabilizar a una administración o partido en específico por esta situación ya que es el producto de décadas de mala administración, de mal uso de los fondos públicos, de la politización indebida de la gestión pública, y de la utilización inadecuada de soluciones temporales para atender problemas recurrentes. Las políticas a establecer en nada responden a mejorar la economía o las condiciones sociales, no son acciones concertadas o analizadas, le falta planificación, metas y objetivos. La administración todavía no ha aprendido que es necesario estudiar el problema en sus diversas formas y elaborar estrategias concertadas para atacar la crisis de forma planificada con objetivos claros que mejoren la calidad de vida del pueblo.

Todavía no entienden la importancia de los principios que orientan el gasto público. El Principio del Gasto Mínimo. Esto es que se debe gastar lo menos que sea posible, pero sin poner en peligro la seguridad de los ciudadanos. El Principio de Mínima Interferencia con la Iniciativa Privada. Esto es que los bienes y servicios que proporcionen las entidades públicas no deben competir o afectar la forma en que hace negocio. El Principio de la Máxima Ocupación. Esto es que es necesario elevar el nivel de empleo ante un déficit de oferta laboral por parte de la iniciativa privada, por medio de estimular la inversión en iniciativas que tengan multiplicadores en las empresas de aquí. El Principio del Máximo Beneficio. Que es muy importante y señala que se debe buscar el beneficio colectivo en especial lograr el objetivo de equidad y por eso cada dólar debe gastarse donde la utilidad marginal social sea mayor, debe ser evaluado y enjuiciado por su capacidad para ofrecer mayor bien a la sociedad. Esto contribuye a una sociedad con transparencia en el uso de fondos públicos, con gobernanza y sobre todo con beneficios en la calidad de vida.

¿Qué decisión del Gobierno ha sido la más acertada?

La Ley de Apoyo a la Microempresa y al Pequeño y Mediano Comerciante (Ley Núm. 62-2014) que tiene el propósito de promulgar el bienestar y crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en Puerto Rico y con la Ley de Incentivos para la Generación y Retención de Empleos en PyMEs. Estos pequeños cambios enfocados a beneficiar los PYMES pueden tener grandes impacto de desarrollo económico si se ejecutan correctamente.

¿Y cuál la más equivocada?

El no entender la deuda como instrumento de desarrollo y crecimiento, sus implicaciones y que es necesario mantenerla en niveles bajos. Todavía siguen confiando en la deuda pública para financiar las actividades del gobierno, para resolver el problema del momento,  hacen lo mismo que en el pasado, recurren al endeudamiento como un remedio para compensar por la falta de actividad económica.  La deuda puede ser un buen instrumento de desarrollo y crecimiento pero los excesos en el nivel de endeudamiento y el alto déficit fiscal provocan que no se disponga de dinero para devolver esas deudas. Esto provoca el empobrecimiento de la población al tener que recortar los servicios públicos y aumentar los impuestos, al tener que pasar una carga (la deuda) a las generaciones del futuro comprometiendo las posibilidades de desarrollo y crecimiento económico y social. Las acciones años tras años es que se sigue recurriendo a buscar préstamos para solucionar los problemas de no tener dinero para financiar los servicios públicos, atender la deuda, las degradaciones y para pagar deuda vieja, sin establecer un plan de pago para liquidar la deuda insertada en un plan de recuperación económica. Y lo peor no se resuelve el problema, como fue la situación del Retiro de los empleados Públicos o como fue en el pasado el despedir empleados públicos para solucionar el problema de las degradaciones. Entender que el mal manejo de la deuda afecta gravemente a mediano y largo plazo el desarrollo, el crecimiento y la salud de las finanzas públicas.

Por otro lado la improvisación para obtener más recaudos hace que cambien los impuestos sin análisis o estudios que muestren los efectos que pueden tener, como es el caso de la Patente Nacional cuyo efecto fue nefasto para el comercio.

¿Qué debemos esperar de la reforma contributiva anunciada?

Que haga justicia y equidad al trabajador que actualmente recibe la carga contributiva pero que a su vez no perjudique a las personas jubiladas y a los ancianos que ya aportaron a la sociedad o a las personas que no trabajan. Se parte de la idea que el individuo al vivir bajo la protección del gobierno le otorga el poder para imponer las contribuciones necesarias para cubrir el gasto público de la sociedad en donde vive con su familia. El gobierno debe entender que los impuestos son un instrumento para alcanzar ciertos objetivos sociales, es decir, como una forma de redistribución de la riqueza y con ello reducir las desigualdades, eso es lo que esperamos, equidad fiscal y social.

Pero entendiendo que la base fiscal de nuestro sistema socioeconómico se ha erosionado significativamente. Debemos diseñar un sistema contributivo que logre el financiamiento del Estado, que sea simple, conveniente y económico, que tenga bajos costos de administración, que logre la eficiencia en asignación de recurso (implica minimizar la carga excesiva), la equidad fiscal y social, logre la suficiencia recaudadora y que tenga neutralidad (que no afecte a unos grupos sociales más que otros). Pero en especial es que combata la evasión contributiva y promueva la reactivación de la economía.

Es nefasto dar a entender que cada cuatrienio se debe hacer una reforma contributiva, eso es malo para la economía y las finanzas del país. El conjunto de los impuestos establece un marco de reglas bajo las cuales las personas y las empresas toman decisiones y actúan, si lo cambias continuamente afecta las posibilidades de inversión en el país. Entender que cuando cambiamos las reglas tributarias cambian las decisiones, se genera incertidumbre en la economía, aumenta costos de transacción, reduce eficiencia y la capacidad productiva de la economía.

Sobre el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) o el IVU (Impuesto sobre Ventas y Uso) el problema es la capacidad del Gobierno para hacer llegar lo recaudado a las arcas públicas. El problema es administrativo y se debe aspirar a realizar una reforma fiscal que evalúe todos los procesos administrativos, de recaudo, de gastos y que establezca mecanismos de fiscalización, con auditorias continuas y procesos transparentes en el uso de los fondos públicos. Y en especial, evaluar que estos impuestos, el IVU o el IVA, son una carga muy alta para los que tienen menos, o sea son regresivos.

¿Cómo resolvemos los problemas de financiamiento del Gobierno?

Con empleos bien remunerados y crecimiento económico, pero para esto el Gobierno debe de aprender a ser un buen administrador y entender que el presupuesto es una herramienta de desarrollo para lograr satisfacer las necesidades colectivas con equidad y justicia. Podemos tener crecimiento económico y que aumente los recaudos pero si no entendemos que el presupuesto es una metodología de planeación que trata de reevaluar cada año todos los programas y gastos del gobierno, donde en el proceso de administrar los mismos se evalúan y se asignan prioridades por medio de los recursos económicos que se necesitan para lograr los resultados deseados. Entender el funcionamiento del presupuesto es importante pues ofrece una radiografía de las prioridades de la sociedad y que el Gobierno en una análisis profundo proyecta en el documento del Presupuesto. Es por eso que el presupuesto debe lograr eficiencia, conseguir el mayor provecho de los recursos para satisfacer la mayor cantidad de necesidades, mejor aprovechamiento posible de los recursos escasos; y equidad que es la distribución igualitaria de la prosperidad económica. Entendiendo el buen manejo del presupuesto y que el Gobierno es el administrador prudente contribuiría a resolver los problemas de financiación, es una lección que hace siglos atrás nos enseña la historia de José y el sueño del Faraón. En el sueño presentaba que la economía tiene ciclos y hay que aprender a administrar el presupuesto en época de prosperidad, ahorrar y saldar las deudas para cuando lleguen los años malos tener dinero para mover la economía hacia su recuperación. Administrar el presupuesto y erradicar la corrupción que se apodera de la riqueza del pueblo es parte del proceso que contribuye a resolver los problemas de financiamiento del Gobierno.

El Gobierno dice que ha cumplido su promesa de crear 50,000 empleos ¿Realmente se está creando empleo?

Posiblemente se han creado pero no supera la pérdida neta de empleo, por eso no se observan los mismos. En la economía es un proceso continuo la creación y pérdida de empleos, pues cada nuevo adelanto tecnológico o mejorar en los procesos administrativos o de producción destruye empleo y a su vez crea nuevos empleos, que en una economía dinámica y que crece se verá como más empleos. Ese no es el caso de Puerto Rico por la crisis que padecemos, se crean empleos pero no al ritmo en que se destruyen.  Por eso ante los nuevos empleos que se crean, debemos entonces hablar sobre el tipo de empleo, si se sostienen a largo plazo, si son a jornada completa y el tipo de remuneración que reciben esos trabajadores para comenzar a salir de la crisis. Debemos entender que es necesario crear empleos que generen efectos multiplicadores en la economía, si el trabajador no recibe una remuneración apropiada o no trabaja las horas en jornada completa estanca la economía al no tener suficientes ingresos para gastar y consumir. Esto lo pudimos observar en las ventas del viernes negro, ante la disminución del bono de Navidad, o el que no lo se notó en la disminución de las ventas.

Ajuste fiscal y crecimiento económico ¿Cómo los hacemos compatibles?

Ante la crisis económica se establece que se debe lograr control del gasto y eficiencia en el desempeño de los gobiernos para acelerar la recuperación y reducir la acumulación de la deuda. Esa eficiencia requiere que el gobierno tenga mucha disciplina fiscal en cuanto a los gastos, mantener la austeridad presupuestaria (que no es lo mismo que ajuste), depurar las cuentas (cortar la grasa) y disminuir la deuda sin afectar los servicios que ofrece. No existe recetas que se impongan, pero estudios empíricos demuestran que lo que parece afectar al crecimiento económico es la trayectoria de la deuda pública, porque compromete los ingresos del futuro. La deuda acumulada se tiene que sufragar con incrementos de impuestos, afectando los ingresos de los ciudadanos y de los empresarios, por lo tanto afecta el crecimiento al comprometer los recaudos para pagar la deuda. Por eso recetan los “ajustes fiscales”  (recortar gastos, reducción del empleo público, de los beneficios de retiro o sencillamente de menores salarios al sector público) que se recomiendan para pagar la deuda, reducir el gobierno, privatizar, para conseguir la estabilidad macroeconómica y lograr crecimiento no ha funcionado en la mayoría de los países. Resolver el problema no se puede hacer con actividades politiqueras, requiere análisis y diseño de estrategias que beneficien a la sociedad. Debemos planificar para ajustar los ingresos y evitar gastarlos en prioridades diferentes o en procesos corruptos que comprometen los ingresos, concentrarnos en lograr los objetivos sociales definidos y evaluando continuamente el uso de los fondos. En este proceso entender que la deuda pública es llevadera si se mantiene el servicio de la misma sin comprometer la capacidad del gobierno para ofrecer servicios, en especial educación, salud y servicios sociales.  Para lograr crecimiento debemos de evitar tomar más deuda negociar con los acreedores, de manera que podamos salir del atolladero en donde estamos sin afectar la capacidad de la economía. El control del gasto y el aumento en la eficiencia parecen ser los elementos que se necesitan lograr mejorar la economía.  Debemos decidir entre renegociar la deuda o dejar un país desendeudado.  Nosotros debemos como pueblo definir una planificación económica, política y social que permita recuperar la economía y pagar la deuda. Debemos como pueblo definir de acuerdo a nuestras necesidades y a nuestro propio ritmo de crecimiento. Renegociar la deuda responsablemente permitiría crecer y a la vez defender al pueblo, es reconocer que es impagable, el costo social es grande, por eso renegociar puede ser una alternativa, aunque les paguemos menos de lo que les corresponde, podamos redirigir esos fondos para invertirlos en desarrollo económico, y continuar la disciplina fiscal. Renegociemos la deuda responsablemente y luego que se recupere la economía y crezcamos podemos pagar. Lo sensato es sentarse a estudiar el problema, planificar ese futuro que incluye renegociar y dejemos de improvisar. Beneficios de renegociar responsablemente y que se integre en un plan de recuperación económica y social, es poder enderezar nuestra economía libre de intervención partidista y con posibilidad de recuperación para lograr el objetivo de crecer y continuar con nuestro desarrollo social y económico. Tendremos un Nuevo Modelo de Desarrollo Social y Económico que responda a nuestro pueblo y sus aspiraciones con equidad para todos y que a su vez establezca criterios de promover el conocimiento, la investigación y la re estructuración de la economía. De lo contrario estaremos expuestos a la improvisación afectando los servicios del pueblo, al pueblo, a los trabajadores y patronos con más impuestos, además que se arriesga el país a caer presa de la especulación y los fondos buitres que no defienden los intereses de la gente.

¿Qué está haciendo el Gobierno para lograr que la economía se recupere?

Políticas contradictorias. Por un lado realiza políticas públicas para promover las empresas de aquí, pero luego se contradice al establecer impuestos o acciones que atentan contra las empresas. Así que vemos que no tienen un plan con estrategias claras para lograr la recuperación y lo que impone es la improvisación y las acciones puntuales para trabajar en el momento con el problema. Es deber hacer una política pública responsable para evitar la crisis fiscal y no seguir destruyendo el capital nacional y para eso debemos tener un plan de recuperación enmarcado en un Modelo de Crecimiento y Desarrollo Económico y Social que establezca la dirección, metas y objetivos que tenemos que lograr como pueblo.

Un Modelo que podamos evaluar y establecer las metas y logros a conseguir, que pueda ser corregido y re enfocado.  El desarrollo se logra con la integración de todos los sectores que puedan re pensar la economía en el contexto social y ambiental, integrar a sectores que han estado marginados en el modelo actual, los diversos factores económicos, sociales. Para activar el crecimiento y generar desarrollo debemos a su vez re formular la educación, la salud, los sistemas de retiro, los servicios sociales, potenciar el sector social y empresarial, la forma en que manejamos el ambiente y los recursos culturales para promover iniciativas que aumente el empleo bien remunerado y que perdure. Pero sobre todo mejorar nuestra percepción de nosotros mismos como potenciadores del cambio, debemos evitar anular nuestro potencial. Podemos hacer el cambio si todos nos proponemos hacerlo para desplegar nuestra creatividad, iniciativas y talentos en función del Puerto Rico que todos queramos.

¿Qué reformas son imprescindibles para salir de la crisis económica?

La reforma fiscal integral que es un proceso que modifica los gastos y los ingresos del Gobierno para lograr eficiencia en el uso y manejo de los fondos y a la vez logre cumplir objetivos sociales. La reforma fiscal integral incluye la planeación fiscal, políticas presupuestarias, la reforma contributiva que altera el impuesto sobre los ingresos de las personas y las empresas y la re evaluación del impuesto al consumo (IVA o IVU) y la forma de participación de la ciudadanía. La misma debe corregir las fallas estructurales, el problema de la intervención político partidista y de los grupos de presión que corrompen los procesos administrativos. Por medio de la planeación económica y social se refuerza la capacidad del Gobierno para cumplir con sus obligaciones, obtener ingresos para el gasto gubernamental, la inversión, planifique la forma en que se debe reducir la deuda y replantee la relación fiscal con los municipios. La reforma fiscal integral es esencial para el apoyo a la infraestructura productiva, crear confianza, permitir el crecimiento de la producción y promover el desarrollo económico y social. Además permite que se logre la redistribución de la riqueza y la equidad como objetivos sociales, la adecuada fiscalización de los recursos públicos, se combata la corrupción y se elimine el uso discrecional de los fondos públicos.

La reforma fiscal integral es necesaria para conjugar los ingresos públicos y el beneficio de los ciudadanos como gasto social y de desarrollo del país, evitar seguir improvisando las políticas fiscales. Contamos con los recursos humanos de la Isla para crear esa reforma, con la experiencia acumulada, además del aporte del conocimiento de las instituciones educativas de manera que podamos crear una política fiscal que propicie la inversión, que tenga revisión de cuentas y procesos transparentes, que inspire confianza en el contribuyente, que incentive la actividad económica, que sea competitiva, que tenga equidad y a la vez sea transparente en el uso de los recursos. Es importante que el Gobierno utilice y crea en su gente como los asesores que conocen y pueden diseñar esa reforma fiscal integral. Esta reforma fiscal integral incluye la evaluación del funcionamiento de los municipios, de las corporaciones públicas y las demás entidades gubernamentales de manera que sirvan a los objetivos sociales para los cuales fueron creados, lo que no es igual a la privatización.

El otro día alguien decía que nuestra economía es la más “sobre diagnosticada” del mundo ¿Qué nos impide pasar de “del dicho al hecho”?

La falta de capacidad del ELA (Estado Libre Asociado) actual sin poderes, para servir como motor económico de la Isla es un factor limitante y la falta de confianza en nuestras capacidades, nuestros conocimientos y habilidades nos anula como creadores de nuestro destino. Esos nos llevan a que el Gobierno no crea en la capacidad de su gente para poder crear nuevos modelos económicos y sociales y tenga que buscar asesores externos. Por eso tenemos una economía mal diagnosticada, donde nunca se evalúa las fortalezas y debilidades para  buscar soluciones a los problemas. La economía “sobre diagnosticada” en realidad es un análisis de situaciones puntuales para justificar algunas acciones, que luego ni se evalúan o se descartan. Es una economía donde se copia modelos sin pensarlos y reflexionar si aplican o no a nuestra realidad. De afuera se impone ajustes fiscales como calmante para complacer a los intereses financieros afectando al Gobierno y a los ciudadanos. Lo que tenemos son políticas públicas de remiendos o improvisadas para problemas puntuales que continúan sin ser abordados o estudiados, que seguirán condicionando la vida económica, social y política del país. Cada acción improvisada empeora el círculo vicioso del desempleo, la falta de inversión y la infrautilización del potencial productivo.

Hágase una pregunta. ¿Qué le hubiera gustado que le preguntáramos?

La corrupción, ¿Cómo afecta el crecimiento económico? y ¿Cómo genera más pobreza?  Las evidencias indican que la corrupción puede afectar negativamente el crecimiento económico, a través de su impacto en aspectos como inversión, los impuestos, el gasto público y el desarrollo humano. La corrupción en general debilita el marco regulatorio y la eficiencia de las instituciones estatales, llevando la misma a esferas públicas y privadas, distorsionando los incentivos y los procesos de adopción de decisiones.

La corrupción impide el crecimiento económico al elevar los costos de producción público y privado, fomenta la desigualdad social (la brecha social) con factores ligados al mundo del empleo.  El desempleo es la principal fuente de desigualdad social: el desempleo, los empleos temporales, la precarización de las condiciones laborales y las bajas remuneraciones de los trabajadores que se constituyeron en la nueva pobreza. Por otro lado hay unos empleos asociados a tener “palas políticas” (corrupción) que son remunerados de forma desproporcional a lo que aportan, estos contratos lo que crean es una disparidad en el uso de los fondos que amplía la brecha social.  La crisis del empleo, los oligopolios y la corrupción en la otorgación de contratos se combinaron para que crezca la brecha que separa a los ricos de pobres, agravar la pobreza e incrementar la desigualdad al desviar fondos de la atención de la salud, la educación y otros servicios esenciales a usos que no generan mayor bienestar en la sociedad, generando desigualdad en los ingresos y frenando el nivel de desarrollo humano. Es importante recordar que contratos por “pala política” son los que hacen más caro los procesos económicos, recomiendo que lean el libro del periodista Quiñones Calderón sobre la corrupción que ofrece detalles de cómo la corrupción “político partidista” se ha llevado una buena tajada del dinero del pueblo, para entender el costo social y la distorsión del gasto público de la misma.

Hay que combatir la corrupción con procesos de gobernanza que gestione el desarrollo, la participación ciudadana en toda gestión pública y la transparencia y auditoria continúa del uso de  los fondos públicos.  Cuando señalaba que debemos entender que el presupuesto es una herramienta de planeación y control de los hechos económicos, contribuye a erradicar la corrupción. Además de que el Gobierno es la gerencia que fija políticas y examina adecuadamente su cumplimiento. Hay que aprender a mantener una disciplina fiscal, estableciendo un nivel de gasto congruente con la disponibilidad de recursos públicos y darle prioridad a la inversión social, esto es al gasto que beneficia directamente a los ciudadanos. Esto se logra con racionalización del gasto corriente, mediante acciones que reduzcan el gasto burocrático y que incrementen la eficiencia en el uso de los recursos públicos.

La economía exige que analicemos y hagamos transparentes los presupuestos públicos en todas las esferas, que habían estado aislados del debate y escrutinio sistemáticos.  Es la creación de una cultura de la transparencia en la administración del presupuesto del país de manera que se alcance los objetivos que se propone alcanzar con los fines de ir eliminando la corrupción que afecta a toda la sociedad. El análisis, monitoreo y seguimiento del presupuesto por parte de la sociedad contribuye a vigilar el cumplimiento de las metas y objetivos, es barrera contra la corrupción, y sirve para defender los intereses y las necesidades de todos los sectores sociales.