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Por Luisa García Pelatti

El año pasado, al cumplirse 100 días de la llegada a la gobernación de Alejandro García Padilla, publicamos una serie de entrevistas con economistas donde evaluaban las primera decisiones del Gobierno. Ahora, cuando están apunto de cumplirse dos años en el poder, le pedimos a varios economistas que analicen las decisiones económica del Gobierno.

Juan Lara, profesor del Departamento de Economía, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

¿Cómo calificaría las decisiones económicas que ha tomado el Gobierno?

Las medidas adoptadas por esta administración son necesarias y casi todas inevitables.  Hace 10 años nadie hubiera creído que un gobierno puertorriqueño se atreviera a implantar un programa fiscal tan estricto como el que hemos visto.  La realidad ha impuesto lo que la razón debió haber previsto.

¿Qué decisión del Gobierno ha sido la más acertada?

La decisión más acertada tiene que ver con la dirección estratégica más que con alguna medida específica.  Lo más acertado ha sido adoptar una estrategia de aumentar ingresos y controlar gastos para eliminar el déficit estructural.  Aunque la meta aún no se ha logrado, se va en esa dirección.  El gobierno ha hecho bien en no escuchar a los que creen que existen soluciones mágicas sin una buena dosis de austeridad fiscal.  La otra parte acertada de la estrategia es darle prioridad a la reforma contributiva.  La misma se necesita para incrementar y estabilizar la base contributiva.

¿Y cuál la más equivocada?

Creo que ha sido en materia de comunicación.  En algún momento, alguien en el gobierno pensó que el pueblo podía digerir mejor las malas noticias si se les daban con cuentagotas, en vez de todas a la vez.  Se debió haber tenido más confianza en la capacidad digestiva del País y haber presentado un programa completo de medidas desde el día 1. Cuentas claras conservan amistades.

¿Qué debemos esperar de la reforma contributiva anunciada?

Un verdadero cambio.  Menos que eso sería perder el tiempo… otra vez.  La reforma debe redirigir el sistema hacia la tributación del consumo vis a vis el ingreso.  Debe ampliar la base contributiva total y estabilizarla.  Debe, además, deshacer el laberinto de créditos e incentivos específicos que poco o nada contribuyen a la economía.  Lo mejor que el sistema contributivo puede hacer para favorecer la inversión es mantener un esquema transparente y uniforme de tributación corporativa, con las tasas más bajas posibles.

¿Cómo resolvemos los problemas de financiamiento del Gobierno?

A corto plazo, con medidas duras, si es necesario.  A mediano y largo plazo, sólo con un sistema contributivo eficiente y una economía en expansión.  A largo plazo, además, hay que aprender a manejar el presupuesto con mayor prudencia que en el pasado, especialmente por el lado del gasto.  La austeridad se tiene que acabar en algún momento, pero la frugalidad debe persistir.

El Gobierno dice que ha cumplido su promesa de crear 50,000 empleos ¿Realmente se está creando empleo?

En toda economía hay una dinámica constante de creación y destrucción de empleos.  En una economía en expansión, la creación supera la destrucción; el empleo neto aumenta de manera sostenida.  Nosotros todavía no tenemos una economía en expansión, y sólo en los últimos meses hemos empezado a ver que la creación parece empatar a la destrucción; falta todavía para que comience a superarla.

Ajuste fiscal y crecimiento económico ¿Cómo los hacemos compatibles?

Ajuste fiscal y crecimiento no son compatibles.  Estabilidad fiscal y crecimiento sí lo son.  Por eso es tan crucial que el ajuste fiscal se haga bien y rápido, para poder darle paso al crecimiento lo más pronto posible.  Pero insistir en que la economía crezca en medio del ajuste fiscal es engañarse uno mismo.

¿Qué está haciendo el Gobierno para lograr que la economía se recupere?

El gobierno está empujando en todas las direcciones posibles, y en algunos casos tiene buenos resultados.  Por ejemplo, el “deal” de Lufthansa es uno de los más prometedores que hemos visto en muchos años.  Las campañas de turismo están dando bastante buenos resultados.  Pero lo más importante que el gobierno puede hacer por la economía es acabar de estabilizar el cuadro fiscal y emprender el programa de reformas que necesitamos para dejar un cimiento sólido para el futuro.

¿Qué reformas son imprescindibles para salir de la crisis económica?

Contributiva, energética, del mercado de trabajo, del sistema de incentivos industriales y educativa.

El otro día alguien decía que nuestra economía es la más “sobrediagnosticada” del mundo ¿Qué nos impide pasar de “del dicho al hecho”?

John Steward, un hijo adoptivo que estuvo con nosotros por muchos años, decía que el Estado Libre Asociado había llegado a convertirse en un esquema de “moral hazard” para los puertorriqueños.  Si tengo el carro bien asegurado, no me preocupo por cuidarlo como debería…eso es moral hazard.  La idea de John era que los puertorriqueños nos acostumbramos a creer que teníamos un superseguro en nuestra relación con Estados Unidos.  Por lo tanto, no teníamos que esforzarnos por mejorar nuestra propia condición.  Creo que estamos viviendo un gran “reality check” en ese sentido.  Estados Unidos no es una sociedad dada a rescatar “losers”; no es su cultura.  A los poderosos sí los rescatan, pero esos no somos nosotros.  Esta sacudida nos va a hacer que pasemos por fin de la “reflexión recreativa”, que es lo que han sido muchos de los repetidos diagnósticos, a la verdadera acción.  En parte a eso se debe que el gobierno nos haya “sorprendido”
con una vocación para la acción fiscal decidida que no hubiéramos esperado de ningún gobierno local en tiempos normales.

Hágase una pregunta. ¿Qué le hubiera gustado que le preguntáramos?

Me hubiera gustado una pregunta sobre qué podemos y/o debemos esperar de Estados Unidos en esta crisis.  Definitivamente, no debemos ni podemos esperar un rescate.  Pero creo que sí debemos involucrar a Estados Unidos en este proceso, principalmente en dos áreas:  Primero, que nos ayuden a negociar con los acreedores, de ser necesario, dando apoyo técnico y una especie de aval moral, a cambio de lo cual nos comprometeríamos a implantar ciertas reformas y realizar ciertas inversiones estratégicas (comprometiendo al gobierno actual y a los que vengan más adelante).  Segundo, que nos ayuden a definir un rumbo viable y sostenible para nuestra economía en el futuro, incluyendo el tema crítico de los incentivos industriales y lo que antes eran temas tabú como la Ley de Cabotaje, el mercado de trabajo y la participación de Puerto Rico en esquemas económicos regionales y mundiales.