Por redacción de Sin Comillas

El precio del barril West Texas, el de referencia en Estados Unidos, para el mes de mayo se ha hundido un 305% y por primera vez en la historia cotizó en negativo, a -$37.63. Se trata de la mayor caída desde que comenzó la serie histórica en 1983. El volumen de crudo almacenado aumenta a medida que las refinerías paralizan su actividad para adaptarse al desplome de la demanda por las medidas de confinamiento motivadas por el coronavirus.  La demanda de petróleo ha caído en alrededor de 20 millones de barriles diarios. El contrato de junio cotiza en niveles próximos a los $20.

Debido a que el almacenamiento de crudo es limitado y costoso, la situación podría llevar a las empresas a desprenderse de los barriles a cero dólares, o incluso verse forzadas a vender a precios negativos, explican algunos analistas.

Los analistas señalan que el principal temor ahora es el colapso de la infraestructura de almacenamiento. Esta situación se evita, de momento, gracias al “almacenamiento extra” en los grandes buques petroleros. Según datos de Reuters, hasta 160 millones de barriles estarían actualmente en buques petroleros, un nuevo récord histórico y el doble de hace dos semanas.

Estados Unidos, convertido en los últimos años en el mayor productor de crudo gracias al auge del “shale oil”, se enfrenta ahora al problema de dar salida a su producción, debido al derrumbe de la demanda tanto interna como externa.