Lara

Por Juan Lara

El informe Krueger es, como se esperaba, un diagnóstico “tan feo como tan franco” de nuestra situación económica y financiera.  Sus recomendaciones son fuertes y abarcadoras, pero le falta un ingrediente:  la política industrial; es decir, la estrategia para la promoción de industrias mediante incentivos y apoyos gubernamentales directos.

Esto no es casualidad; el Fondo Monetario Internacional (FMI) nunca ha sido creyente en la viabilidad o deseabilidad de las políticas industriales, y la Dra. Krueger y su equipo comparten esa visión.
Pero en Puerto Rico siempre le hemos dado gran importancia a la política industrial como parte de nuestra visión del desarrollo económico y creo que tenemos que seguirlo haciendo.  En eso necesitamos la colaboración del Gobierno de Estados Unidos, que ya nos está ayudando con la Ley 154, aunque sea “con las muelas de atrás”.

Esto no es una crítica del informe, ya que no esperaría que un grupo del trasfondo del FMI le dé importancia a la política industrial en un informe como éste.  Pero sí creo que debemos complementar el informe, hacerle una “ampliación criolla”, añadiendo el tema como parte de las reformas que hay que implantar.

Hay que buscar, junto con el Gobierno de EE.UU., mecanismos y herramientas que nos permitan fomentar inversión en sectores productivos orientados a la creación de una capacidad endógena de innovación, así como fortalecer sectores ya existentes, tanto de la economía global como de la economía propiamente interna.

* El autor es economista y catedrático de economía de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.