Por Evelyn Otero Figueroa / BizNet Media
El concepto de “colaboración radical” no ofrece muchas pistas por sí solo. Sin embargo, todo encaja a medida que el conferenciante le da forma y concatena una idea con otra, en las que figura de forma prominente el cambio, “una palabra clave”. Diseñar el pensamiento y mantenerse enfocados en el futuro dominan su filosofía de acción, y la “ingeniería de ideas” es su modelo.
Dana Montenegro –uno de los oradores durante la Conferencia 2011 de la Asociación de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo (SME, sus siglas en inglés)– es entrenador (sí, tal como lo ve, aunque Dana es un nombre de mujer, en este caso es un hombre que bromea sin pudor sobre ello) de Innovación, y facilitador y profesor particular de la empresa Seriously Creative. La complejidad es el punto de partida de Montenegro, pues en los negocios de antaño primaban los problemas simples de una sola disciplina y hoy se imponen los problemas complejos –por lo que le llama “este mundo loco”– y el enfoque multidisciplinario. Y a la realidad de este contexto permanentemente cambiante le añade que “ninguna persona lo sabe todo” (aunque algunos sí lo crean).
Montenegro –que posee un inusual grado en Inteligencia y Terrorismo– afirma que tenemos que funcionar “en tiempo real” y que “ya nada es predecible”. Además, las estructuras tienen que ser flexibles para acomodar la realidad de la multiplicidad de tareas simultáneas (“multitasking”) y el cambio constante. Destaca también que hay que “maximizar la eficiencia, no la creación de valor”. La “ciencia de los negocios”, advierte, es que “todas las cosas son racionales, cuantificables y de procedimientos”.
Argumenta que “las personas son muy pero que muy complejas, en un mundo complejo”, que precisa de respuestas rápidas a problemas complejos con esquemas muy lejos de la noción tradicional de proyectos divididos por departamentos. Sin embargo, un estudio reciente realizado por IBM entre 1,400 líderes de los negocios y la economía reflejó que justamente lo más que temen es la complejidad.
Y para manejar ese mar de complejidad es fundamental “la calidad de las ideas de su gente”. La “única cosa que les salvará es la creatividad”, que les llevará a la innovación. Le llama “la máquina de crear ideas” (ver diagrama), “la única fuente real de crecimiento (dinero) en un negocio”.
“Lo importante son las ideas”, citó lo que “dijo hace mucho tiempo Harvey Firestone”. Sostiene que “una sola idea puede enterrar a su competencia”. Pero, no hay que olvidar que “las grandes cosas en los negocios no se hacen por una sola persona, sino por un grupo”. Las empresas necesitan dar rienda suelta al pensamiento, a la creatividad, de su gente y “enfocarles en la creación de ideas realmente nuevas para provocar crecimiento real”. Y para lograrlo es necesario “no hablar sobre trabajo en equipo, sino colaborar para innovar”, es justamente eso lo que denomina “colaboración radical”, el tema central de su conferencia ante el SME.