Por Luisa García Pelatti
El lanzamiento de dos periódicos gratuitos es inminente. Los rumores están en la calle. La multinacional sueca Metro International prepara el lanzamiento de “Metro” y el Grupo Ferré Rangel (que publica El Nuevo Día y Primera Hora) ya ha presentado “Índice” a algunas audiencias. Estos diarios se unirían a El Vocero, que en el verano se convirtió en un periódico gratuito. Ya serían tres.
La llegada de otros periódicos gratuitos supone nueva competencia para los periódicos de pago existentes que deberán compartir un número cada vez más pequeño de lectores y un gasto en publicidad que ya era insuficiente. ¿Hay mercado para todos?
Sorprende que en Puerto Rico se produzca la entrada de varios periódicos gratuitos, precisamente ahora, cuando se habla de una caída en la difusión de estos diarios a nivel mundial. En algunos países incluso han tenido que cerrar. La difusión de los diarios gratuitos a nivel mundial ha caído de los 34 millones de 2008 a 24 millones de ejemplares en el 2011, según datos de la Asociación Mundial de Diarios. “Los gratuitos han dejado de estar de moda”, dice Christoph Riess, director general de la Asociación (WAN-IFRA por sus siglas en inglés) en un análisis sobre las tendencias de la prensa.
Algunos expertos explican que los periódicos gratuitos no compiten con los de pago porque crean sus propios lectores, principalmente jóvenes. Pero la verdadera batalla entre los periódicos tradicionales y la prensa gratuita se librará en el terreno publicitario.
Según la Asociación Mundial de Diarios, los ingresos por publicidad de los periódicos cayeron un 23% durante cinco años y un 3 % en el 2010. No hay cifras para Puerto Rico, pero aquí la situación no ha sido diferente.
La crisis económica redujo los presupuestos publicitarios, afectando directamente al modelo de financiamiento de los diarios. Los periódicos reciben sus ingresos de los clasificados, las suscripciones y los anuncios. Con la llegada de Internet, se perdieron la mayor parte de los ingresos de los clasificados; y aunque las ediciones digitales generan publicidad, no logran compensar la caída en la publicidad de los impresos.
La crisis alcanza hoy en día a todos los periódicos de la Isla. Los que ha sobrevivido han tenido que hacer ajustes. Son conocidas las dificultades financieras del Puerto Rico Daily Sun –que funciona con un grupo de reporteros mínimo– , las de El Vocero –que en los últimos cinco años debe haber reducido en 40% su equipo editorial– y las del Grupo Ferré Rangel –que ha realizado un amplia reestructuración de sus operaciones recientemente y para el que la salida al mercado de su periódico gratuito parece ser la clásica estrategia de adelantarse al enemigo.