Foto por Xavier García | Centro de Periodismo Investigativo

Una ley que entró en vigor a principios de 2023 obliga al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales a preparar un plan de mitigación para manejar las acumulaciones extremas de sargazo. La agencia dice que el poco tiempo para cumplir con lo ordenado, así como algunas lagunas legales en el ámbito federal, representan un reto para hacer el plan.  

Por Rafael R. Díaz Torres | Centro de Periodismo Investigativo

A pesar de que sobre las costas de Puerto Rico ya puede verse una “ola de sargazo” que es parte de un arribazón de aproximadamente 1,100 millas cuadradas de algas, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) no ha identificado los fondos ni ha culminado el trabajo técnico para tener listo — el 3 de abril — el plan de mitigación de sargazo, según exige la legislación firmada por el gobernador, Pedro Pierlusi.

En una declaración escrita enviada al Centro de Periodismo Investigativo (CPI)  el 14 de marzo, el DRNA no contestó cuál es el estatus del Plan de Mitigación. La agencia dijo que trabajan en la actualización de un Protocolo de Manejo de Sargazo creado en 2015 por personal de la agencia.

Ante la insistencia del CPI sobre el estatus del plan, el oficial de prensa del DRNA, Joel Seijo, aseguró que “el plan va a estar listo para el 3 de abril como dispone la Ley”. Sin embargo, no aclaró por qué se actualiza el protocolo de manejo del sargazo sin tener el Plan de Mitigación.

La Resolución Conjunta 229 aprobada por unanimidad en la Legislatura en diciembre y firmada por el Gobernador en enero de 2023, le ordena al DRNA “incluir como parte de sus planes de reconstrucción, recuperación y desarrollo un plan de mitigación para atender el problema de sargazo en nuestras costas”.

La Resolución no asignó fondos para desarrollar el plan y le impuso al DRNA identificar los fondos estatales y federales. En entrevista con el CPI funcionarios de la agencia reconocieron que no habían identificado los fondos para realizar el plan de mitigación del sargazo.

El 14 de marzo, un mes y medio después de esa entrevista, el DRNA dijo por escrito al CPI que “personal del DRNA continúa identificando otras fuentes de fondos para subvencionar las acciones propuestas”.

El Departamento tampoco pudo presentar un estimado de cuánto costará preparar el plan de mitigación. El oficial de prensa del DRNA dijo que el plan lo trabajará internamente el personal técnico de la agencia.

Los funcionarios que participaron de la entrevista con el CPI fueron la directora interina de la Oficina del Programa de Manejo de la Zona Costanera y Cambios Climáticos, Cristina Cabrera, el secretario interino de la Secretaría Auxiliar de Conservación e Investigación, Farel Velázquez Cancel, y el biólogo marino y oficial de Manejo de las Reservas Naturales del Noreste, Ricardo Colón.

“Este plan es casi casi imposible que pueda estar en tres meses. No obstante, el camino que tenemos en el Departamento va encaminado hacia eso. Se instauró un grupo de trabajo dentro del Departamento para, número uno, recopilar toda la información que tenemos, número dos, identificar los partners o personas que nos puedan colaborar”, explicó Velázquez Cancel.

La falta de un plan y de acciones concretas coincide con la proyección de que este verano será uno significativo en los arribazones y acumulación de sargazo para el Caribe,  confirmó al CPI el profesor de oceanografía óptica del Colegio de Ciencias Marinas de la Universidad del Sur de Florida, Chuanmin Hu. De acuerdo al científico, quien es una autoridad en este tema, la “ola de sargazo” de 1,100 millas cuadradas que se espera que llegue al sur de la Florida en junio, ya se encuentra sobre las costas del sureste de Puerto Rico.

“En el sureste de Puerto Rico, ya hay bastante sargazo en las playas”, dijo Hu al CPI. “Este verano será significativo en sargazo. La parte norte del Caribe recibirá más que la parte Sur del Caribe”, detalló el científico.

El sargazo es una macroalga marina que cubre una gran área superficial en el Atlántico Norte conocida como el mar de los sargazos, y más recientemente, abarca una zona que conecta al Caribe, al Oriente de América del Sur y parte del Occidente del continente de África.

Aunque esta alga representa un hábitat valioso para otras especies marinas, sus niveles de acumulación extrema documentados desde 2011, han provocado un aumento en su descomposición. La putrefacción del sargazo es lo que más preocupa a residentes y comerciantes de zonas costeras debido a los fuertes malos olores y la emisión de gases, como sulfuro de hidrógeno, que pone en riesgo la salud de las personas.

Su descomposición también provoca la disminución en los niveles de oxígeno del agua de mar e impacta adversamente la vida marina. Asimismo, crea  sombras en el fondo del mar debido a que bloquea la entrada de luz solar, lo que resulta en falta de oxigenación e impacto adverso a los ecosistemas de  los corales.

“Cuando tienes un pH de 5 y oxígeno disuelto en cero, ya tú no tienes un hábitat. Lo que tienes es un problema”, advirtió el biólogo marino Ricardo Colón.

La acumulación de algas marinas puede generar otros problemas, como por ejemplo el ocurrido en septiembre de 2021: la llegada de una ola de sargazo a las costas de Puerto Rico afectó el servicio eléctrico luego de que el alga entró a una de las unidades de la Central Aguirre de la Autoridad de Energía Eléctrica, tapó los filtros, se coló a través de la tubería y dejó sin luz a decenas de miles de clientes.

Sin maquinaría para recoger el sargazo

La legislación aprobada en enero también le ordena al DRNA adquirir la maquinaria necesaria para retirar las algas, levantar el sargazo y cernir la arena. Sin embargo, la secretaria de Recursos Naturales y Ambientales, Anaís Rodríguez Vega, dijo esta semana en WKAQ-580 AM que esa maquinaría tampoco estará disponible para verano, que es la época de mayor acumulación de sargazo, pues tardará alrededor de un año que ese equipo llegue a la Isla.

Parte del comité especial está compuesto por Ricardo Colón Rivera, oficial de Manejo de las Reservas Naturales del Noreste, Farel Velázquez Cancel, secretario interino de la Secretaría auxiliar de Conservación e Investigación, y Cristina Cabrera Barros, directora interina Oficina de Programas de la Zona Costanera y Cambios Climáticos. (Foto por Gabriel López Albarrán | Centro de Periodismo Investigativo)

Dos días más tarde, en expresiones escritas enviadas al CPI, el DRNA dijo que la maquinaría debe estar en la Isla en tres o cuatro meses. Según la agencia, ese equipo fue adquirido a un costo de $960,000 con fondos provenientes de la Ley del Plan de Rescate Americano (ARPA, en inglés) y Fishery Disaster.

Desde julio del 2021, el DRNA le aseguró al CPI que trabajaba en unas propuestas para adquirir maquinaria con fondos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés). La agencia nunca explicó qué sucedió con ese plan. Asimismo, el exsecretario del DRNA Rafael Machargo admitió que su agencia le regaló máquinas para recoger el sargazo a municipios, pero desconocía qué sucedió con ese equipo o quién lo tenía.

Dentro de los 90 días -desde que se aprobó la ley que obliga a producir el Plan de Mitigación- el DRNA debió  realizar  un proceso de investigación, de análisis de datos y aspectos legales, explicaron funcionarios de la agencia al CPI.

En declaraciones escritas, el DRNA dijo que todavía continúa “el proceso de recopilación de datos en conjunto con la academia”.

El DRNA nombró un comité especial para estudiar las estrategias de mitigación que — según ordena la resolución conjunta — deben ser incluidas en sus planes de reconstrucción y recuperación. El denominado Comité de Sargazo lo componen Cabrera, Velázquez, Colón y el secretario auxiliar de la Oficina de Recuperación del DRNA, el ingeniero Waldemar Quiles.

“Cada lugar se debe trabajar de una manera diferente”, destacó Colón, uno de los integrantes del Comité, al explicar que el tipo de mitigación que se proponga va a variar dependiendo del tipo de costa porque no puede haber una sola estrategia de mitigación.

Hu, coincidió por separado en que cualquier plan de mitigación de manejo de sargazo debe considerar las diferencias regionales.

“El sargazo no es igual en todas las regiones”, explicó el investigador de Florida, al tiempo que hizo énfasis en que el uso de recursos para la mitigación no debería enfocarse en todo Puerto Rico, sino en aquellas regiones que, además de recibir más sargazo, tienen mucha actividad turística y residencial.

El plan requiere coordinación con las agencias federales

Los oficiales del DRNA entrevistados por el CPI destacaron que las estrategias de mitigación que desarrolle el plan del Gobierno de Puerto Rico deben coincidir con lo establecido por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos y la NOAA.

El recogido de sargazo a mano en la orilla, es responsabilidad del Gobierno de Puerto Rico. No obstante, el recogido que requiera maquinaria debe coordinarse con las agencias federales, explicaron los funcionarios del DRNA.

En julio de 2021, el CPI reportó la ausencia de una política pública del gobierno federal para manejar la acumulación extrema de sargazo en sus territorios del Caribe, incluyendo Puerto Rico. Funcionarios del DRNA confirmaron que, al presente, esto no ha cambiado.

A diferencia de Puerto Rico, en las Islas Vírgenes estadounidenses, el Gobierno federal aprobó en julio del año pasado una declaración de emergencia debido al “flujo sin precedentes de sargazo” y su impacto adverso en las aguas cercanas a una planta desalinizadora de agua en la isla de Santa Cruz. La declaración de emergencia fue firmada por el presidente Joe Biden.

En cambio en Puerto Rico, en septiembre del 2021, cuando un evento de sargazo dejó sin luz a decenas de miles de personas, el Gobierno de Puerto Rico no gestionó una declaración de emergencia como hizo Islas Vírgenes.

“Esto es un problema complejo y nosotros estamos tratando de trazar soluciones a largo plazo. Estamos aprendiendo en el camino. Trazamos un curso y en la implementación aprendemos y ajustamos. Y eso incluye la manera en que las agencias federales van a ir aprendiendo con nuestras experiencias a nivel estatal”, añadió Colón.

Para la elaboración del plan de mitigación, Cabrera indicó que buscarán la asesoría de la Secretaría Auxiliar de Planificación Integral del DRNA.

En tanto, bajo el argumento de que el tiempo disponible para presentar el plan de mitigación es breve, el DRNA no hará un proceso de consulta amplio con representantes de las comunidades costeras que más se afectan con las acumulaciones de sargazo.

“Se pueden hacer quizás algún tipo de reunión por [Microsoft] Teams o hacer cartas, peticiones de información para involucrar a las comunidades”, señaló Cabrera.

Cuando el CPI volvió a preguntar un mes y medio más tarde sobre la consulta a la comunidad, la agencia se limitó a contestar por escrito que “el comité está en proceso de coordinar las reuniones con concesionarios del DRNA en nuestras áreas naturales, personal asociado con la industria de turismo en el área; y la comunidad”.

Desde el 2015, el DRNA tiene un protocolo de respuesta para atender los casos de acumulación extrema de sargazo y el recogido de esta alga en las playas. El protocolo respondió a la preocupación por eventos grandes de acumulación y descomposición ocurridos ese año, principalmente en áreas de la región Este de Puerto Rico. El protocolo no incluye estrategias de mitigación ni propuestas para el manejo del sargazo, una vez se acumula en las orillas de las playas.

En el 2019, el CPI reportó que ninguno de los municipios costeros incluyó   medidas para atender la acumulación del sargazo en su plan de mitigación.

De acuerdo a Colón, hay áreas en Fajardo que ya tienen un plan de mitigación que consiste en colocar barreras flotantes, de manera que se intervenga con el sargazo sin afectar a otras especies marinas de alto valor ecológico.

“Ya tenemos un plan específico para Laguna Grande [que forma parte de la bahía bioluminiscente] y Las Croabas [en Fajardo] que incluye una combinación de barreras flotantes que permitan que el sargazo se detenga antes de que se allane”, explicó Colón. “El problema cuando se allana es que se pudre y ahí se muere. El fin de las barreras es mantenerlo en un lugar en donde el flujo y la profundidad del agua lo mantenga vivo por mayor tiempo para poder manejarlo con más claridad. Las barreras han funcionado muy bien en otros lugares del Caribe”, aseguró .

El biólogo marino también adelantó que el DRNA evalúa, dentro del plan de mitigación que desarrolle, la opción de remover el sargazo en el agua y no esperar a que llegue a tierra, se descomponga y se mezcle con la arena.