Litoral del barrio Islote, en Arecibo. (Foto por Jorge A. Ramírez Portela | Centro de Periodismo Investigativo)

El caso de varias propiedades en la costa de Arecibo es una muestra de lo que ocurre en otras áreas del país, pero el Municipio ni Recursos Naturales toman acción, mientras se permiten construcciones en la zona afectada por la erosión.

Por Luis Joel Méndez González | Centro de Periodismo Investigativo

El disfrute de la vista privilegiada al océano Atlántico que tenía la casa de Carmen Delia Serrano De Jesús en el barrio Islote en Arecibo terminó cuando el huracán María destruyó el techo de su hogar, que está ubicado en la Zona Marítimo Terrestre (ZMT).

Era una posesión que la mujer de 71 años había mantenido por décadas, pero cuyo terreno se encuentra en un área de dominio público. Hoy día la vivienda está reparada, pero no es habitada por su dueña, quien fue obligada a abandonarla cuando el Departamento de la Familia (DF) asumió la custodia de la envejeciente. Luego de una estancia en un centro para personas envejecidas en Lares, Serrano De Jesús falleció en el Hospital Pavía en Arecibo el 29 de octubre de 2022.

Desde el 2017 Serrano De Jesús no tenía control de su propiedad. El médico que la atendía, Roberto Abreu Valentín, tomó posesión de su vivienda. Abreu Valentín es uno de cinco hermanos quien, como su madre Irma Valentín Serrano, administran negocios o han adquirido propiedades en el barrio Islote para convertirlas mayormente en negocios de alquiler a corto plazo.

Esta es la casa donde vivía Carmen Delia Serrano De Jesús, a orillas del océano Atlántico, en Arecibo. (Foto suministrada)

Poco a poco, esta familia hizo suyas estructuras — muchas en desuso — ubicadas en la zona marítimo terrestre en Islote. Les han hecho reparaciones y construcciones, incluyendo terrazas y piscinas tan cercanas al mar que las olas golpean en ellas. Todo eso a la vista del Cuerpo de Vigilantes del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que tiene su cuartel a pasos de las residencias, y a pesar de que el gobernador Pedro Pierluisi firmó hace siete meses la Orden Ejecutiva 2023-09 que obliga al DRNA en colaboración con la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura evaluar e implementar la remoción y demolición de estructuras abandonadas en la zona costanera.

El área donde la familia Abreu Valentín opera sus negocios de alquiler a corto plazo tiene la calificación de Ruta Escénica (RE), que busca mantener estos espacios libres de construcción, asegurando el disfrute visual y acceso público al mar.

“Se identificaron aproximadamente 55 propiedades que se encuentran demasiado adentradas en el mar, muchas de las cuales se encuentran abandonadas y algunas que pueden considerarse como estorbos públicos. La designación de estos segmentos con la calificación de RE ayudará a evitar la proliferación de estructuras en esta zona marítimo terrestre (ZMT), minimizando también los riesgos a la propiedad y vida por ubicar estructuras habitables tan cercanas al mar”, señala un memorial explicativo emitido por la Junta de Planificación y la Compañía de Turismo hace más de una década.

En algunas de las estructuras, se han construido hasta piscinas. (Foto por Jorge A. Ramírez Portela | Centro de Periodismo Investigativo)

 

 

El Municipio de Arecibo no ha contabilizado ni tomado posesión de las estructuras en desuso en el litoral costero de Arecibo como manda la orden ejecutiva del Gobernador, confirmó la administración municipal. Mientras, el Gobierno de Puerto Rico no ha detenido nuevas construcciones y reparaciones en una zona seriamente afectada por la erosión en la Zona de Interés Turístico (ZIT) de Arecibo.

Los vecinos de Islote han presentado ante el Cuerpo de Vigilantes al menos seis querellas contra la familia Abreu Valentín por descargas al mar, construcciones y rellenos en la ZMT. La familia también enfrenta litigios de parte de residentes de la comunidad por la forma en que se han obtenido algunas de estas propiedades.

Los Abreu Valentín integran la estructura directiva de al menos ocho corporaciones activas, según el Registro de Corporaciones del Departamento de Estado. El CPI identificó al menos 22 propiedades en Arecibo a nombre de los Abreu Valentín o de sus corporaciones. La familia también operó varios negocios bajo corporaciones que ya fueron canceladas.

Irma Valentín y sus hijos, Ángel y Carlos Abreu Valentín, quienes operaban el Instituto Irma Valentín y el Mary Lao Institute, fueron acusados en el 2007 por conspiración para cometer fraude y quedarse con fondos del Departamento de Educación federal que debieron devolverle a estudiantes que se habían dado de baja de los institutos. Según la acusación, el dinero apropiado se usó para pagar préstamos personales, propiedades de bienes raíces y negocios no relacionados con las entidades educativas. En el 2011, los miembros de esta familia llegaron a un acuerdo y se declararon culpables por delitos menores y no se requirió encarcelación.

Ignoran orden del DRNA

Desde septiembre de 2022, el DRNA les ordenó a Irma Valentín y a la corporación Construction and Health Integrated Services – que fue presidida por Ángel Abreu, pero hoy está cancelada – la demolición de una terraza de cemento que construyeron en la ZMT en un negocio de su propiedad llamado El Alcázar de Colón.

“La parte querellada [Irma Valentín], sin poseer concesión, permiso o autorización, emitida por el DRNA, posee, utiliza y aprovecha estructuras dentro de la zona marítimo terrestre y bienes de dominio público y ha desobedecido órdenes verbales y escritas de funcionarios de este Departamento, en múltiples ocasiones”, lee la resolución del DRNA del 2022.

El DRNA ordenó demolir la terraza de cemento del negocio El Alcázar de Colón. (Foto por Jorge A. Ramírez Portela | Centro de Periodismo Investigativo)

Transcurrido un año de la orden para demoler la estructura, Irma Valentín todavía no ha cumplido ni la agencia la ha hecho cumplir. El DRNA impuso también una multa de $10,000, que los imputados no han pagado, confirmó la agencia. Tampoco se ha cumplido con la orden de restaurar el área afectada por la construcción ilegal.

El DRNA también le solicitó en múltiples ocasiones remover todos los escombros que, como parte de la construcciones en el negocio, tiraron en la orilla del mar, pero, como no lo hicieron, las marejadas que trajo el huracán María en septiembre de 2017, se los llevó consigo, según confirmó el DRNA durante una inspección en 2018 y la misma Irma Valentín en una solicitud para que se le relevara de la orden.

Asimismo, el expediente del DRNA muestra que en varias ocasiones se le hicieron señalamientos de filtración de aguas sanitarias y deficiencias en la infraestructura del pozo séptico que está a dos o tres pasos del mar. El negocio sigue en operación.

El CPI le preguntó a Irma Valentín sobre las denuncias contra el negocio El Alcázar de Colón. Sin embargo, se rehusó a responder. Tampoco Roberto, Ángel ni Gladys Imar Abreu Valentín respondieron a las peticiones que se les hicieron a través de llamadas telefónicas para reaccionar a las imputaciones ambientales y de uso de propiedades. Igualmente, rechazaron los acercamientos hechos a través del abogado Jaime González, quien ha representado legalmente a Ángel en pleitos judiciales.

“Ella [Irma Valentín] tiene varias propiedades que está usurpando y construyendo ilegalmente sobre la piedra de la costa”, denunció Lauce Colón Pérez, activista ambiental y residente de Islote. “Ella [Irma Valentín] simplemente va, limpia la casa [en desuso], la arregla, le pone ventanas, le pone puertas, le pone seguro y ya ella es dueña de ese espacio”, añadió.

La organización Defendiendo La Cueva Del Indio-681 – cuyo portavoz es Colón Pérez – también presentó una querella ante el DRNA en 2022 contra la familia Abreu Valentín por sus construcciones en la ZMT de Islote. El CPI solicitó al DRNA  acceso al expediente de la querella, sin embargo, la solicitud no se atendió.

Desde que Irma Valentín se mudó a Islote, Cristina Rivera Román, líder de la organización Vecinos al Rescate de Acceso y Senderos (VEREDAS), le ha presentado varias querellas ante el Cuerpo de Vigilantes y la Oficina de Gerencia y de Permisos, así como su antecesora la Administración de Reglamentos y Permisos, por construir verjas en la ZMT y obstruir accesos a la playa.

Entre 2018 a 2023, vecinos de Islote presentaron ante el DRNA al menos otras seis querellas por presuntas violaciones ambientales en las propiedades de esta familia, pero los vigilantes asignados solicitaron su archivo tras alegar que al pasar por el área no notaron ninguna de las actividades ilegales denunciadas.

La secretaria del DRNA, Anaís Rodríguez Vega dijo al CPI que no todas las querellas que se presentan ante el Cuerpo de Vigilantes, como las de los vecinos de Islote contra la familia Abreu Valentín, tienen la evidencia y la información suficiente para que se tramiten administrativamente.

El CPI identificó al menos cinco alojamientos a corto plazo de la familia Abreu Valentín en Islote: Ventana al Atlántico Boutique Hotel at Arecibo 681 Ocean Drive, Casita del Mar Oceanfront Romantic Retreat, Toque al Atlántico, Casita Familiar con Vista al Mar y Piscina y Discovery Inn & Suites at 681 Ocean Drive. Al menos cuatro de estas estructuras están en la ZMT. El CPI no encontró titularidad para la mayoría ni en el Registro Inmobiliario Digital de Puerto Rico ni en el Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM).

La Compañía de Turismo de Puerto Rico tampoco proveyó el nombre de las propiedades de alquiler a corto plazo registradas, así como sus propietarios y direcciones físicas, para conocer la dimensión de este problema. Solo indicó que en sus registros hay 63 propiedades como alquiler a corto plazo en todo Arecibo. El 21 de noviembre el CPI demandó a la agencia para que entregue la información completa.

Según Colón Pérez, “no todas estas propiedades cuentan con un sistema de pozo muro o pozo séptico y tiran el agua [residual] al mar”. El CPI encontró comentarios en la página Bookings.com, utilizada para promocionar alquileres a corto plazo, en los que algunos huéspedes relataron que dos de estas estructuras descargan sus aguas residuales a la playa.

La oficial de prensa de la AAA, Nathalia Colón Cosmé, indicó que no existe alcantarillado sanitario desde el kilómetro 5.3 de la PR-681, por lo que los residentes deben tener pozo séptico. Aseguró que no le compete a la AAA corroborar que los clientes tengan un pozo séptico. Dijo que eso sería de la jurisdicción de la Agencia federal de Protección Ambiental, el DRNA y la Junta de Calidad Ambiental, que ahora está bajo el DRNA.

Asegura que le “cedió” la vivienda

La manera en que el doctor Abreu Valentín tomó posesión de la casa de Serrano De Jesús, en Islote, no está clara, como tampoco están claras acciones similares de miembros de su familia quienes tienen o han tenido litigios civiles o querellas policiales por acciones comparables.

El médico aseguró en una vista judicial en Arecibo que Serrano De Jesús le cedió la propiedad luego de que, en 2017, la refirió al DF porque entendía que la mujer, quien vivía sola, no debía permanecer en la casa que se afectó por el huracán María. Como única presunta evidencia tiene un afidávit con fecha de abril de 2022 en la que no aparece por ninguna parte la firma de la dueña de la casa.

El documento con el que Roberto Abreu Valentín dice ser dueño del inmueble es una declaración jurada de él mismo en la que afirma que en el 2017 adquirió la propiedad inmueble de parte de Serrano De Jesús, según admitió el propio galeno en una vista judicial celebrada en diciembre de 2022 en Arecibo por un incidente que tuvo con un vecino cuando levantó una verja de cemento en el patio de la casa de Serrano De Jesús. La testigo que aparece en esa declaración jurada es Yelena Montalvo González, quien figura como incorporadora de varias entidades corporativas de la familia Abreu Valentín y ha servido de testigo a favor de la familia Abreu Valentín en otros pleitos judiciales.

Carmen Serrano De Jesús, quien murió el año pasado, perdió el acceso a su casa, en el barrio Islote, desde el 2017. (Foto suministrada)

En el Centro Judicial de Arecibo, el médico sostuvo que no pagó por la residencia, sino que invirtió en algunas reparaciones a la estructura. Dijo que conocía a la mujer porque en algún momento fue su paciente y tanto él como su hermano, Ángel Abreu Valentín, en ocasiones, le llevaban comida. El DF corroboró que Serrano De Jesús fue removida de su casa y trasladada a un hogar de envejecientes, pero rechazó proveer el nombre de la persona que inició la querella que dio paso a la remoción.

En la vista judicial, el médico dijo que hizo ese arreglo de traspaso de la casa con Serrano De Jesús alrededor de tres semanas después del azote del huracán María y que incluso se la llevó a vivir a uno de sus apartamentos. El CPI supo que para esa fecha miembros de la fiscalía de Arecibo trabajaron como voluntarios en la reparación provisional del techo de la casa y le donaron materiales.

Al menos dos fuentes del CPI que conocieron a Serrano De Jesús, pero quisieron permanecer en el anonimato, sostuvieron que el deseo de la mujer era salir del hogar de ancianos donde la recluyeron en Lares y retornar a su residencia en Arecibo.

Roberto Abreu Valentín no respondió a varias llamadas del CPI para escuchar su versión de la controversia.

Envejeciente defiende su titularidad

Olga Román Rodríguez tiene 82 años de edad y también es residente de Islote.

Desde el 2021, cuando regresó a Puerto Rico luego de permanecer un año y medio en casa de su hijo en Estados Unidos por razón de salud, persiste en una lucha para dejar claro que la residencia  donde vive hace décadas es suya.

Tras regresar a Puerto Rico para vender su casa, su tasador le informó que la parcela – que está en la zona costanera y colinda con la zona marítimo terrestre – no estaba registrada a su nombre en el CRIM, sino a nombre de Gladys Imar Abreu Valentín, hermana de Roberto y Ángel Abreu Valentín, y quien tenía una casa al lado suyo que operaba como Casita del Mar Oceanfront Retreat, un negocio de alquiler a corto plazo.

Esta noticia sorprendió a Román Rodríguez porque su vivienda había sido de su fenecido padre y le compró la participación de la herencia a su madrastra y a sus dos hermanas en 1991 por $6,000.

“En las escrituras que tengo sale a mi nombre”, dijo Román Rodríguez, quien mostró la escrituras al CPI.

En una ocasión, inclusive, mientras ampliaba su vivienda, Gladys Imar entró a advertirle que no le construyera “ni un cuarto más”. Este proceder alarmó a Román Rodríguez porque la casa, por dos generaciones, ha sido de su familia.

Cuando Román Rodríguez presentó los hallazgos del tasador en la Oficina Regional del CRIM, en Arecibo, le recomendaron que solicitara un expediente de dominio de la propiedad, que es una acción judicial que busca declarar a una persona dueña oficialmente de la propiedad. Román Rodríguez contrató servicios legales para iniciar ese proceso.

El director auxiliar de Servicios Operacionales del CRIM, Edwin Joel Hernández, explicó que en esta parcela hay dos estructuras distintas – la de Olga y la de Gladys Imar –, pero no existe un plano de propiedad para asignarles números de catastro por separado. La parcela no está segregada para fines contributivos y solo aparece Gladys Imar como dueña.

 

Hernández dijo que Gladys Imar Abreu presentó una solicitud de cambio de dueño ante el CRIM en 2016 para registrar a su nombre la propiedad. Le asignaron un catastro preliminar en el que, para fines contributivos, figura ella como la dueña de la parcela completa en la que está su negocio de alquiler a corto plazo, la casa de Román Rodríguez y una iglesia colindante.

“Nosotros dependemos del contribuyente para que actualice la información”, destacó Hernández.

Según Hernández, la controversia sobre quién es la dueña de la propiedad para propósitos del CRIM se resuelve por medio de un plano de propiedad para entonces proceder a la segregación del terreno para fines contributivos. Abreu no ha presentado ningún plano y Román Rodríguez busca aclarar que es dueña de su casa por medio del expediente de dominio por recomendación de la oficina del CRIM en Arecibo.

De acuerdo con la solicitud de cambio de dueño que hizo Gladys Imar, la casa en la que opera el negocio Casita del Mar Oceanfront Retreat la obtuvo mediante usufructo con José Corchado Velázquez, incorporador de AVINPRO, una corporación de la que su madre, Irma Valentín, es presidenta. En el CRIM no hay datos de quién vendió la propiedad a AVINPRO.

El CPI contactó a Gladys Imar para conocer su versión sobre las denuncias, sin embargo, tan pronto respondió enganchó la llamada.

Usurpan viviendas también en Manatí

Esta no es la primera vez que un integrante de la familia Abreu Valentín está involucrado en una controversia sobre titularidad de inmuebles. El 22 de septiembre de 2021, Miyanil Hernández Meléndez tuvo que acudir al tribunal en una demanda para lograr que Gladys Yamir Abreu Valentín, otra hija de Irma Valentín, desocupara una casa de su propiedad que la mujer invadió.

Aunque Hernández Meléndez tenía la escritura de la casa y estaba al día en los pagos de la hipoteca, un día observó que alguien limpiaba y pintaba su residencia en desuso en el barrio Tierras Nuevas Saliente, en Manatí. Según se desprende del expediente judicial, Gladys Yamir Abreu se negó a cesar de entrar a la propiedad y le porfió a Hernández Meléndez que estaba en proceso de adquirir la casa. A pocos kilómetros de allí, Gladys Yamir Abreu Valentín administra Manatí World Point Inn, una propiedad que alquila a corto plazo.

La empresaria le envió mensajes de texto a Hernández Meléndez, que fueron presentados como evidencia en el tribunal, en los que decía que esa propiedad era un escombro y que se la devolvería si le pagaba lo invertido por ella.

El 4 de noviembre de 2021 la jueza superior María A. González Cardona falló a favor de Hernández Meléndez y ordenó a Gladys Yamir Abreu a salir de la propiedad.

Gladys Yamir Abreu describió la ocupación de propiedades como un negocio para su familia en el cual se limpian aparentes estorbos públicos, y si no aparecen los dueños, las hacen suyas.

“Por eso nosotros tenemos éxito”, puntualizó.

Vecino defiende su propiedad en el tribunal

El mecánico Carlos William Olmo Maldonado también lleva un pleito similar contra otro miembro de la familia Abreu Valentín. El arecibeño — que por razones de trabajo reside en Connecticut — viajó a Puerto Rico, en 2022, para reparar daños en una propiedad que alega es suya y que se afectó con el huracán María. La pertenencia de esa propiedad la defiende en el Tribunal.

Esta propiedad también se encuentra en un litigio en los tribunales pues un miembro de la familia Abreu Valentín alega que la compró. (Foto suministrada)

En la demanda señala que mientras pintaba la casa, que está prácticamente destruida, y recogía los alrededores junto a sus dos hijos, una persona se le acercó para advertirle que estaba a cargo de la residencia por orden de su propietario, Ángel Abreu Valentín.

Olmo Maldonado no podía creer lo que escuchaba porque alega que hace más de dos décadas que sus familiares le donaron la vivienda tras el deceso de su abuelo en la década del 90.

Afirma, en la demanda, que su familia ha tenido posesión del inmueble, ubicado en la ZMT, durante años. Según la demanda Olmo Maldonado vivió y arrendó la propiedad por años sin que nadie le cuestionara que era su dueño.

En cambio, Ángel Abreu Valentín sostiene que dos primos de Olmo Maldonado — quienes viven fuera de Puerto Rico — le vendieron la propiedad y que es poseedor de una escritura de compraventa. En 2022, Olmo Maldonado demandó a Ángel Abreu Valentín para aclarar el dominio de la propiedad. El caso aún se dilucida en la corte y aunque Abreu Valentín solicitó la desestimación alegando que la reclamación de Olmo no requería un remedio, el juez Santiago Cordero Osorio no le dio paso y señaló una vista para el 10 de enero.

“Además de los requisitos y faltas notariales de que adolece la referida escritura, esta parte entiende y alega que la misma es insuficiente como cuestión de derecho para trasladar el dominio y para derrotar el carácter de dueño de la parte demandante, Carlos William Olmo Maldonado, quien ha poseído desde 1995 en carácter de dueño, quieta, pública y pacíficamente hasta la fecha en que se intenta interrumpir su posesión con un acto ilegal de mala fe, consumado con la referida escritura”, lee la demanda.

Residente de Islote bajo guardia

Scott William Teuber presentó una querella en 2023 ante la Policía contra Ángel Abreu Valentín por presuntamente destruir y saquear su propiedad y su vehículo.

Teuber no visitaba Puerto Rico hace más de tres años cuando lo llamaron para informarle que Ángel Abreu Valentín había tomado control de su propiedad. Supuestamente había destruido y vaciado la casa que desde hace 11 años era de él y de su fallecida pareja: tiró sus cuadros, sus enseres domésticos y hasta la cenizas de la difunta desaparecieron, según alega.

Narró que, cuando viajó a la isla para presentar la querella ante las autoridades, abrió su casa y encontró escombros en todas partes. La pintura se había desprendido de las paredes por trabajos de construcción en su propiedad sin su autorización. El automóvil tampoco estaba en la marquesina.

A pesar de que los propios agentes policiales observaron a Ángel Abreu conducir el vehículo de Teuber, según se desprende del informe de incidentes de la Policía, ninguno de los cargos en su contra por hurto de auto, allanamiento o escalamiento de morada y conducir un vehículo hurtado prosperó.

“El juez no tan solo decidió que no había evidencia para acusarlo por robar el carro, sino por guiar un carro hurtado, aún cuando ocho agentes de la policía lo observaron mientras lo conducía”, lamentó William Teuber. “Luego el fiscal decidió que no iban a seguir adelante para procesarlo”.

Teuber adelantó que demandará a Ángel Abreu por daños a su propiedad y a su vehículo.

Scott William Teuber presentó una querella ante la Policía contra Ángel Abreu Valentín. (Foto por Luis Joel Méndez González | Centro de Periodismo Investigativo)

Ángel Abreu también fue demandado en el 2019 por haber dividido para alquiler a corto plazo un apartamento que rentaba en la calle Hoare, en Miramar.

“[Ángel Abreu] dividió el apartamento del segundo piso en pequeños apartamentos y los renta bajo el sistema de Airbnb, cuya promoción aparece con el nombre de “MIRAMAR VILLAGE LODGE HOTEL BOUTIQUE” ubicado en la Calle Hoare”, señala la demanda. “Cobrando una renta de $179.00 por noche, actualmente administra cuatro (4) apartamentos, sin ser heredero, y no tenemos conocimiento de por qué razón los administra, ni quién le otorgó permiso alguno para eso”, añade la demanda.

En su contestación a la demanda, Ángel Abreu aceptó que mantenía una actividad comercial en el apartamento que alquiló, pero alegó que era de conocimiento del encargado del edificio quien no había presentado reparos. La demanda fue retirada, en 2021, a petición de los demandantes.

Ángel, Gladys Imar y Gladys Nally Abreu Valentín enfrentan, además, una demanda que presentó el Consejo de Titulares del Condominio Oceanía Apartments, también en el barrio Islote, contra ellos y otros propietarios por alquilar sus apartamentos a corto plazo cuando el reglamento alegadamente “prohíbe los alquileres de las unidades de apartamentos por un término menor de seis meses”.

Municipio dice que no tiene querellas

Hace nueve meses, el alcalde Arecibo, Carlos Ramírez Irizarry, se reunió con la comunidad del barrio Islote para escuchar sus inquietudes. Rivera Román se presentó para denunciar múltiples pleitos de obstrucción de accesos públicos a la playa, de los que, según ha documentado, Roberto Abreu e Irma Valentín también han sido parte.

El alcalde de Arecibo la refirió a Leslie Orama Ríos, entonces directora de la Oficina de Planificación, Ordenación Territorial y Desarrollo Económico de Arecibo, sobre el asunto de los accesos públicos a la playa. Sin embargo, la planificadora nunca atendió la preocupación de la líder de VEREDAS, según dijo Rivera Román al CPI.

Génesis Valentín, en representación de la Oficina de Planificación de Arecibo, explicó al CPI que el municipio no puede actuar ante las denuncias de los residentes de Islote contra la familia Abreu Valentín mientras no reciban una querella formal.

“Hemos obtenido señalamientos de los residentes de la zona en cuanto a esto, pero formalmente no ha llegado ninguna querella o ningún ciudadano quejándose”, indicó Valentín.

“Yo conozco personalmente, fuera del trabajo, muchos de los casos porque me paso pendiente a estas disputas de la zona marítimo terrestre”, reconoció.

Vanessa Colón Almenas colaboró en este reportaje.