Por José G. García López*
Los daños ocasionados por el terremoto ocurrido el pasado Día de Reyes en la región sur de la isla, demuestran la debilidad estructural existente de las viviendas informales en Puerto Rico. Las condiciones estructurales y físicas de una vivienda son indispensables para la seguridad y bienestar general de los hogares. Así lo demuestran estudios empíricos realizados en Estados Unidos y Puerto Rico. En la isla contamos con un inventario de vivienda donde el 46% fueron construidas hace más de cuarenta años. Muchas de estas viviendas se encuentran en condiciones deplorables (obsolescencia física) o no aptas para ser habitables por una persona o familia. Se ha estimado que en alrededor de 45% de el inventario de viviendas fueron construidas por individuos sin seguir los códigos de construcción establecidos. Además, esta situación se agrava cuando el 40% de las familias se encuentran por debajo del nivel de pobreza y gastan más del 30% de su ingreso (cost burden) en pagar su hipoteca o la renta de alquiler.
En este artículo presentamos un breve resumen de Comprehensive Housing Affordability Stra-tegy (CHAS) del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) para el periodo 2010-2016. El CHAS es un documento que realiza HUD de forma periódica el cual nos provee un cuadro real del estado físico de las viviendas en la isla y las condiciones económicas de los hogares ocupa-dos por sus dueños e inquilinos.
- El 19.4% de los hogares tienen un ingreso equivalente al 30% de mediana de ingresos (MI).
- El 30% de los hogares tienen un ingreso equivalente al 50% de MI o menos.
- El 30% del los hogares de inquilinos están cost burden , es decir su renta representa más de 30% de su ingreso.
- El 33% de los hogares sus viviendas tienen problemas de obsolecencia física (problemas eléctricos, plomerías, etc). De este total 153,085 o el 37% están alquilados.
- El 39 % de los hogares ocupados por inquilinos (31%), sus viviendas tienen entre uno o cuatro problemas.
Cómo podemos visualizar, la situación en que se encuentran los hogares y el inventario de vivienda en la isla es uno muy crítico y alarmante. Particularmente, los hogares que están compuestos por inquilinos son los más afectados por las condiciones socioeconómicas y unidades en estado físico deplorables. Cabe indicar que los estimados de la encuesta del CHAS corresponden al periodo histórico antes que de los Huracanes Irma y María; los cuales nos azotaron y destruyeron más de 70,000 viviendas. Es muy probable que la situación actual de las viviendas sea mucho más grave de lo que describimos aquí.
Es importante reconocer, que tanto las leyes estatales y federales requieren el garantizar que los programas y fondos públicos asignados se utilicen para proveer vivienda asequible y segura a las familias de bajos ingresos. Por consiguiente, las autoridades gubernamentales, los desarrolladores, la academia y las comunidades; deben buscarle una solución inmediata y efectiva a este grave problema social que nos aqueja para hacer que nuestro inventario de viviendas sea uno decente, seguro y habitable. Sin lugar aumentar la oferta de vivienda asequible para alquiler debe ser parte integral de la solución.
- El autor es economista y profesor del Departamento de Economía y la Escuela de Administración Publica de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.