Por Luisa García Pelatti
Mientras la débil situación económica, con un alto nivel de desempleo, mantiene las ventas de viviendas en niveles históricamente bajos y un alto nivel de inventario, en el segmento de viviendas con precios inferiores a $200,000 se anticipa que habrá escasez en algunas regiones y que la falta de oferta de unidades de nueva construcción inferiores a los $150,000 sólo se podrá satisfacer por medio de la reventa.
Estas fueron algunas de las conclusiones del estudio de Demanda de Vivienda que realiza la firma Estudios Técnicos, Inc. y que su presidente, Graham Castillo, mostró en el pasado Congreso de Vivienda, organizado por la Asociación de Bancos.
“La difícil situación financiera de las familias restringe el dinamismo de la industria”, señaló Castillo. La tasa de morosidad de las carteras de préstamos hipotecarios supera el 17%, y no ha variado mucho en los últimos dos años.
“La morosidad se ha mantenido a un nivel muy alto, lo que refleja que la situación financiera representa grandes retos para la industria de vivienda”.
Otro de los problemas es la caída en el valor de la propiedad. Castillo estima que el valor de las propiedades se ha reducido alrededor de 30%. “Son $30,000 millones o $40,000 millones que se esfumaron de los libros de capital de las personas”.
Y a eso hay que añadir las ejecuciones de propiedades, que se ha mantenido en 3,000 ejecuciones anuales. Se trata de viviendas que regresan a un inventario de vivienda que ya de por sí es elevado.
En septiembre de 2011 había 8,231 unidades de viviendas construidas y listas para entregar. El 60% de ese inventario era de viviendas con precios que estaban por debajo de los $200,000. “Eso es favorable porque el nivel de ventas en ese precio es más alto”, explica Castillo. El inventario en este nivel de precio debe tardar unos dos años en agotarse.
En el caso del mercado de viviendas con precios inferiores los $150,000 debemos esperar un escasez. En este segmento existen 110,398 viviendas inadecuadas, según el último Censo de Vivienda. Un 23% de estas viviendas fueron construidas antes de 1960. El presidente de Estudios Técnicos, señala que la demanda en este segmento de precios se suplirá con el mercado de reventa, porque no se están construyendo las viviendas necesarias.
Los datos sugieren que en los próximos meses se podría ver más actividad en la rehabilitación y adaptaciones de viviendas existentes en el segmento de precios más bajo; y mayor actividad e ventas en el mercado de vivienda nueva con precios de $200,000 a $300,000.