Eileen Segarra. (Foto: Sin Comillas)

La reducción del empleo ha afectado más a las mujeres

Por redacción de Sin Comillas

En Puerto Rico, como todos los países, existe un techo de cristal que hace más difícil que las mujeres puedan avanzar en el mercado laboral. En algunos países se ha logrado abrir una grieta, pero no se ha roto el techo de cristal. Incluso en los países donde existentes mejores condiciones laborales para las mujeres –los países nórdicos– hay espacio para mejorar.

Los datos en Puerto Rico muestran que la brecha de ingresos entre hombres y mujeres ha aumentado, que las mujeres se han visto más afectadas por la caída en los niveles de empleo y que están trabajando más en puestos a tiempo parcial, según un análisis realizado por Eileen Segarra Alméstica, catedrática de economía de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, como parte de un foro organizado por la Asociación de Economistas.

La brecha de ingresos crece cuando aumentan el nivel educación

En 2019, el ingreso promedio de los hombres era 13% superior al de las mujeres. Es lo que se conoce como brecha de ingresos, que en 2016 era de 9%. Esta diferencia en ingresos se observa en diferentes niveles educativo. Los hombres con bachillerato tienen una mediana de ingresos que es 21% superior a la de las mujeres. La brecha de ingresos sube hasta 28% en el caso de los hombres con maestría y a 38% para los que tienen doctorado. La diferencia existe en todos los niveles educativos, a pesar de que, en general, las mujeres tienen niveles de educación más altos. Es lo que se ha dado en llamar “techo de cristal”.

“En Puerto Rico hay evidencia de ese techo de cristal, de que es difícil para las mujeres avanzar después de un nivel, y eso se refleja en esas brechas de ingresos mayores a niveles de educación más altos”, señala Segarra Alméstica.

La posición de las mujeres en el mercado laboral se ha ido deteriorando en medio de la crisis económica, los huracanes, los terremotos y la pandemia del COVID. Mientras que el empleo de los hombres se reducía 9.3% entre 2016 y 2020, el empleo de las mujeres ha caído 10.4%, según dato del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos.

Por otro lado, se observa un aumento en la participación de las mujeres en el empleo a tiempo parcial. Las mujeres componen el 45% del empleo total, sin embargo, representan el 50% de todos los empleados a tiempo parcial. Se está produciendo una precarización del empleo femenino.

No sólo el empleo de las mujeres se ha reducido más que el de los hombres y están trabajando más a tiempo parcial, sino que además la mujeres tienen una participación mayores en sectores que se han visto más afectados por la pérdida de empleo: las organizaciones sin fines de lucro, donde el 69% son mujeres, y el gobierno estatal, con un 62% de mujeres.

El número de mujeres autoempleadas ha estado aumentando desde 2016 y se ha intensificado durante el 2020, y ya representan el 47% del total de empleados en el sector. “El autoempleo comienza a despuntar como una alternativa para las mujeres”, comentó.

La participación de las mujeres está aumentando en sectores que tienen salarios más bajos, como es el caso de las organizaciones sin fines de lucro y el gobierno estatal. Pero aunque las mujeres son un número mayor, los hombres en este sector tienen una medida de ingresos que es 27% superior al de las mujeres.

“Vemos que ha habido muchos impacto que va a afectar la posición de las mujeres, pero se ve un rayito de luz. Ese aumento en el autoempleo incorporado”, que tiene una mediana de ingresos más alta que la mayoría de los sectores.

“Es positivo que las mujeres incursiones en este campo, que está asociado con la generación de empresas y el mercado formal”, pero no compensa las pérdidas en otros sectores porque es un sector relativamente pequeño, representa el 2% del empleo total.

Según el Índice de Techo de Cristal que publica The Economist, sólo uno de cada tres puestos directivos en los 37 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) está ocupado por una mujer. Los países nórdicos son los que obtienen mejor puntuación en este Índice. Pero incluso Suecia, que está en primer lugar, tiene margen de mejora: las mujeres suecas ganan un 7.6% menos que los hombres, a pesar de tener una mejor educación.