Las familias redujeron los gastos en ropa, cuidado personal, recreación y educación para pagar más por vivienda, servicios médicos y transporte.
Por Luisa García Pelatti
Más de una década de crisis económica ha enseñado a las familias que deben moderar sus gastos de consumo. Eso ha permitido que, por primera vez en seis años, los gastos de consumo estén por debajo del ingreso personal disponible. Había sorprendido el dinamismo del consumo pese a la larga contracción económica.
Los gastos de consumo personal se situaron en $61,562.7 millones, según datos del Informe Económico al Gobernador que publica la Junta de Planificación. A precios constantes, la cifra es $8,963,5, lo que supone una reducción de 2.5% respecto al 2016. Es la cuarta caída consecutiva.
El crecimiento de los gastos de consumo personal empezó a desacelerarse en el 2005. Los gastos registraron caídas de 1.2% y 2.9% en los años fiscales 2008 y 2009, respectivamente, coincidiendo con los despidos del Gobierno en el 2009. Los gastos mostraron una recuperación en el 2010 con un alza de 1.4%, que pasó a 2.4% en el 2012 y a 1.7% en el 2013.
Por categoría, la mayor parte de los gastos de consumo personal se dedica a servicios médicos y funerarios (22%); y viviendas (20%). Le siguen alimentos (14%) y funcionamiento del hogar (12%). Estos cuatro componentes representan el 68% del gasto total.
Un 10% de los gastos de los consumidores se van en transporte y 9% en recreación. La categoría de ropa representa menos el 4% de total de gastos.
Las familias dedican sólo el 3% de su presupuesto a educación, una partida que se redujo respecto al 6% que representaba en el 2016.
Ante la crisis económica los consumidores han optado por reducir en alimentos (-0.8%), ropa (-13.5%), educación (-1.8%), recreación (-5.4%) y cuidado personal (-6.9%). Mientras, han tenido que aumentar los gastos en servicios médicos (2.9%) y vivienda (8.0%).