Opinión
Por Alberto L. Martín Rivera*
Al cierre del tercer trimestre del 2024, las cooperativas muestran una capitalización de 8.32%, incluyendo las pérdidas no realizadas de la reserva de inversiones. Si no las consideramos, el índice de capitalización se eleva hasta 9.03%. Este resultado supera el índice proyectado por la Corporación Pública para la Supervisión y Seguro de Cooperativas (COSSEC) ante la Junta Control Fiscal (JCF), lo que significa que nuestras cooperativas están bien capitalizadas.
Si observamos de forma individual, veremos que las cooperativas con inclinación a posibles cierres, o mejor, fusionadas con cooperativas fuertes, han fortalecido este sector, al mejorar su condición de capitalización. Esto no afecta el servicio en el pueblo ya que la cooperativa que compra expande sus facilidades ampliando sus servicios a la comunidad. Nunca en las fusiones se ha dejado a un pueblo o comunidad sin servicios cooperativistas.
Sí, hubo un problema en las inversiones y causó daños financieros. Sin embargo, no ha sido la única razón del desmejoramiento de una cooperativa. Junto a la toma de malas decisiones, hay otro factor: la administración y las funciones fiduciarias de las juntas de directores. Las malas inversiones significaron un empujón a la toma de malas decisiones administrativas, en ocasiones, tal vez, permisible o descargando la responsabilidad en una sola persona, ya sea por falta de conocimiento financieros u otros intereses.
Cuando observo cierres como Ciales Coop, Aguada Coop, Abraham Rosa Coop, Añasco Coop, etc., el factor administrativo sobresale. Por ejemplo, ¿cómo fue posible que a Aguada Coop se le permitiera invertir casi el 40% de sus activos totales? ¿Cómo es que la junta de directores no actuó ante una morosidad sobre el 10%? Ciales Coop, lo mismo, invirtiendo más del 30% ($17 millones) de sus activos totales ($55 millones). Abraham Rosa Coop, ¿cómo es posible que no vigilara sus gastos exorbitantes sobre sus ingresos? En fin. Hoy en día algunas siguen pasando por alto esta restricción o se acercan al porcentaje como máximo de inversión.
COSSEC, ¡reduzcan esta autorización! Digamos, llévenla a 15%, como máximo, y habrá fondos para colocar en la cartera de crédito.
Es cierto que cuanto más dinero se coloque en las cooperativas, y en cualquier institución financiera, habrá margen de expansión. Sin embargo, los vientos políticos y económicos actuales requieren reducir el riesgo de exposición y exageración que pueda llevar a una competencia desleal y peligrosa.
Aprendí hace 40 años que de cada $1.00 que se presta en una institución financiera genera $3.00 de ingresos, esto puede haber cambiado. Es decir, todas las instituciones financieras son parte de un sistema económico en donde sus gestiones repercuten en la economía del país, y las cooperativas no son una excepción. Pero de la misma manera, las gestiones negativas de las instituciones financieras repercuten en sus agencias aseguradoras, como, por ejemplo, el FDIC, en el caso de la banca comercial.
Lo mismo sucede con la agencia aseguradora de las cooperativas, COSSEC, Desde 2011, se vio afectada. Sin embargo, gracias a una sana administración se ha logrado alcanzar una estabilidad financiera tanto en la agencia como en las cooperativas, pues el crecimiento de una depende de la otra.
Creo que aun así se requiere un departamento especializado en el análisis financiero de cada cooperativa que ayude a regularizar aquellos índices de impacto en los estados financieros de cada cooperativa, es decir, individualizar la metodología con comparaciones grupal. Esto empujará a una mejor auditoría y supervisión.
Se ha dicho que no reponer los fondos por inversiones fallidas supondría una pérdida de los activos reconocidos en los estados financiero bajo la cuenta “Pérdidas bajo amortización especial Ley 220”. Ya estos fondos fallidos han logrado absorber las malas decisiones tomadas. De hecho, si tomamos las clasificaciones de los niveles 5 y 6 de los datos estadístico de COSSEC para 2023, el balance de sus activos por pérdidas por inversiones bajo amortización resta unos ≈$90 millones siendo en su origen sobre $1.1 millones. Las cooperativas han logrado la recuperación de estas pérdidas, que se proyectaron se absorberían para el 2025, preparándose en la conversión del sistema RAP a GAAP.
Las cooperativas han logrado hacer crecer su capital por dos razones: por sus gestiones propias y las ayudas federales de los fondos CDFI (Community Development Financial Institutions Fund) de más de $500 millones, y estos fondos fueron otorgados precisamente por la condición de estabilidad financiera de las cooperativas de Puerto Rico.
Pensar en la retribución de fondos de la Ley 99 por las malas decisiones incurridas en inversiones del gobierno para ser disponibles a la actividad prestataria pudiera ser algo peligroso. Aparte que lo considero discriminatorio, por que beneficia a un solo sector. Tendríamos que pensar en el individuo de calle, bancos, grandes inversionistas, como los llamados fondos buitres, en fin.
Además, el desembolso de ese fondo dejaría de ayudar a comunidades de alta necesidad económica y social, por lo que reponer ese fondo a mediano plazo le costaría al pueblo en contribuciones doblemente. Estas comunidades tendrían que esperar la reposición de ese fondo para volver a recibir ayuda.
La capacidad de endeudamiento de nuestra Isla es significativamente alta según nos señala el economista Heriberto Martínez en su exposición “Cooperativismo en Puerto Rico – Datos Económicos y Demográficos”. Un desembolso desmedido en la acción prestataria puede desembocar en desastre como pasó con las inversiones, enfocados en el alto rendimiento. El crecimiento en la gestión de intermediación financiera tiene que ser congruente con las proyecciones sanas que se establezcan. Crecer en la captación sin la colocación es tan mala decisión como lo contrario.
Cuidado con justificar una posición, digamos, solo digo, ambiciosa, pues puede revertir al futuro peligrosamente. Nuestros tiempos requieren que las cooperativas, y esto lo he repetido tantas veces, guarden, guarden sus sobrantes, y fortalezcan aún más su capital.
Otro dato importante de la estabilidad financiera de las cooperativas después de estas malas inversiones es que han repartido dividendo con un promedio en su rendimiento desde el 2016 a 2023 de 1.16%. Cuando observamos 2013-14 (no tengo el 2015) el promedio asignado a dividendo y participación fue de 64%, asignándose a las reservas el 36% restantes.
En los últimos ocho años el promedio se ha reducido a 47%, asignándose a las reservas el restante 53%. Un proceso contrario, que considero excelente. Al cierre de 2023 se asignó a dividendos y participación el 20% del sobrante neto, siendo el restante para las reservas el 80%. Excelente.
Si esta práctica se hubiese realizado desde un principio las cooperativas habrían mitigado el problema de las inversiones. Esta práctica es lo que está fortaleciendo a las cooperativas. Esto es capitalización en su estabilidad financiera. Esto no es capitalismo. No es para la retribución de algunos. Esta es la muralla que evita los golpes externos e inclusive internos. Se crece, pero con fortaleza.
A pesar de las malas decisiones ejecutivas que han causado los cierre o fusiones de algunas cooperativas lo importante es que el pueblo aún confía en las cooperativas. No puede destruirse este valor intangible que tiene un peso tan enorme que puede hacer fracasar las cooperativas o a cualquier institución. Pierdes la confianza, lo pierdes todo. Este valor hay que seguir protegiéndolo y no es con la petición de devolver fondos lo que por decisiones incorrectas perdimos.
Esta es la visión original de las cooperativas. Mantenerlas fortalecidas para que nos puedan dar el servicio que otras instituciones lucrativas no pueden brindar. No es ser lucrativo individualmente. La visión correcta no es pagar más y cobrar menos. Es ser equitativos y brindar uniformemente servicios a todos. No es competir con otras instituciones financieras, es ayudar y rendir un servicio comunitario que rinda frutos en grupos posiblemente marginados, desbancarizados, invisibles. Con esta visión es que podremos continuar fortaleciendo las cooperativas y con una disciplina de supervisión por COSSEC.
- El autor es un empleado retirado de la banca comercial, con una experiencia de 40 años de servicio.